La mayoría de los futbolistas buscan una carrera en el coaching o en la televisión cuando se jubilan, pero Gareth Bale, conocido por su velocidad en el campo de fútbol, es también un gran enamorado del golf.
Tanto como para que, hace poco, el galés decidiese construir las réplicas de tres hoyos emblemáticos del golf (el hoyo 11 de Augusta, el 17 de Sawgrass y el 8 del Royal Troon) en el jardín de su casa. Acaba de terminar el primero de ellos, bastante similar al real pero con un lago más pequeño.
El hoyo es solamente un par 3 de 132 yardas. Sin embargo, está considerado como uno de los más difíciles del circuito, ya que el green está completamente rodeado de agua... excepto por un estrecho puente de césped por el que pasan los jugadores. Con tal patio de recreo, sería aconsejable que Bale idease un sistema para recuperar las bolas perdidas en el fondo del lago.
De está manera, el atacante del Real Madrid confirma su pasión por el golf y señala que en el futuro no le importaría dedicarse a este deporte como profesional: “Intento jugar al golf lo máximo posible. Aún no he pensado qué voy a hacer con mi vida cuando me retire del fútbol, pero, con suerte, dentro de 20 años estaré jugando al golf”.
De manera similar, el Postage Stamp del Royal Troon es conocido por su pequeño green rodeado de rough, lo que lo convierte en una ruleta rusa para acertar desde el tee. Por otro lado, el hoyo 11 de Augusta, el White Dogwood, tiene 505 yardas y es el más complicado de imitar para los que quieren construirse una réplica. Tiene también un lago a la izquierda del green que ha sido la perdición de muchos profesionales durante los Masters.
Con un hándicap de 6, no sorprende que Bale haya querido retarse a sí mismo con algunos de los hoyos más difíciles del golf, lo que seguramente le llevará a estar por debajo del par cuando afronte su retirada del fútbol.