Un paseo para desengrasar las piernas y tomar contacto con el tartán azul del Estadio Olímpico de Engenhão. Eso fueron las series de los 100 metros para Usain Bolt: un calentamiento en competición con el público entregado. El velocista jamaicano debutó en Río parando el crono en 10.07 segundos, disipando cualquier tipo de duda sobre su condición física. Bolt está muy en forma.
Su show, como de costumbre, comenzó antes de saltar a la pista. Después de deleitar a los brasileños con unos pasos de samba el martes pasado, llegaba la hora de calzarse las zapatillas de clavos. Una ovación atronadora sonó cuando anunciaron por megafonía la aparición del hombre más rápido de todos los tiempos. Bolt desplegó todo su repertorio de gestos antes de la carrera, pidió silencio, se colocó en los tacos de salida y en un suspiro, tras recuperarse de su gran talón de Aquiles, la salida, había cruzado la línea de meta en primera posición.
El jamaicano apenas gastó unos gramos de energía, apretando lo justo para superar al atleta de la calle tres, Andrew Fischer, el único que se atrevió a plantarle cara. Desde el paso por el 50, Bolt comenzó a mirar a los lados y a controlar la carrera a su antojo. Fue una progresión dejándose ir los últimos metros. Algo solo al alcance de los elegidos.
"No fue la mejor salida. Me sentí un poco lento, pero creo que es el hecho de correr por la mañana. No estoy acostumbrado a correr a estas horas", declaró Bolt tras finalizar su serie, a las 12:42 del mediodía en Río. "Ojalá mañana me sienta mucho mejor", sentenció.
Antes de la exhibición del actual campeón olímpico de 100, 200 y 4x100, otra fugaz estela había dejado su impronta en el Engenhão. Era Justin Gatlin, la eterna sombra de Bolt que nunca consigue adelantarle. El estadounidense ganó su serie en un tiempo de 10.01 segundos, el más rápido de todos los participantes, y también de paseo en la segunda parte de la carrera. "Estoy concentrado, salgo a la pista, realizo mi carrera en primera ronda y cruzo la línea de meta", dijo Gatlin.
En cuanto al resto de favoritos, todos cumplieron sin ningún tipo de problema. Andre De Grasse (10.04) y Trayvon Bromell (10.13), los dos bronces en el Mundial de Pekín 2015, transmitieron grandes sensaciones; al igual que Yohan Blake (10.11), que vuelve a una gran competición después de una prolongada ausencia por culpa de las lesiones. La jornada de este domingo, con la disputa de las semifinales primero, y la carrera por las medallas después, se vislumbra cargada de emoción. Será, nuevamente, un todos contra Bolt.