Lo imposible sucedió en el Anxo Carro. Juan Carlos, el guardameta del Club Deportivo Lugo, salió del área para controlar un balón que rodaba sin dueño. Levantó el brazo para indicar a sus compañeros que iba a despejar el balón en largo, pero le imprimió tanta fuerza al disparo que el esférico terminó por envenenarse y superar a su homólogo en el Sporting de Gijón, Mariño, colándose en el fondo de la portería. Desde 70 metros chutó Juan Carlos, anotando sin duda uno de los golazos del año.
Pero lo más paradójico no es que un portero anote un tanto, acontecimiento que se produce en muy contadas ocasiones, sino que tal anomalía se produzca el día del cumpleaños del insólito goleador. Y es que Juan Carlos cumplía 30 años este sábado 20 de enero. Ni en sus mejores sueños se habrá imaginado una celebración semejante.
"Lo más importante es que hemos conseguido 3 puntos muy importantes para nosotros, para seguir siendo fuertes", dijo Juan Carlos nada más acabar el partido, que terminó con victoria del Lugo por 3-1. Valiéndose de sinceridad, reconoció que fue suerte, pues "no tenía intención de tirar a portería". "El gol, sí, contento, no sabía cómo celebrarlo porque la verdad es que iba a poner el balón al área. ¡Ha sido un churro!", reconoció.
Pero es que Juan Carlos no solamente fue el héroe inesperado del ataque de los lucenses, sino que en su propia área, y sobre todo durante la primera parte, realizó una serie de intervenciones de enorme dificultad atajando balones a bocajarro y disparos lejanos. Desde luego, tendrá difícil olvidar su trigésimo aniversario.