El mundo del deporte acumula casos de corrupción prácticamente a diario. Este miércoles el británico The Guardian asegura que la candidatura de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 ingresó 1,3 millones de euros en una cuenta vinculada con el hijo del expresidente de la Federación Internacional de Atletismo, el senegalés Lamine Diack, todo ello durante la pelea para albergar los Juegos de 2020.
La cuenta en la que Japón habría ingresado esa cantidad está vinculada a Papa Massata Diack, el hijo de Lamine Diack que fue empleado por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo como consultor de marketing.
Diack padre fue miembro del COI entre 1999 y 2013, año en el que se concedieron los Juegos Olímpicos de 2020 a Japón. Después de convertirse en miembro honorario en 2014, en noviembre pasado tuvo que renunciar debido a denuncias de sobornos por más de un millón de euros para encubrir positivos por dopaje de atletas rusos.
Este nuevo supuesto pago de alrededor de 1,3 millones de euros, investigado por la justicia francesa, aumentará la presión sobre el Comité Olímpico Internacional para explicar los vínculos entre el régimen de Diack y la carrera de licitación para su evento insignia. Sin duda, todo ello plantea serias dudas sobre la limpieza de la elección de Tokio como sede de los Juegos de 2020.