Ellas son Liina, Lily y Leila Luik, las primeras trillizas de la historia que compiten en las misma prueba de unos Juegos Olímpicos. Y no en una cualquiera, sino en la más dura de todas, la que goza de más historia: la maratón.
En una carrera extraña, disputada a las 14:30 horas de Brasil y con final en el Sambódromo y no en el Estadio Olímpico, como marca la tradición, Lily fue la más rápida de las tres, terminando en la posición 97 con un tiempo de 2 horas 48 minutos y 29 segundos. Leila llegó algo más retrasada, en el puesto 114 (2:54.38). Liina, con problemas al paso de los 20 kilómetros, se vio obligada a retirarse.
"Nos sentimos más fuertes corriendo juntas. Cuando Lily se quedaba rezagada yo pensaba 'vamos, vamos'. Para mí es muy triste porque tú tienes que empujar al máximo hasta el final", confesó Liina, que luego no pudo terminar la carrera.
Cada país puede inscribir a tres atletas para correr la maratón. En Estonia, la Federación atlética del país, no tuvo que mirar más allá de una familia. Leila es la que tiene mejor marca personal (2:37.11). El tiempo más rápido de Liina es de 2:39:42, y el de Lily de 2:40:30. Casualmente o no, el orden de sus registros coincide con el orden de nacimiento.
Estas fondistas estonias, rubias blanquizas de 30 años que cumplen 31 en octubre, comenzaron a tomarse en serio el atletismo a una edad tardía, con 24. En el Europeo de Zúrich 2014, las tres tomaron la salida en una maratón de un gran campeonato por primera vez en la historia. Ahora han ido un paso más allá, logrando inscribir su apellido en los libros de historia de los Juegos Olímpicos.
Nadadoras de formación e interesadas en el deporte desde bien pequeñas, se convirtieron en profesionales del hip-hop y la danza del espectáculo tras finalizar el instituto. Pero ahora han encontrado en la prueba más dura del atletismo, los 42 kilómetros y 195 metros, su oportunidad de codearse con la élite deportiva mundial, con el consecuente sacrificio que dicho objetivo atañe: suelen pasar el invierno concentradas en altitud en Kenia para mejorar el rendimiento y llegar en la mejor forma posible a las citas importantes.
Antes de viajar a Río, soñaban con una medalla que veían como una utopía: "Sabemos que tenemos que vivir con los pies en el suelo. Es muy difícil competir contra las fondistas keniatas. No estamos al mismo nivel como ellas ahora, pero en dos o tres años podemos hacerlo". Las hermanas Luik avistan Tokyo 2020 en el horizonte con cierta incertidumbre por la edad -en aquel entonces tendrán 34.
En una entrevista reciente con el New York Times bromeaban sobre su táctica para intentar batir el récord del mundo de Paula Radcliffe: cada una correría un tercio de la carrera, relevándose sin que sus rivales notasen la diferencia.