La amenaza de cancelación de los JJOO de Tokio 2020: tres casos en la historia y un cambio de sede
El coronavirus está poniendo entre la espada y la pared a la organización de la cita de este próximo verano.
27 febrero, 2020 00:55Noticias relacionadas
La alarma con el coronavirus sigue acechando a los Juegos Olímpicos. La cita que se celebrará, en principio, en Tokio este próximo verano está viendo como crece el temor por esta pandemia, reconocida esta misma semana por la Organización Mundial de la Salud, y la sombra ya acecha directamente después de las declaraciones de Dick Pound.
El miembro más veterano del Comité Olímpico Internacional explicó este martes que en los próximos meses se tomará la decisión sobre una posible cancelación de la cita olímpica. También descartaba la posibilidad de posponerlos al próximo año u organizarlos en otra ciudad. En la entrevista en Associated Press, Pound seguía animando a los atletas a entrenar y explicó que el COI tiene un fondo de emergencia de 1.000 millones para afrontar una circunstancia como la que está en el aire.
Hay muchas incógnitas por desvelar en el caso de que finalmente se tome la decisión de aplazar. Aunque todavía quedan muchos meses para controlar el virus lo suficiente como para no generar un peligro para la salud mundial y la de los atletas. Las consecuencias económicas y deportivas serían tremendas.
Tres meses para decidir
Los problemas que está causando con respecto a los preolímpicos tanto para los Juegos Olímpicos como para los Paralímpicos que se iban a celebrar en las inmediaciones del país nipón están creando una preocupación mayor. La mayoría de estas competiciones se están reubicando por Europa, por lo que no habrá problemas para que todas ellas tengan a todos sus participantes confirmados.
El COI ya tiene la experiencia del Zika de Río 2016. Esta amenaza en forma de mosquito provocó muchas menos muertes que las que lleva el coronavirus, pero sí hizo que se repartiesen repelentes para prevenir cualquier tipo de problema con los atletas. Al final, este organismo tiene que velar por no crear una catástrofe en forma de profesionales que no puedan competir por enfermedad.
Este precedente no provocó ninguna suspensión, pero no es la primera vez en la historia que unos Juegos se cancelan o cambian su ubicación. El hecho de que Dick Pound descartase la segunda posibilidad deja solo abierta la decisión de que no se disputen los JJOO si la amenaza es real.
Las dos Guerras Mundiales
Hasta en tres ocasiones no se han disputado los Juegos Olímpicos durante toda su historia. Todas ellas han sido antes de 1950, por lo que no hay ejemplos recientes de una circunstancia como esta. El mundo ha cambiado mucho, sobre todo se ha globalizado, que es la circunstancia por la que se ha generado tanta alarma con el coronavirus, por lo que estos antecedentes hay que cogerlos con pinzas.
Las dos grandes guerras fueron las responsables de la suspensión de los Juegos Olímpicos en tres ocasiones. La primera vez fue en Berlín 1916. La capital alemana se impuso a Alejandría, Ámsterdam y Cleveland en la elección. El estallido de la Primera Guerra Mundial supuso que nunca se pudiera celebrar esta cita. El estadio que iba a acoger el evento, el Deutschers Stadion, se empezó a erigir en 1912 pero en 1914 comenzaron las hostilidades y la llama olímpica nunca se llegó a encender.
Durante la Segunda Guerra Mundial se cancelaron dos ediciones de los Juegos Olímpicos. Helsinki iba a acoger la cita de 1940 que dejó vacante, precisamente, Tokio por una Guerra Civil. El estallido de esta segunda gran guerra provocó la suspensión de esa edición. Circunstancia que se repetiría en Londres 1944. En esta ocasión el COI compensó a la capital inglesa y le concedió la cita de 1948.
Un precedente de traslado
También hay un precedente en la historia de un traslado de sede de los Juegos Olímpicos. En este caso, esta experiencia fue aún más antigua. La ciudad de Roma fue la elegida para celebrar la edición de 1908. Pero en 1907 el Monte Vesubio entró en erupción poniendo la ciudad de Nápoles en riesgo.
El gobierno italiano decidió dedicar los recursos que iba a invertir en la celebración de los Juegos para reconstruir la ciudad napolitana y renunciar a ser la sede donde se disputaría la cita olímpica. En esa ocasión fueron a parar a Londres.
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