¿Justicia individual o responsabilidad colectiva? Esa es precisamente la cuestión en el caso de los deportistas rusos, salpicados por un sistemático dopaje promovido por el Estado. Y esas dos opciones han sido sobre las que ha tenido que decidir el Comité Olímpico Internacional. ¿Se debe castigar a todos los deportistas de un país por el hecho de que se pruebe que su tejido deportivo no es limpio? ¿Se debe acabar con la presunción de inocencia y el principio de justicia individual de cada atleta? Ni sí ni no. O como diría el COI, siguiente pregunta.
La excusa que ha utilizado el COI para no ceder a la presión internacional, que pedía la suspensión de todos los deportistas rusos de cara a los Juegos de Río, es precisamente que no se puede culpabilizar a todos por los delitos de unos pocos. Y la falta de tiempo. Una falta de tiempo producida por el hecho de que el Informe McLaren se publicó apenas 18 días antes de la inauguración de Río, cuando los documentales y denuncias en medios de comunicación revelando los detalles de las tramas se produjeron hace casi un año.
Exceptuando a los atletas rusos, que seguro que no estarán en Río después de que el TAS ratificara la sanción impuesta por la Federación Internacional de Atletismo, en el caso de todos los demás deportes olímpicos el COI ha decidido que quien tome la decisión sobre cada deportista sea su respectiva Federación Internacional, una decisión cuando menos polémica, dado que muchos presidentes de Federación Internacional son también miembros del COI.
Solo siete Federaciones 'limpias'
De las 27 Federaciones Internacionales que participan en Río, 20 han tenido casos de “desaparición de positivos” en el Informe McLaren. Las siete que no tienen ningún caso - Gimnasia, Hockey hierba, Golf, Tiro con arco, Rugby, Badminton, Hípica y Tenis- probablemente no pondrán pegas a los deportistas rusos a participar en Río. La ITF (Federación Internacional de Tenis) ya confirmó que dejará ir a los tenistas.
De entre las Federaciones con más casos destapados en el Informe McLaren, como Lucha, Halterofilia o Natación, entre otras, tendrán que decidir qué hacer en los próximos días, mientras algunas con muy pocos casos, como Tenis de Mesa o Baloncesto, ya habían señalado hace unos días que no eran partidarias de las decisiones colectivas, por lo que se espera que salvo los deportistas implicados en el Informe, el resto puedan estar en Río.
Para que la Federación pueda inscribir a deportistas rusos en los Juegos de Río debe tener constancia de que el atleta ha pasado controles de dopaje “internacionales y realizados por agencias, instituciones o países solventes” y jamás ha dado positivo. En cualquier caso, los rusos que hayan dado positivo alguna vez, aunque hayan ya cumplido la sanción correspondiente, no podrán participar en los Juegos.
Sí podrán hacerlo, sin embargo, deportistas de cualquier otro país del mundo que ya hayan cumplido su sanción por dopaje, como es el caso, entre otros muchos, del velocista estadounidense Tyson Gay, o del ciclista español Alejandro Valverde.
La propia televisión estatal rusa denunciaba este domingo la “injusticia” que supone que atletas que han dado positivo alguna vez, y citan explícitamente a Gay, puedan competir en Río, “mientras que deportistas rusos que jamás han dado positivo, como Isinbayeva, no podrán hacerlo”.