Los Juegos Olímpicos han sido, tradicionalmente, un escenario donde la política ha jugado un papel fundamental: del veto estadounidense a los Juegos de 1980 a los crímenes de Septiembre Negro en Múnich'72. Sin embargo, toda cita olímpica es una oportunidad para que el mundo se reencuentre con el espíritu de la competencia pacífica del deporte. Prueba de ello son los próximos Juegos Olímpicos de invierno, que se disputarán dentro de cinco meses en Corea del Sur, mientras el mundo observa con la respiración contenida los ensayos balísticos y militares de su vecino del norte.
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, se reunió en Nueva York con el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el alemán Thomas Bach, para discutir sobre los Juegos de Pyeongchang, que se desarrollarán del 9 al 25 de febrero de 2018. Encuentro en el que Corea del Sur ha expresado su convencimiento de que una buena organización "borrará las preocupaciones" del mundo sobre la estabilidad política en la región.
Corea del Norte llevó a cabo su sexto y, de lejos, más potente ensayo nuclear el pasado 3 de septiembre, cuando demostró al mundo que tiene en su poder la 'bomba H' y es capaz de armarla en misiles intercontinentales con un alcance de unos 10.000 kilómetros. Un movimiento que ha llevado a diferentes sanciones por parte de Naciones Unidas.
"Somos muy conscientes de las preocupaciones que el COI y el mundo entero tienen con respecto a la península coreana", dijo Moon a Bach en la reunión de Nueva York. "Una exitosa organización de los Juegos de Pyeongchang borrará esas preocupaciones por la seguridad y mostrará la paz y la estabilidad regional en la Península Coreana", sostuvo Thomas Bach.
Ahora la única respuesta significativa que esperan el COI y el gobierno de Corea del Sur por parte del país que preside Kim Jong-un es la clasificación y la participación de atletas norcoreanos en la cita. "Estoy seguro de que la política es una cosa y los Juegos Olímpicos otra diferente", dijo al respecto Chang Ung, el único miembro de Corea del Norte en el COI. "Así que no veo ningún gran problema para los Juegos de Pyeongchang", explicó en referencia concreta al patinaje artístico, el patinaje de velocidad en pista corta y, posiblemente, el esquí nórdico, los tres deportes que podrían ver a atletas norcoreanos.
Bach reiteró el compromiso de la comunidad de celebrar los Juegos Olímpicos de Invierno en Corea del Sur diciendo que no había un "plan B" para cambiar la ubicación de los Juegos a sólo cinco meses de la jornada inaugural. "Estamos siguiendo a los atletas norcoreanos que participan en eventos de calificación. Le hemos ofrecido al Comité Olímpico Nacional del país apoyar a estos atletas cuando sea necesario", apuntó.
Por ahora, no está claro si el Norte aceptará la oferta y participará en los Juegos Olímpicos de Invierno, pero Corea del Sur ha presentado un proyecto de resolución para una tregua olímpica, que será votada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 13 de noviembre.
Otro de los problemas a los que se enfrentan el Comité Olímpico y la organización de los Juegos es el conflicto con la NHL, la liga de hockey hielo más poderosa del mundo, que ha decidido no permitir a sus estrellas acudir a Pyeongchang. Una medida que afecta desde a la propia selección estadounidense hasta a la canadiense, pasando por Noruega, Rusia y casi cualquier otra selección clasificada para la cita.