"No se permitirá al Comité Olímpico Ruso inscribir a ningún atleta en los Juegos Olímpicos de Río 2016 que haya sido sancionado por dopaje, incluso si él o ella ha cumplido la correspondiente sanción". El COI (Comité Olímpico Intenacional) comunicó este domingo que no habrá veto total a la participación de los deportistas rusos en la cita olímpica, delegando la responsabilidad en las correspondientes Federaciones Internacionales. Sin embargo, una resolución calificada de decepcionante e insuficiente por altas esferas deportivas -AMA, IAAF o USADA, entre otras- incluía un apartado demoledor para las aspiraciones de Yuliya Stepanova.
Este lunes, en un comunicado hecho público por la atleta y su marido, han solicitado al COI que revise su dictamen: "La decisión es injusta, porque se basa en declaraciones erradas y falsas". "Yuliya dejó absolutamente claro que esto no tiene que ver con su deseo o no de competir bajo la bandera rusa, sino con el tratamiento hostil y las amenazas que recibió desde diciembre de 2014 hasta ayer", advirtió la pareja.
La ochocentista rusa dio positivo en 2013, cuando se descubrieron irregularidades en su pasaporte biológico allá por marzo de 2011. Le anularon todos los resultados cosechados desde esa fecha y sobre ella cayó una sanción de dos años. Stepanova vio truncada su carrera deportiva y se convirtió en una víctima más del entramado ruso, donde solo importaba alcanzar la victoria sin importar qué métodos se empleaban para llegar hasta ella. Con su nombre ya contaminado por la lacra del dopaje, desprovista de cualquier tipo de apoyo, decidió tirar de la manta y destapar las primeras pinceladas de lo que hoy se ha demostrado como un sistema de dopaje de estado masivo.
En 2014, Stepanova reveló a la televisión alemana ARD mediante grabaciones secretas las prácticas dopantes extendidas del método ruso. La valentía de esta decisión la obligó a emigrar porque temía seriamente por su vida, primero fue a Alemania para posteriormente trasladarse a Estados Unidos.
Al mismo tiempo que los organismos internacionales centraban sus pesquisas en descubrir la veracidad de las confesiones de Stepanova -acrecentadas con las contundentes revelaciones del exdirector del laboratorio antidopaje de Moscú donde confesaba el mecanismo para tapar positivos-, la atleta cumplía la sanción y preparaba su regreso a las pistas.
“Al principio -afirmó la atleta-, la presión fue muy dura. Había mucha gente que no me creía y ahora el porcentaje es aún mayor. Los medios de comunicación rusos no creían que estuviese diciendo la verdad. Creían que buscaba vengarme. Y Rusia todavía no se lo cree, no se cree que todas las historias del dopaje sean ciertas.”
La atleta neutral independiente
En los pasados Europeos de Atletismo celebrados en Ámsterdam, la IAAF (Federación Internacional de Atletismo por sus siglas en inglés), permitió a la mediofondista rusa competir como atleta neutral independiente. Pero en su país siempre la han visto como una chivata. “De acuerdo con lo que he escuchado en los medios de comunicación rusos, no soy bienvenida a competir bajo bandera rusa. Solo por eso, competiré bajo bandera neutra", afirmó Stepanova antes de calzarse los clavos.
A la cita continental llegó baja de forma y lastrada por las lesiones, además, se desgarró un tendón del pie en las eliminatorias de los 800 metros. El simbólico resultado deportivo se quedó en mera anécdota, mientras se reforzaba el mensaje de esfuerzo en la interminable lucha contra el dopaje.
Tras la ratificación por parte del TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) de mantener la sanción a los atletas rusos, salvo a Darya Klishina y Yuliya Stepanova, las únicas que cumplían los requisitos establecidos, el COI ha fulminado las opciones de que la ochocentista compita en Río. El organismo olímpico no ha querido vetar a la totalidad de la delegación rusa, pero no dejará competir a ningún deportista del país que haya dado positivo anteriormente. Y Stepanova no satisface este requerimiento.
Desde la Agencia Mundial Antidopaje han afirmado que están "muy preocupados por el mensaje que esto manda a los denunciantes para el futuro". "La AMA ha sido muy elocuente apoyando el deseo de Yuliya de competir como atleta independiente. Stepanova ha jugado un papel fundamental en exponer con valentía el mayor escándalo de dopaje de todos los tiempos".
Yuliya Stepanova no podrá correr sobre el tartán azul del Engenhão, pero sí ha sido invitada por el COI para presenciar los Juegos Olímpicos en la ciudad brasileña. Un premio insignificante en comparación a todo lo que se ha podido destapar con sus intrépidas confesiones.