Nunca un Major se ha visto tan eclipsado por otra narrativa de golf, pero mientras los organizadores lamentan el próximo circuito rebelde de 255 millones de dólares. El PGA Championship se está disputando en Tulsa, Oklahoma, con el resquemor de que hay varios golfistas sobre estos verdes que participarán en el LIV Golf Invitational, el circuito respaldado por Arabia Saudí y también Donald Trump. Esa fue una pequeña venganza del expresidente de los Estados Unidos.
Su campo de golf, el Trump Bedminster en Nueva Jersey, debería haber acogido esta cita en 2022, pero la organización se lo retiró por "cuestiones políticas". Estas tenían que ver sobre todo con la relación del expresidente con el asalto al Capitolio. Si no hubieran tomado esta decisión seguramente el millonario no se habría aliado con los saudíes con dos citas en sus campos en propiedad: una en la ya citada y la final en el Trump Doral de Miami.
LIV le ha presentado un salvavidas a Donald Trump, condenado al ostracismo por el gran golf tradicional. La 'Superliga' árabe de golf es un proyecto que parece imparable a pesar de las amenazas y prohibiciones que han establecido los circuitos tradicionales. Las grandes cantidades económicas parece que pueden soportar cualquier multa. Lo único que puede plantear dudas es que a los golfistas rupturistas se les vete de grandes torneos como la Ryder Cup.
El poder de Trump
Arabia Saudí también buscaba en Trump que allane el camino, pero el expresidente también necesitaba un empujón. Más allá de que sus campos y complejos están considerados como unos de los mejores del mundo, han registrado recientemente pérdidas financieras preocupantes. De esta forma, cobraría él, reflotaría sus negocios y ganaría una posición dominante, mientras que el LIV Golf Invitational se aseguraba localizaciones privilegiadas.
Trump fue una de las personalidades importantes en el mundo del golf mientras sus negocios seguían creciendo. Ahora, más alejado de la política y centrado otra vez en sus empresas, vuelve a reflotar su interés. Con el golpe que se llevó de la PGA, se ha respaldado en Arabia Saudí. Es por lo que ha incluido en la gira de torneos dos más en el país americano gracias a las instalaciones que posee Trump en Nueva Jersey y Florida, el Bedminster y el Doral.
El golpe del golf
Donald Trump, cuyo nombre está asociado a dos docenas de campos en los Estados Unidos y otras partes del mundo, ha pasado 25 años tratando de conseguir un campeonato importante masculino. En este momento, no hay señales de que eso suceda. Por ejemplo, el expresidente tiene un impresionante campo en Escocia, el Trump Turnberry. También estaba intentando conseguir el British Open, pero los organismos que lo deciden no recomiendan llevaron allí.
Seth Waugh tomó la decisión de quitar el PGA Championship a Trump y fue criticado por la leyenda Jack Nicklaus esta misma semana: "Me gusta Seth Waugh. Seth no necesitaba este trabajo. Aceptó el trabajo porque pensó que podría darle una buena orientación a la PGA de Estados Unidos. Y creo que lo está haciendo. Pero este movimiento es cancelar la cultura. Donald Trump puede ser muchas cosas, pero ama el golf y ama este país. Es un estudiante del juego y una figura formidable en el juego. Lo que haga en el golf en el futuro dependerá de lo que la cultura de la cancelación le permita hacer".
La alianza con LIV
Salvar este acuerdo para Donald Trump es básico y fundamental, ya que le permitiría recuperar la estabilidad financiera de sus instalaciones, la cual perdió hace varios años. El complejo de Doral ha sido el mayor generador de ingresos de todas las instalaciones golfistas que posee el expolítico. Sin embargo, ha tenido que pedir en los últimos tiempos varios préstamos de cientos de millones de dólares para reflotarlos y remodelarlos. Por eso, ahora necesita liquidez y acuerdos masivos para darle la vuelta a esa situación y así darle sentido a tan mastodóntica obra.
Se calcula que entre el préstamo y los demás gastos derivados de las obras, la deuda haya crecido hasta cerca de lo 400 millones de dólares. Trump pensaba que iba a recuperar ese dinero rápidamente tras mejorar sus instalaciones, pero lo cierto es que en la última década los ingresos no han dejado de caer. Hoy por hoy, los únicos complejos que son rentables de verdad son aquellos en los que se celebran el PGA Championship, el Open de Estados Unidos y la Ryder Cup.
Al menos era así hasta que ha llegado LIV. Trump, en su plataforma Truth Social el miércoles, dijo que el PGA Tour y la PGA "se han estado aprovechando de los jugadores durante muchos años" y que "la PGA tiene un estado máximo de exención de impuestos, hace una fortuna y paga Los salarios de los ejecutivos son más altos que prácticamente cualquiera de los jugadores muy talentosos que pueden ganar en un buen año". "¡LIV puede cambiar eso!", expone el expresidente.
Era la primera vez que Trump hacía comentarios públicos sobre el nuevo circuito. El expresidente agregó que con Arabia Saudita respaldando la liga LIV Golf, "cantidades ilimitadas" de dinero estarían disponibles para jugadores y organizaciones benéficas. También criticó a la PGA of America por los precios de la cerveza en el torneo de esta semana, que había sido un tema de conversación popular a principios de semana.
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