La Villa Olímpica de Río de Janeiro vivió este domingo otro desagradable incidente. Tras las obras sin acabar en algunos edificios y otras contingencias de las que se han quejado los atletas, el último problema que ha detectado la organización de los Juegos ha sido un atasco grave de los desagües del complejo hostelero.
¿El motivo? Según informan algunos medios brasileños, un gran número de preservativos usados por los atletas durante las dos semanas en las que han compartido residencia, y que han acabado desechados en los váteres de las habitaciones.
Al parecer, los condones han provocado un atasco en el colector que recoge los objetos sólidos. Algo que no es nuevo. En 2007, los Juegos Panamericanos que también se celebraron en Río dejaron una imagen similar, ya que la delegación argentina sufrió un problema con el sistema de desagüe por los preservativos que se usaron en la cita.
La organización batió el récord de condones repartidos a los atletas en unos Juegos, con nada menos que 450.000. Es decir, que cada uno de los 10.500 deportistas que han acudido a Río ha dispuesto de una media de 42 preservativos para las casi tres semanas que ha durado el evento.