El tirador gallego Juan Antonio Saavedra, en la prueba de carabina tendida 50 metros SH1, de discapacitados físicos, logró la medalla de bronce en la última jornada de los Juegos Paralímpicos de Tokio.
Saavedra accedió a la final con la tercera mejor puntuación y esa misma posición consiguió mantenerla para colgarse la medalla de bronce con 226.3 puntos. Por delante estuvo la eslovaca Veronika Vadovicova, que fue oro con 248.9, y la sueca Anna Normann, plata con 248.5.
El tirador pontevedrés, de 47 años, volvió a subir al podium en Tokio igual que consiguió, en la misma prueba, hacerlo en Londres 2012, cuando fue subcampeón y se colgó la plata. Saavedra se marcha de Tokio con una medalla de bronce y también con un diploma por su cuarto puesto en la prueba de carabina diez metros tendido R3. Con su medalla, España finaliza los Juegos Paralímpicos de Tokio con 36 medallas (9 oros, 15 platas y 12 bronces).
La mala noticia
Un tercer cuarto muy malo condenó a la selección española de baloncesto en silla de ruedas al cuarto puesto en los Juegos Paralímpicos de Tokio, tras perder contra Gran Bretaña en un duelo marcado por el escaso acierto bajo el aro en los minutos decisivos.
Heridos por las derrotas frente a Estados Unidos, en el caso de España, y contra Japón de los británicos, el partido por el bronce fue el consuelo para dos equipos que soñaban con algo más en estos Juegos.
El primer cuarto fue un choque de fuerzas, con dos defensas muy fuertes dentro del perímetro, que hicieron muy vistoso el encuentro sin que se decantara de ningún bando.
Esa fue también la tónica en el siguiente cuarto, aunque España llegó a tener siete puntos de ventaja impulsado por Alejandro Zarzuela y Asier García, aunque la irrupción de Terry Bywater neutralizó cualquier atisbo de despegue superior en el marcador.
Tras el descanso, Gran Bretaña salió con otra mentalidad, cambió su forma de juego, y pilló desprevenida a España, que no supo frenar a jugadores como Gaz Choudhry, que lideraron el ataque de su equipo sin encontrar demasiada oposición debido a la facilidad para encontrar situaciones de tiro que tuvieron.
Los continuos fallos de España debajo del aro, unidos al poco acierto en los momentos clave en los rebotes, tanto ofensivos como defensivos, condenaron al equipo de Oscar Trigo, que en los minutos finales lo intentó con más intención que eficacia sin que en ningún momento se viera algún atisbo de posible remontada.
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