La Euroliga que arrancará este jueves (a partir de las 19:00 horas) no será la más española de la historia, por mucho Día de la Hispanidad que ampare su primera jornada. Quizá el lector podría creer lo contrario por aquello de los cinco equipos nacionales en liza (Real Madrid, Barça, Baskonia, Valencia Basket y Unicaja). Pero nada más lejos de la realidad: nuestros jugadores cada vez tienen menos peso en la máxima competición europea de baloncesto a nivel de clubes.
Para empezar a demostrar la afirmación, dos ejemplos muy simbólicos. Primero, el anuncio promocional que se emite estos días en la televisión española. En él, aparece un jugador por cada uno de nuestros equipos representantes en Europa… y ninguno es español. Bueno, Ilimane Diop (Baskonia) tiene la nacionalidad. No es el caso de Ray McCallum (Unicaja), Erick Green (Valencia Basket), Jaycee Carroll (Real Madrid) y Rakim Sanders (Barça). Quizá el Non, je ne regrette rien de Edith Piaf, que suena de fondo, quiera servir, como dice su letra, para desterrar el pasado. Ese en el que las estrellas españolas lucían mucho más en el Viejo Continente.
La otra situación paradigmática del bajón de importancia de los nuestros en el escenario continental se dio este martes en Madrid. El acto que oficializó la condición de Endesa como nuevo patrocinador de la Euroliga contó con la presencia de un jugador en representación de cada uno de los cinco equipos españoles de la liga europea. El siguiente dato, aunque mejora el del ya citado anuncio televisivo, es sintomático: sólo Fernando San Emeterio (Valencia Basket) y Víctor Claver (Barça) aportaron componente nacional a un evento en el que les acompañaron Fabien Causeur (Real Madrid), Jordan McRae (Baskonia) y Dejan Musli (Unicaja).
Sí, es cierto que estamos ante el mayor número de jugadores españoles en la Euroliga de las últimas seis temporadas (23, 25 si contamos a Diop y Facundo Campazzo, del Real Madrid; los dos con pasaporte). Y que son más del doble de los que la disputaron la pasada campaña (siete, mínimo histórico).
Sin embargo, tampoco se puede negar que la canasta española ya no manda como antes en Europa. No tanto por el hecho de que esos 23 hombres supongan una ínfima parte de los 239 que competirán en las mejores canchas continentales (nueve por ciento de 'ocupación' española; la ACB, de capa caída en este sentido, presenta un 30%). Es más preocupante que nueve de ellos, casi la mitad, tienen 30 o más años.
Es el caso de Sergio Rodríguez en el CSKA de Moscú. De Pau Ribas y Juan Carlos Navarro en el Barça (Claver roza la treintena). De Rudy Fernández, Felipe Reyes y el ahora lesionado y vigente MVP Sergio Llull en el Real Madrid. De Carlos Suárez en Unicaja. Y, por último, de Rafa Martínez y San Emeterio en Valencia Basket. A efectos teóricos, pelear por ser el jugador más valioso de esta Euroliga sólo estaría al alcance del Chacho, que ya lo fue en 2014. Qué tiempos aquellos en los que eran varios los nombres españoles en esa terna…
¿Qué pasa con los jóvenes? En Málaga y en Valencia tienen 'bola' asegurada: Alberto Díaz y Dani Díez por un bando y Guillem Vives, Joan Sastre y Alberto Abalde por el otro. Por parte del Barça, Pierre Oriola tendrá minutos importantes y el papel de Marc García resulta una incógnita. En el Madrid, Santi Yusta jugará, pero no parece llamado a ser determinante.
Aquí llegamos a otro dato alarmante: el de los nombres desconocidos. Y hay unos cuantos. Ahí están Miguel González e Iván Martínez en Baskonia (los dos únicos españoles de nacimiento de la plantilla), Jesús Carralero e Ignacio Rosa en Unicaja y Josep Puerto en Valencia Basket. Triste, pero cierto: los jugadores españoles han perdido tanto caché en el escenario europeo que ahora algunos de ellos sirven, más que nada, para rellenar convocatorias.
Hubo años con 32 representantes en las plantillas de Euroliga, incluso 38 con el añadido de las nacionalizaciones. Y épocas en las que las estrellas de nuestra canasta cortaban el bacalao tanto en España como en Europa, siempre en las quinielas por las distinciones de todo tipo. En la actualidad, esos jugadores reconocibles y determinantes se pueden contar con los dedos de una mano. Sus homólogos de Serbia, Grecia, Italia, Francia y hasta Turquía están ganando terreno. Además, los equipos cambian cada vez más y la identificación con los mismos no para de disminuir.
A día de hoy, Sergio Rodríguez también parece ser el español con más opciones de levantar la Copa de Europa en mayo… con el CSKA. Aunque la fortaleza de nuestros equipos sigue intacta como colectivo y no sorprendería que alguno, o varios, llegasen a la Final Four de Belgrado. Pero asusta más el proyecto que vuelven a presentar por enésima ocasión en Moscú. O el del Fenerbahçe, que se refuerza con Brad Wanamaker y el ex NBA Jason Thompson, entre otros, para intentar revalidar título.
¿Volverá el Barça, al menos, a los playoffs? ¿Los alcanzarán Baskonia, Valencia o Unicaja? ¿El Real Madrid regulará mejor sus esfuerzos este año para alzar su décimo título? ¿El Panathinaikos de Xavi Pascual podrá estar, ahora sí, entre los cuatro mejores? ¿El Khimki de Alexey Shved será el gran 'tapado'? ¿Olympiacos maximizará sus recursos a lo grande otra vez? Muchas preguntas por responder a partir del primer salto inicial de la Euroliga 2017-2018.
Para terminar, otro dato, este para vencer al pesimismo: en las cinco ediciones anteriores con cinco equipos españoles (2004-2005, 2008-2009, 2010-2011, 2011-2012 y 2014-2015), uno de ellos siempre accedió a la Final Four (el Madrid la ganó en 2015). Y uno o varios (cuatro de cinco en 2011) se clasificaron, también en todas las ocasiones y con el antiguo formato de dos grupos y no de liga regular única, para los cuartos de final.
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