Cuando te llamas Julen Aginagalde (Irún, Guipúzcoa, 1982) y llevas 22 años de carrera profesional, pocas cosas te pueden sorprender. Los Juegos Olímpicos son una de ellas, da igual las veces que hayas ido antes. Para el pivote son sus segundos, tras acudir a la cita de Londres 2012. Sin embargo, a sus 38 años, su rol en la Selección de balonmano es otro ahora.
Aginagalde cumplía 200 partidos con España justo antes de los Juegos. En enero le había tocado perderse el Mundial, en el que sus compañeros obtuvieron el bronce, por culpa de unos problemas de espalda. Pero Julen trabajó duro con el Bidasoa Irún -al que había regresado tras 14 años y con el que ha renovado para la próxima temporada- con un objetivo en mente: estar en la lista de Jordi Ribera.
De momento no ha jugado en Tokio, pero Aginagalde está siempre al servicio de un equipo en el que debutó en 2006. La lesión de Viran Morros, al que sustituirá Miguel Sánchez-Migallón, le abre las puertas del equipo.
Con los años, Julen ha ido viendo cómo grandes compañeros se retiraban, como ahora hará el capitán Raúl Entrerríos tras los JJOO, pero él quiere seguir al pie del cañón mientras siga disfrutando. En el vestuario de los 'Hispanos' lo hace, son una familia. Ahora en lo que está centrado es en conseguir una de las pocas cosas que le faltan, la medalla olímpica. Todo eso lo analiza en EL ESPAÑOL.
Tras ganar a Alemania, Noruega y Brasil en los tres primeros partidos, España se mide a Francia este viernes (7:15 horas) en el choque que, prácticamente, decidirá quién es el primero de grupo. Después de otro partido más, ante Argentina, llegarán los cuartos de final, la ronda en la que se quedó la selección en su última participación en unos JJOO, en Londres.
Son tus segundos Juegos y llegas a los 38 años y con un impresionante palmarés a las espaldas, pero imagino que una cita así siempre es especial.
Para cualquier deportista es lo más grande que hay. Nunca te deja de sorprender. Pese a ser los segundos, vuelves y ves la magnitud que tiene. Con todos los deportistas de todo tipo que hay aquí. Es el mayor ejemplo de lo que es el deporte.
Es una fase de grupos larga, con cinco rivales fuertes como Francia, Noruega o Alemania. ¿Cómo sentís que habéis llegado a los Juegos y cuáles crees que son las claves de esta primera fase?
Bueno, yo creo que es lo de siempre, ¿no? Nosotros nos basamos en juego colectivo, tanto en defensa como en ataque. No tenemos, quizás, grandes estrellas como pueden tener otros equipos, pero yo creo que entre todos sacamos los partidos adelante. Eso es lo que hacemos siempre: trabajar, trabajar y trabajar hasta el último momento.
Eso sí, se evitó en el grupo a las dos finalistas del último Mundial, Dinamarca y Suecia. Entre todas las selecciones, ¿cuáles dirías que son las favoritas?
Que va -risas-. No nos preocupamos tanto de eso. Lo importante es estar en cuartos y,a priori, cuanto más arriba estés será mejor. Pero todos los rivales son fuertes, vamos paso a paso, vamos a centrarnos en cerrar bien la primera fase y clasificarnos.
Y ahora toca Francia, ¿con qué ánimo se afronta el partido?
¡Con muchísima ilusión! Haber ganado a Alemania, Noruega y Brasil te da un espaldarazo de moral. Tenemos muchísimas ganas de sumar otros tres puntos.
¿Ser una de las grandes esperanzas para medalla? Hay muchas otras para España
Tras ese gran Mundial que hizo el equipo en enero, ¿sentís que sois una de las grandes esperanzas del deporte español para colgarse una medalla?
Hay muchas otras esperanzas -risas-. Hemos visto aquí que todo el mundo viene con muchísimas ganas, en todos los deportes para intentar conseguir una medalla. Nosotros haremos lo máximo que podamos para intentar lograrlo, pero yo creo que hay otras muchas posibilidades de medalla.
Hablando de ti, ¿cómo viviste el último Mundial? Se haría raro desde casa...
Eran muchos años yendo. Era la primera cita en varios años en la que no podía estar, pero como siempre se intentaba animar a los compañeros. Está claro que aunque no estés, te hace ilusión que los compañeros ganen, que el equipo vaya arriba, vaya ganando, y yo creo que aunque no estés te ilusiona muchísimo ver que las cosas salen bien.
En la segunda parte de la temporada te recuperaste y aquí estás, habiendo cumplido tu objetivo, que era volver para estar en los Juegos. ¿Qué otras metas te quedan?
Estar aquí. Estos Juegos son ahora mismo en lo que nos centramos. Estamos con muchísima ilusión. Vamos partido a partido y no pensamos mucho más allá porque sabemos que en cualquier momento cualquier equipo te puede ganar. Es complicado. Vamos poquito a poco y sin ponernos muchos objetivos.
No me voy a poner una fecha de caducidad todavía
Seguirás otro año más en Bidasoa Irún, ¿eso significa que de momento no piensas en la retirada?
No, está claro que no. He firmado otro año y por ahora estoy disfrutando mucho jugando, tanto en los partidos, en los entrenamientos con los compañeros, tanto en el equipo como en la Selección. En ese aspecto no nos vamos a poner una fecha de caducidad todavía. Voy poco a poco.
Y cuando llegue el momento, ¿seguiremos viendo a Aginagalde dentro del mundo del balonmano?
No sé el rol, pero está claro que me gustaría seguir ligado de alguna manera al balonmano. Son muchos años y creo que puedo aportar todavía, en otras facetas, para el balonmano. Ojalá que lo pueda cumplir.
En este punto, eres toda una referencia y una voz autorizada dentro de cualquier vestuario. ¿Qué papel intentas jugar con los más jóvenes?
Los más jóvenes ya vienen espabilados, tampoco tengo que tener mucho papel -risas-. Lo que hacemos, no yo solo sino todos, es intentar acoger lo mejor posible a la gente y que se adapte lo más rápido posible. Todos lo que han entrado lo han hecho de maravilla.
Y acabando con esto de los jóvenes, con los que vienen por detrás, ¿cómo ves el balonmano español que tenemos por delante? Ya que estamos en los Juegos, ¿cómo ves la generación que podría llegar a París 2024?
Seguro que será muy buena. Siempre ha pasado, cuando entramos nosotros o entraron otros, cuando se han ido, siempre se habla de cambios generacionales. Pero el balonmano español sigue dando sus frutos, sigue sacando éxitos y estoy seguro de que así será también en el futuro.