El racismo sigue estando presente en el mundo del fútbol y ni siquiera la preparación de los Juegos Olímpicos se ha salvado de alguna polémica relacionada con esta lacra social. La selección olímpica de Alemania ha sido quien ha tenido que sufrir el último supuesto ataque contra un jugador por su color de piel.
El conjunto germano decidió poner punto final a su participación en el minuto 87 después de que uno de sus futbolistas denunciara insultos por parte de un rival de la selección de Honduras, país contra el que se estaban midiendo en lo que era su última prueba antes de participar en el reto olímpico.
Todo se produjo a pocos minutos del final del choque cuando Jordan Torunarigha, futbolista de la selección alemana de raza negra y que milita en el Herta Berlin, no aguantó más los supuestos ataques de un rival y decidió comunicárselo a sus compañeros para tomar la decisión final de retirarse del terreno de juego.
Este jugador de ascendencia nigeriana de tan solo 23 años ha tenido que vivir un episodio lamentable y que, de confirmarse, sería realmente grave, pero el solo hecho de tener que abandonar el partido ya ha supuesto un espectáculo muy triste y ha dejado una imagen que no es buena ni para el fútbol ni para los Juegos Olímpicos.
Con el marcador de empate a uno, Jordan Torunarigha se quejó de haber recibido estos insultos por parte de un miembro del equipo hondureño y sus compañeros no tardaron en posicionarse al lado de su compatriota y arroparle en este momento tan complicado en una acción que ya está dando la vuelta al mundo entero.
El seleccionador alemán quiso dar la cara tras esta polémica para cerrar filas en torno a su jugador y denunciar lo que había sucedido: "Cuando uno de nuestros jugadores recibe insultos racistas, seguir jugando no es una opción. Jordan estaba terriblemente molesto porque dijo que lo insultaban repetidamente de manera racista. Hicimos contacto visual el uno con el otro y para nosotros estaba claro: esto viola nuestros valores, no podemos tolerar eso".
A pesar de esta experiencia tan desagradable, Stefan Kuntz reconoció que hubo un acercamiento por parte del equipo hondureño para intentar aliviar una situación realmente indeseable: "Después de que la situación se calmase un poco, toda la escuadra de Honduras se acercó a nosotros en el banquillo y se disculpó. Ese fue el final del tema para nosotros".
Por su parte, Honduras no quiso hacer una comunicación oficial muy extensa sobre lo sucedido y prefirió dejarlo todo en un malentendido fruto de la tensión sobre el campo y del alto ritmo del partido: "La Federación Hondureña sobre el tema expresa que la situación pasa por un mal entendido en el terreno de juego". Así lo expresaron a través de sus redes sociales.
Se repite el desastre
Este espectáculo lamentable se produjo después de que Inglaterra haya sido objeto de muchas críticas en el mundo por la actitud de muchos aficionados para con sus jugadores de raza negra tras su derrota en la Eurocopa. Algunos como Saka, que falló el penalti decisivo contra Italia, o Rashford y Sancho, que también fallaron sus lanzamientos en la tanda, han tenido que sufrir ataques denigrantes.
En el caso de Jordan Torunarigha, el jugador se ha mostrado visiblemente dolido porque no es la primera vez que tiene que hacer frente a un hecho de este tipo. En febrero del año pasado, en un partido de Copa frente al Schalke 04, ya pasó por una situación parecida al recibir insultos racistas y cánticos con el sonido característico del mono. Aquel día, Torunarigha terminó expulsado y se marchó entre lágrimas del campo.
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