Tom Daley (Playmouth, Inglaterra, 1994) consiguió su primera medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Después de tres ediciones con intención de llegar a lo más alto, el británico alcanzó su objetivo en Tokio. Y lo celebró mandando un mensaje que ha ocupado más titulares de los que se preveían con su metal. El clavadista, considerado un prodigio de su disciplina con sus dos bronces, aprovechó la rueda de prensa del campeón para mostrar su orgullo por "ser un hombre gay" y a la vez "un campeón olímpico".
El mensaje no ha pasado desapercibido. Se puede considerar ya una de las frases revolucionaras de la cita de Tokio 2020, que está dejando más de una reivindicación de temas que no suelen generar tanta preocupación en el sector del deporte de élite. Daley tenía todas las cámaras centradas en su persona y prefirió aprovechar la oportunidad para abrir la romper el muro del silencio y abrir la puerta de la esperanza.
"Me siento orgulloso de decir que soy un hombre gay y que también soy un campeón olímpico. Cuando era más joven pensaba que nunca podría conseguir nada precisamente por ser quien yo era. Ser campeón olímpico ahora demuestra que puedes conseguir cualquier cosa". Bien sabe Daley lo que es superarse, lo que es triunfar y aguantar presiones. Lo que, al fin y al cabo, es mantenerse vinculado a rumores y dudas sobre su condición sexual.
En 2013 negó en una entrevista ser gay, cuestión que hoy en día sorprendería en una entrevista común. Meses después, en un mensaje publicado en sus redes sociales, confesó tener pareja. Y era un hombre. Daley sumó a su condición de deportista su participación como activista LGTB. Se erigió como referente del colectivo con la intención de mandar un mensaje de igualdad. Y tras menos de diez años, el nuevo oro olímpico de plataforma de 10 metros sincronizada junto a su compañero Matty Lee ha logrado catapultar su mensaje a gran parte del planeta.
La presión tras 2012
Fue en una entrevista en el diario Mirror donde Tom Daley negó ser homosexual. El simple hecho de tener que aclarar dicha cuestión ya reflejaba los rumores que corrían sobre su orientación. Tenía 19 años, estaba ganando cada vez más apariciones en los medios y no se le conocía ninguna pareja mujer. 2013 -tras una medalla en Londres'12- y Daley bromeaba con las etiquetas que le colocaban. "Creo que es divertido cuando la gente dice que soy gay... Me río de ello", explicó. "No lo soy, pero aunque lo fuera, no me avergonzaría".
Tan solo unos meses después, y utilizando YouTube como plataforma -contaba con más de 2 millones de seguidores-, Tom Daley anunció que era homosexual. "Al llegar la primavera de este año, mi vida cambió al conocer a alguien que me hacía sentir feliz, y ese alguien es un hombre". Su nombre: Dustin Lance Black. Su profesión: guionista de cine. ¿Por qué lo hizo? Porque aunque "en un mundo perfecto" no debería hacerlo, se dijeron cosas sobre él que no le gustaron. "Por supuesto que me gustan las chicas, pero ahora mi novio es un hombre". Tras ello llegarían una avalancha de mensajes y hasta dos portadas anuales seguidas en la revista Attitude como hombre más sexy del mundo.
Daley siguió compitiendo -y triunfando-. En 2015, en una nueva entrevista, cambió ligeramente esa postura de años anteriores. "Siempre supe que tenía esa atracción por los chicos, pero pensaba que era algo habitual, que me atraían los chicos y las chicas. Sólo cuando conocí a Lance empecé a tener sentimientos tan fuertes", indicó en The Guardian. Su importancia en el mundo LGTB y, sobre todo, la representación del colectivo en el deporte de élite fue a mayores. El culmen lo ha puesto este 2021, no solo por lograr el ansiado y merecido oro, sino por su mensaje de libertad.
Un mensaje valiente
Cada vez son más las voces que piden una declaración pública en sectores como el deporte. Pese a que el conocimiento sobre la sexualidad de cada individuo debería ser algo completamente baladí, el tabú en el que se ha convertido en numerosas disciplinas ha hecho que más de uno decida hacerlo público. Un paso al frente como el que tomó Daley en 2013 y que él mismo ha pedido que sigan otras estrellas como las del mundo del fútbol.
Fue hace dos años cuando Tom Daley pidió que aquellos futbolistas que fueran homosexuales se atrevieran a decirlo con el objetivo de derribar barreras. "Puede ser una cosa aterradora crecer sintiéndote diferente", recordó en 2019 durante un campeonato. "Saber que un futbolista es abiertamente homosexual puede cambiar la vida de muchos niños", reclamó Daley.
Dos años después, la situación que denunciaba Daley no ha cambiado lo suficiente. En 2020, sin ir más lejos, un jugador de la Premier League empleó un medio de comunicación para declarar su homosexualidad, pero anónimamente. "Soy gay. El mero hecho de escribir las siguientes líneas ya es un gran paso para mí. Pero solo mi familia y un reducido grupo de amigos lo sabe. No me siento preparado para compartirlo con mis compañeros y mi entrenador", indicó en una carta publicada. Y hace poco, un jugador de baloncesto 3x3, aliado con la FIBA, aprovechó el organismo para confesar lo mismo aunque firmando con nombre y apellidos.
Entre medias, grandes nombres del mundo del fútbol han cerrado las puertas a la libertad en el deporte. Héctor Bellerín, jugador español del Arsenal, reconoció que "es imposible que un futbolista se declare homosexual" porque "algunos aficionados no están preparados". Lahm, exjugador y mito del Bayern, defendió una postura similar para mantener en el silencio la homosexualidad de las estrellas del fútbol. "Tendrían que soportar insultos y difamaciones, ¿quién lo aceptaría?", aseguró. Meses después, un oro olímpico como Tom Daley ha logrado colarse en todos los titulares de prensa para aprovechar su posición de estrella y hacer valer su imagen de referente.