El confinamiento provocó que Simone Biles prolongara su parón competitivo desde los Mundiales de 2019, donde volvió a exhibirse como la mejor gimnasta del mundo y una de las mejores de la historia. Las cinco medallas de oro que conseguía en esta cita en Stuttgart ampliaban su leyenda convirtiéndose en la gimnasta con más medallas en estas citas con 25, 19 de oro. Esa es la última referencia en un campeonato de la joven de 24 años.
Ahora vuelve a encarar su preparación para los Juegos Olímpicos que sí se celebrarán este año en Tokio con la mirada puesta en repetir los éxitos que logró en Río de Janeiro. A priori, será la favorita a llevarse todas las pruebas en las que compita, aunque, por ahora, sea una incógnita su estado real. Más allá de algunos vídeos suyos en las redes sociales, poco se sabe de la gimnasta nacida en Columbus. Su capacidad para competir desde que se convirtió en profesional la avala.
Eso sí, ella misma ha confirmado que su presencia en Tokio tiene más que ver con "ser la voz de las supervivientes de los abusos" que sufrieron durante años en la gimnasia estadounidense que con conseguir más medallas de oro. La actualidad que tenía relación con Biles en los últimos años ha tenido que ver más con este suceso, que ha marcado un antes y un después no solo en la sociedad estadounidense, si no también en el resto del mundo de la gimnasia.
Como víctima de los abusos de Larry Nassar, Biles se ha erigido como una de las caras visibles en la lucha contra esta lacra, motivo por el que abandonó Nike para enmarcarse en la aventura de la marca deportiva Gap Athletic. El exmédico de la selección de su país fue condenado a un centenar de años de prisión después del testimonio de gimnastas como la campeona olímpica. Después de pasar por el infierno, Simone se hizo un hueco en el firmamento como la principal estrella del mundo de la gimnasia en la actualidad y, prácticamente, en la historia de este deporte.
Reto olímpico
"No soy el próximo Usain Bolt o Michael Phelps, soy la primera Simone Biles" explicaba tras su gran éxito en Río. Ese fue el inicio de una carrera que había comenzado varios años antes cuando, sin ser mayor de edad, arrasaba en cada competición a la que acudía. La madurez que le ha ido dando la experiencia y un carácter insaciable han pulido la calidad de esta gimnasta que ahora busca superar toda marca establecida anteriormente.
El próximo fin de semana volverá a competir durante el US Classic, que se celebra el 22 de mayo en Indianápolis. Inicialmente planeó su regreso a la competición en la etapa de la Copa del Mundo de gimnasia artística en Tokio el 4 de mayo, pero el evento fue cancelado. Esta cita servirá como clasificatorio para los Campeonatos de Gimnasia de EEUU que están previstos entre el 3 y el 6 de junio, donde tendrá que certificar su clasificación para Tokio.
Ha estado 18 meses en el ostracismo, aunque ha dejado algunas rutinas de entrenamiento que muestran su buen estado de forma y el gran reto que quiere lograr: el 'Yurchenko' combinado con un 'Yang Wei', un salto de potro reservado antes solo para los hombres. Además, esta cita servirá para que se pruebe ante algunas estrellas de Estados Unidos como Laurie Hernández, dos veces medallista olímpica, y Chellsie Memmel, estrella en los JJOO de 2008 que no compite desde 2012.
Parón mental
Ha sido muy importante este período de parón para liberar su mente ante toda la presión que tiene a su alrededor, sobre todo mientras su hermano se enfrenta a un juicio en Estados Unidos. Tevin Biles-Thomas, soldado del ejército estadounidense de 26 años que vive en Georgia, se declaró inocente de los cargos de asesinato, homicidio voluntario, agresión criminal y perjurio después de que le acusaran de múltiples cargos de asesinato en un tiroteo en una fiesta de Nochevieja de 2018 en Cleveland. Sobre este caso, Simone siempre ha optado por el silencio.
Ya se tomó un parón de 15 meses después de los JJOO para administrar todo lo que había logrado, mientras el escándalo Larry Nassar explotaba, aunque para Biles la gimnasia siempre ha sido una vía de escape. El deporte le ayudó a salir adelante después de que parte de su niñez le fuese arrebatada por sus padres biológicos. Shanon Biles era adicta y no podía hacerse cargo de sus cuatro hijos. Fue entonces cuando su abuelo rescató a los pequeños del infierno. Los dos hermanos mayores -Tevin y Ashley-, fueron a vivir con la hermana de su abuelo Roland; mientras que la propia Simone y Adria fueron acogidos por él y su segunda esposa, Nellie.
Evidentemente, el confinamiento no ha sido fácil para nadie, pero ella quiere demostrar esta semana que en Tokio puede igualar esa marca de cuatro oros. Cada año sigue incrementando la dificultad de su programa y ya existen dos ejercicios que llevan su nombre. Todo el mundo espera a ver de lo que es capaz en la cita de este verano y un buen anticipo será lo que suceda este próximo fin de semana en Indianápolis.
[Más información - Simone Biles, tras los abusos de Nassar: "Dormía mucho porque era lo más parecido a la muerte"]