Dicen que hablando se entiende la gente. Pues bien, el Real Madrid aplica esta máxima al baloncesto, pero sin palabras. Los hombres de Pablo Laso únicamente necesitan sentirse libres en la pista para lograr una comunión excelsa entre ellos. ¿Cómo lo consiguen? Corriendo como si no hubiera un mañana. Y cuando lo hacen, la vida es mucho más sencilla. El último en sufrir las consecuencias de la ira madridista tras la eliminación europea fue el Fuenlabrada (129-81), con el Chacho sentando cátedra para la historia con las 19 asistencias de récord amasadas por sus manos. Buena parte de las 35 del equipo, también tope de la ACB junto a la valoración (179) y el número de partidos anotando 100 o más puntos en un curso (11).
En la primera vuelta, los vecinos del sur de Madrid arrancaron un triunfo al vigente campeón en unos últimos minutos trepidantes. Sin embargo, este miércoles apenas hicieron acto de presencia en el Palacio de los Deportes. Sí en cuerpo, pero ni mucho menos en alma. En cuanto los locales metieron la quinta y hasta la sexta marcha, ya no hubo ningún tipo de misterio sobre el vencedor final del encuentro.
El Fuenlabrada se desquició tanto con Ayón y Thompkins (bien surtidos de balones por el Chacho, por si había alguna duda) que no tardó en causar baja en el partido. Para no perder su buena tónica este curso, el pívot mexicano tampoco bajó el pistón ante el equipo donde empezó a ser 'Titán'. Y, como empieza a ser habitual, su pareja norteamericana volvió a demostrar toda la determinación que mantuvo en secreto hasta este último mes. Con la siempre inestimable aportación de Felipe Reyes, aun dolido del hombro que tanto le castiga desde febrero, la pintura madridista cumplió de sobra su papel.
Lo mismo sucedió con el perímetro, sustentado en unos porcentajes excelsos durante los 40 minutos. Tanto los tiros de dos como los triples acompañaron. Un poquito de Sergio Rodríguez por aquí, otro poco de Llull por allá, la cuasi infalibilidad de Thompkins (¿Entienden ya la metamorfosis?) y algo más de Rudy, Nocioni y Carroll fue suficiente. Mención especial para el último, mejor tirador de la historia de la ACB con más de un 50% de acierto en sus lanzamientos. Con el Chapu, por cierto, también posicionado de lujo en la ilustre estadística.
Ante todo esto, poco importaron las rachas de Wear, Popovic, Paunic y, cómo no, la del hiperproductivo Urtasun (18 puntos en 23 minutos). El Madrid se gustó tanto que, no conforme con rebasar los 100 puntos antes de iniciarse el último cuarto, acabó firmando una anotación más propia de la NBA: 129. Tal es la velocidad de crucero de los de Laso en la competición doméstica que enlazan ocho victorias consecutivas desde que perdieron contra el Iberostar Tenerife a finales de marzo.
O lo que es lo mismo, el Madrid lleva invicto en liga casi dos meses. Mientras el primer puesto liguero todavía es factible para los blancos, la clasificación matemática del Fuenlabrada para los playoffs aún debe esperar. Esta vez, al alumno Cuspinera le tocó recibir la lección y no impartirla. Al menos, formó parte de un pedazo de historia de nuestro baloncesto. Así la cabeza se baja con más (dentro de lo que cabe) gusto. Sobre todo cuando es uno de tus pupilos, el Chacho, quien es leyenda.
Ficha técnica
129 - Real Madrid (27+33+37+32): Rudy (14), Maciulis (6), Rodríguez (11), Ayón (14) y Thompkins (25) -equipo inicial- , Reyes (14), Carroll (10), Llull (14), Lima (7), Doncic, Nocioni (11) y Taylor (3).
81 - Montakit Fuenlabrada (15+21+22+24): Popovic (8), Tabu, Wear (10), Sobin (8) y Paunic (16) -equipo inicial-, Uriz (2), Stevic (6), Llorca (8), Demetrio, González (2), Urtasun (18) y Scott (3).
Árbitros: Miguel A. Pérez, Vicente Bultó y David Planells. Sin eliminados.
Incidencias: partido correspondiente a la trigésima segunda jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes de Madrid (Barclaycard Center) ante 6.566 espectadores.