Los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín, un reto histórico: del boicot de Estados Unidos a la Covid
Los atletas siguen entrenando, tanto los norteamericanos como los del resto del mundo, a pesar de estas dos amenazas. La incentidumbre sobre la cita sigue.
10 diciembre, 2021 06:00Noticias relacionadas
Si los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 fueron una quimera con el aplazamiento lidiando con la pandemia de la Covid-19, los de Invierno de Pekín 2022 están superando cualquier dificultad vista antes. La realidad en estos momentos se resume en la palabra incertidumbre. Mientras la organización se mantiene firme en la intención de que se celebren, la postura del país con el coronavirus y el conflicto que ha aparecido con el caso de Peng Shuai lo ponen en serio riesgo.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmaba que su Gobierno está valorando un posible boicot diplomático a los JJOO de Invierno en Pekín. Es decir, que ningún dirigente político estadounidense acuda a este evento, que se celebrará en 2022. Esto podría empujar a que los deportistas tampoco quisieran acudir a la cita, aunque hay cautela por el momento entre las Federaciones y Asociaciones.
La situación de la Covid-19 en el país es de máximo control. Después de afrontar un duro pico de contagios en noviembre, China sigue intentando conseguir el objetivo de cero contagios. Pekín persigue hacer historia y ser la primera ciudad que albergue una cita tanto en verano como en la temporada invernal, después de que en el año 2008 organizara sus primeros Juegos, pero no lo va a tener nada fácil. Lo que mueve una cita así hace difícil pensar que no haya contagios como demostró la cita de Tokyo.
Después de tener que lidiar contra los efectos de la pandemia y con otras irregularidades como la falta de condiciones climatológicas o la necesidad de establecer una red de conexiones a internet que permita sostener la gran demanda que existirá en una competición en la que casi todos los actos se celebrarán de manera telemática, ahora se enfrentan a un boicot internacional a gran escala. El día 4 de febrero sigue marcado en rojo para comenzar la cita, aunque está en el aire.
El boicot
"El Gobierno Biden no enviará ninguna representación diplomática ni oficial a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de Pekín 2022", comunicó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien atribuyó la decisión al "genocidio y los crímenes contra la humanidad que persisten en la región noroccidental china de Xinjiang, así como otros abusos de derechos humanos". "Los deportistas del equipo de Estados Unidos tienen nuestro apoyo completo, y los estaremos apoyando desde casa, pero no contribuiremos a la fanfarria de los Juegos", añadió.
Hay varios países que la tienen tomada con el país asiático y que están intentando hacer fuerza para que el estado ponga al corriente varias de sus polémicas, centradas casi todas en las violaciones de los derechos humanos que se producen en el país. Por ejemplo, la idea de Reino Unido será la misma que la puesta en marcha por Estados Unidos, evitar que ningún representante del gobierno británico acuda a la cita olímpica. Por ello, los Juegos Olímpicos de Invierno están en seria amenaza. De momento, China no está sola en su batalla ya que existen países como Rusia que no ven adecuado este boicot al estado.
Zhao Lijian concedió una rueda de prensa en la que manifestó que "no se puede politizar el deporte porque eso es algo que va en contra del espíritu olímpico al dañar los intereses de los atletas". Además, insistía en que "los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022 son un escaparate para deportistas de todo el mundo. Politizar el deporte va en contra de eso y de los intereses del deporte".
Todo se ha visto aún más controvertido con el estallido del caso Peng Shuai. La tenista ha desaparecido después de haber denunciado abusos y agresiones sexuales por parte de Zhang Gaoli, exvicepresidente del país. Las dudas sobre los vídeos y conversaciones que se han difundido no terminan de aclarar una situación que sigue muy caliente y sin solución a corto plazo.
La Covid-19 y la ecología
De nuevo la Covid-19 supone un riesgo mayúsculo para la celebración del gran evento, pero no es el único impedimento. Por medio también está una batalla por la supremacía de las políticas locales sobre los intereses deportivos y económicos, una guerra contra Greenpeace por diferentes asuntos medioambientales y la preocupación de saber si la preparación tecnológica que se necesita estará a la altura de una cita tan importante.
Una de las herramientas que se están poniendo en marcha para intentar combatir la pandemia de la forma más radical posible es la detección de zonas contaminadas por mediación del uso de una serie de sprays. El Comité Organizador de los Juegos de Invierno ha explicado que estarán en funcionamiento para la cita olímpica. El objetivo del equipo directivo es utilizar los avances tecnológicos con el fin de garantizar una mayor seguridad.
El país y las zonas implicadas llevan muchos meses llevando a cabo políticas de tolerancia cero contra la Covid-19, por lo que la celebración de un macroevento deportivo no concuerda del todo con esa premisa de seguridad. El objetivo no es otro que evitar que se produzcan grandes rebrotes a partir de que los Juegos comiencen el próximo 4 de febrero.
Esa fecha sigue en el aire. Después del aplazamiento de los JJOO el año pasado, podría llegar una nueva debacle del espíritu olímpico con los sucesos que acontecen a la cita de Pekín.
[Más información: La WTA pone en jaque a China por el 'caso Peng Shuai' y presiona para que el veto se extienda]