La Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés) no tiene intención de suavizar la presión sobre las autoridades deportivas rusas, a quienes acusa de encubrir deliberadamente casos de dopaje en el atletismo. Tras recomendar a la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) la suspensión de sus deportistas en todas las competiciones (incluidas las Olimpiadas de 2016 que albergará Río de Janeiro), la WADA suspendió este martes la licencia del laboratorio antidopaje de Moscú y acusó a su director, Grigori Rodchenko, de "haber destruido deliberadamente 1.417 muestras de dopaje para ocultar pruebas".

"WADA ha actuado inmediatamente cumpliendo una de las recomendaciones clave de suspender la acreditación del centro antidopaje de Moscú", afirmaba el comunicado de la agencia, precisando que se trata de una medida temporal. Al comprobar la firmeza del organismo antidopaje, el Kremlin rompió el silencio de los últimos días y contestó con artillería pesada. "Mientras no haya pruebas es difícil considerar (en serio) las acusaciones, que parecen bastante infundadas", dijo el portavoz presidencial, Dmitri Peskov.

TAPAR EL INCENDIO

La desmentida del Kremlin no sirvió mucho tiempo. Pocas horas después, el ministro de Deporte ruso, Vitali Mutkó, sacrificó al director del laboratorio antidopaje de Moscú para intentar tapar el incendio. Acto seguido, Peskov informó de que el presidente ruso, Vladímir Putin, convocó a Mutkó para el miércoles en el balneario de Sochi. La alarma sonó también por primera vez en los medios rusos. "¿Nos van a quitar Río?", se preguntó el más reputado periódico deportivo, Sport Express. La prensa rusa compara lo que considera un nuevo ataque de Occidente contra la imagen de Rusia con la investigación de la elección de Moscú como sede del Mundial de 2018 por la FIFA.

Para dar más peso a estas comparaciones, los medios destacan que el principal objetivo del “ataque informativo” es el ministro Mutkó, el que, según la WADA, estaba al tanto de las manipulaciones de las pruebas de dopaje. Mutkó ya fue el personaje clave en la elección de Moscú como sede del próximo Mundial del fútbol. El máximo funcionario deportivo ruso sostiene, sin embargo, que el reporte de la WADA no contiene "ninguna evidencia objetiva seria" de la participación del Gobierno en el dopaje y que su foco en Rusia era injusto. El ministro atribuyó el informe a la “guerra informativa” que se lleva a cabo contra Rusia y advirtió que con aislar al país no se resuelve el dopaje, “un problema mundial".

INTROMISIÓN DE SERVICIOS SECRETOS

Las acusaciones de dopaje contra el atletismo ruso no son nuevas. Pero algunos detalles del último informe de la WADA parecen increíbles. La agencia sostiene que el laboratorio antidopaje de Moscú destruyó las 1.417 muestras de dopaje cuando faltaban solo tres días para la llegada de los auditores internacionales. Según el informe, Rodchenko les dijo que había decidido "hacer algo de limpieza para prepararse para la visita".

Otro detalle preocupante es que la agencia acusa a los agentes del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB) de intromisión en la labor antidopaje en los JJOO de Sochi 2014. En particular, habrían estado infiltrados en el laboratorio, "comprometiendo la imparcialidad, el juicio y la integridad del trabajo”.

Un documental emitido por el canal estatal de televisión alemana ARD denuncia el dopaje sistemático en la Federación Rusa de Atletismo y provocó este año la suspensión por el Comité Ruso Antidopaje de cinco marchadores, tres de ellos campeones olímpicos, por niveles anormales en su pasaporte biológico.

También fue suspendido el entrenador jefe de la Federación de Atletismo, Valentín Maslakov. Le sustituyó en abril el excampeón olímpico Yuri Borzakovski. Es probable que no sean los últimos deportistas rusos inhabilitados.

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