Maialen Chourraut (San Sebastián, 1983) cierra el ciclo olímpico con una nueva medalla en los JJOO. La palista española ha conseguido una más que meritoria plata en las aguas bravas del canal de Katai en Tokio 2020. No llegaba con grandes resultados a esta cita, pero la vasca ha conseguido un nuevo éxito en su carrera. Su tercer metal en los Juegos Olímpicos llega tras una gran bajada con su K1, que completa lo cosechado en Londres 2012 con otro bronce y Rio 2016, con el oro que encumbró su carrera. [Así vivimos la jornada en directo de los JJOO de Tokio 2020]
Fue la cuarta en salir al canal e hizo una bajada precisa y perfecta. Si ha conseguido la medalla es en gran parte por no cometer ni un solo error. Quizá no fue la más rápida, pero no tuvo ninguna penalización. Eso le permitió que no se añadieran dos segundos a su tiempo definitivo. Su 106:63 fue suficiente para hacerse con la plata, mientras el resto de sus rivales iban golpeando a alguna de las picas en los remontes que provocaban que sus tiempos fueran peores.
Solo Ricarda Funk fue un segundo más rápida. La alemana tampoco tuvo penalización y demostró que estaba un punto por encima en su preparación. La sorpresa fue Jessica Fox. La gran favorita al oro cometió dos penalizaciones, de forma que por 10 centésimas firmaba un tiempo peor que la española. La italiana que fue cuarta, Stefanie Horn, solo tuvo dos segundos de sanción pero solo la separaron 30 centésimas.
Le faltaba la plata para redondear sus presencias en los Juegos Olímpicos. A sus 38 años, no ha asegurado que vaya a ser su última presencia en una cita de este calado. En tres años aparece en el horizonte París y quizá esta medalla sea un impulso para dar un último remonte. Es la reina de las aguas bravas de este país y su leyenda queda para la historia del olimpismo nacional. Maialen ya es una de esas mujeres ejemplo del deporte español.
Por Ane
La veterana palista vasca llegaba con ambición de nuevo pero la experiencia le hace ser prudente e ir paso a paso, sobre todo tras un periodo olímpico con novedades. Es por lo que en la clasificación fue muy cauta e, incluso cometiendo un error en una de las últimas postas, conseguiría el pase con el séptimo mejor tiempo. En un canal muy complicado sobre todo por las condiciones climáticas, Chourraut dio preferencia a no cometer ningún error y asegurar su presencia en la final.
No ha sido un ciclo olímpico fácil para la donostiarra. Unos problemas físicos en 2018 la lastraron. De hecho, que se postergaran un año estos Juegos le vino en parte bien. En ese plazo de tiempo, aunque el coronavirus fue un problema para los entrenamientos, pudo tener una recuperación más cómoda. Eso propició que en 2021 haya tenido competiciones suficientes al nivel que más o menos esperaba. No estaba del todo contenta, pero cree que ha llegado mejor de lo que pudiera haberlo hecho en 2020.
Madre coraje
Este éxito también va por Ane. La pequeña que llegó tras su primer triunfo olímpico en Londres y que dejó uno de los momentos más enternecedores en Rio 2016 habrá estado pendiente de lo que hacía su madre desde España. En esta ocasión no ha podido acompañar a su madre y a su padre, Xabi Etxaniz, que es el entrenador de la palista. Es una motivación para seguir compitiendo y es un ejemplo para el resto de deportistas que se encuentran en una situación similar; algo que comentaba en una entrevista con EL ESPAÑOL.
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