Muere Roberto de Vincenzo, el argentino que inspiró a Severiano Ballesteros
De Vincenzo conquistó un Abierto Británico en 1967, pero se hizo famoso por perder el Masters de Augusta de 1968 después de que su marcador le apuntase un golpe de más. Él acepto el resultado como un caballero al no revisar su tarjeta antes de entregarla.
1 junio, 2017 22:25Noticias relacionadas
Cuando Severiano Ballesteros aún no era Seve, Roberto de Vincenzo ya era un mito, el mejor golfista argentino de todos los tiempos y quizás el mejor golfista de toda Sudamérica. Difícil no admirarle. Así que cuando De Vincenzo le retó a realizar un golpe elevado por encima de unos árboles cercanos el español no tuvo más remedio que intentarlo. Severiano -aún era Severiano- falló una, dos y varias veces más. "Pibé -le dijo- cuando yo tenía tu edad esos árboles aún no habían crecido", le dijo entre risas el argentino, fallecido este jueves a los 94 años en Buenos Aires, Argentina.
Aquel sentido del humor tan suyo y una especie sentido de protección especial, convirtieron al argentino y al español en algo más que amigos. De Vincenzo fue quien recomendó al cántabro aprovechar el momento ("Mirá vos, que cuando la bolita deje de entrar la gente no te va a dar ni bola") y fue él quien le recomendó olvidarse de las calles en el Abierto Británico.
Quizás nunca sabremos qué parte de culpa tuvo el argentino en aquel golpe del español -aquí ya era Seve- desde el parking de Royal Lytham & St. Annes en 1979. Aquella su fue primera victoria de tres en el open británico, el primero de sus cinco grandes. Un palmarés mucho más extenso que el del propio De Vincenzo, aunque el argentino se hizo un lugar en la historia no tanto en 1967, cuando conquistó su único grande, el Abierto Británico, sino un año después, cuando perdió el Masters de Augusta por un error en su tarjeta.
"Hace poco más de dos meses tuvo un accidente doméstico, se levantó para ir al baño, se cayó y se fracturó la cadera. Ese fue el desencadenante de su fallecimiento. Desde ese día lo operaron y le pusieron un clavo, pero nunca más se levantó y empezó a ir cada día más para atrás", relató su hijo Eduardo al canal Todo Noticias.
"Hasta los 90 o 92 años mi papá estaba bastante bien, acostumbrado a jugar tres o cuatro hoyos una vez por semana. Después entró en una especie de decaimiento, una apatía", añadió. "De Vicenzo es un poco de todos los argentinos y ahora del mundo. Ahora sí se transformó en leyenda", sostuvo su hijo.
De Vicenzo fue uno de los deportistas más queridos por los argentinos, que además de los títulos -ganó 230 torneos en su carrera- siempre señalaron la nobleza con la que afrontó un error de su compañero, el estadounidense Tommy Aaron, en el Masters de Augusta de 1968. El argentino finalizó segundo pese a empatar con el estadounidense Bob Goalby porque Aaron le anotó por error un golpe de más a De Vicenzo, que en realidad había igualado en el primer puesto con Goalby.
De Vicenzo aceptó el resultado, dijo que él era "el culpable" por no haber revisado la tarjeta que entregó Aaron y no culpó a su colega ni reclamó ante los organizadores, lo que le elevó incluso por encima del ganador de la Chaqueta Verde.
Además del Abierto Británico de 1967, su máximo logro deportivo, también ganó la Copa del Mundo por equipos de 1953, el PGA Tour de 1957, 1966 y 1968.