España ha perdido sus dos primeros partidos por la mínima, en los últimos cinco segundos, en ambos casos con una última posesión malograda por Sergio Llull. Contra Brasil [Estadísticas: 65-66], además, tras dos tiros libres fallados por Pau Gasol (ante una afición desatada que pateaba el suelo e inundaba el pabellón de gritos). Sergio Scariolo atendió a la prensa con calma y sin prisa tras una derrota “frustrante” para llamar a la unión del equipo y observar el vaso medio lleno: España depende de sí misma (quedan tres partidos: Lituania, Nigeria y Argentina) para clasificarse a cuartos y eludir a Estados Unidos.
“Estamos muy dentro del campeonato”, afirmó el seleccionador español. “Nos falta fluidez ofensiva, los porcentajes de acierto han sido muy bajos, inusuales en nuestro equipo, pero mantengo toda la confianza en mis jugadores. Nos encantaría estar 2-0 en lugar de 0-2, pero tampoco es momento de grandes discursos. Es verdad que los pequeños detalles marcan la diferencia, y debemos ser más cuidadosos […] Es una cuestión de pura concentración. En un par de días podemos corregir errores y entrar en una racha positiva, de confianza, para la fase final. Estamos en la dirección correcta”, concluyó el técnico italiano.
Rudy Fernández, que dio la cara por sus compañeros, achacó el resultado a la “mala suerte” y aportó otro dato para la esperanza: en Londres 2012 España perdió también dos partidos en la fase previa y terminó ganando la medalla de plata. Su rostro, sin embargo, era de abatimiento (probablemente empeorado por su pobre rendimiento hasta ahora). No hubo excusas ni apelaciones al cargado ambiente del pabellón, donde la afición brasileña ayudó todo lo que pudo. “Han jugado en situaciones muuuucho más complicadas”, dijo Scariolo para zanjar cualquier crítica a la sobreexcitada 'torcida' local.
El 0,1% de Gasol
La figura de Gasol, estandarte máximo del baloncesto español a sus 36 años, palideció en un duelo donde dio la impresión de estar muy cansado. Particularmente infortunados fueron los tiros libres fallados a 20 segundos del final, ganando España por uno, que hubiesen asegurado como mínimo la prórroga. Scariolo reconoció con normalidad que “hoy [por ayer] no ha tenido su mejor partido, pero el 99,9% de las veces lo tiene”. “La posibilidad de la medalla pasa por Pau” fue el mensaje de los días previos, y la estrella de los San Antonio Spurs (con menos entrenamiento que sus compañeros) ya reveló que esperaba alcanzar su mejor nivel en la fase final.
La derrota contra los anfitriones deja al equipo sin margen de error, pero existe una lectura más optimista del encuentro: España falló 11 tiros libres (7 de ellos Gasol) y capturó más rebotes que una selección “físicamente más fuerte”, como subrayó Scariolo, queriendo demostrar a unos periodistas preocupados el progreso no condecorado de una selección que, puede decirse, ha dejado escapar ambos duelos. “Hemos recuperado muchos de los valores que nos han hecho grandes”, expresó el seleccionador delante de un cuerpo técnico cariacontecido. “Hay que agarrar una victoria como sea y quitar la decepción. Perder por uno tras un palmeo con Brasil en su cancha se puede producir. Sin ese último episodio, estaríamos hablando de una victoria épica. Hay que saberlo digerir. No hay razones para el derrotismo y la desesperación”.
El próximo partido (Nigeria, este jueves) ya sólo admite un resultado. La fase de la vida o muerte se ha adelantado una semana para la selección española de baloncesto.