El estadounidense Michael Phelps, el deportista más laureado en la historia de los Juegos Olímpicos, agigantó este jueves su leyenda, tras conquistar su vigésima sexta medalla al colgarse el oro en la final del 200 estilos.
Un triunfo que permitió al norteamericano igualar a sus compatriotas, los atletas Carl Lewis y Al Oerter, como el único deportista capaz de ganar una misma prueba individual en cuatro Juegos Olímpicos consecutivos.
Phelps, al que todavía le queda por disputar en Río otra prueba individual, el 100 mariposa (se clasificó quinto para la final), además del relevo 4x100 estilos, acumula con el metal logrado en la prueba corta de estilos un total de 26 medallas -22 oros, 2 platas y 2 bronces-.
Su dominio absoluto en los 200 estilos arrancó hace doce años en los Juegos de Atenas, y, tras prolongarse en Pekín 2008 y Atenas 2012, se cerró en Río, donde nadó por última vez una final olímpica de esta distancia. En su despedida, volvió a ser el mejor tras ser el único capaz, pese a sus 31 años, de bajar del 1:55.
Una marca que permitió al estadounidense aventajar en 1.95 segundos al japonés Kosuke Hagino, el hombre que parece destinado a heredar el trono de Phelps en los estilos, y que debió conformarse con la plata. Completó el podio el chino Shun Wang, que con un tiempo de 1:57.05 se colgó la medalla de bronce tras firmar una excelente posta final de nado libre.
Por su parte, el también estadounidense Ryan Lochte y el brasileño Thiago Pereira, que partían como grandes favoritos junto a Phelps, acabaron en quinta y séptima posición respectivamente.