Kamila Valieva rompe a llorar en Pekín. Una mujer rubia y alta la consuela en el costado de la pista de hielo. Su hombre es Eteri Tutberidze. Es la entrenadora de la patinadora rusa y la seleccionadora del equipo de su país. El positivo por dopaje de la niña prodigio, de solo 15 años, pone el foco en la preparadora y sus duros métodos de preparación.
Tutberidze lleva casi una década, desde 2013, siendo la responsable del equipo ruso de patinaje artístico. En nueve años ha llevado a su país a la cima de su disciplina y a Pekín 2022 llegaba con el sueño de monopolizar el podio femenino con sus tres alumnas preferidas: Alexandra Trusova, Anna Shcherbakova y Kamila Valieva. La última de ellas está en el ojo del huracán por dar positivo en trimetazidina.
En las últimas horas, la propia Tutberidze ha hablado del caso: "Estoy absolutamente segura de que Kamila es inocente y limpia. Y para nosotros esto no es un teorema, sino un axioma, no necesita ser demostrado". Y añadía: "No está muy claro por qué una atleta con una prueba dudosa del 25 de diciembre fue admitida en los Juegos Olímpicos. O esto es una coincidencia fatal, o este es un plan muy bien planeado".
Tutberidze cree que puede haber una conspiración detrás del positivo de Valieva, aunque las sospechas están puestas sobre ella. El pasado ruso con el dopaje y los severos entrenamientos de la preparadora dejan abierta la hipótesis de que tenga algo que ver Eteri. La RUSADA se supone que la investiga, pero en Rusia es una institución hasta el punto de haber sido condecorada dos veces por Vladimir Putin por su labor al país.
La historia de Eteri
La entrenadora de hierro viene de una familia de orígenes georgianos y armenios y de bien pequeña empezó a patinar. Apuntaba alto, y hasta entrenó con la legendaria Tatiana Tarásova, pero una grave lesión le obligó a parar en seco su carrera. Decidió siendo joven pasarse a la danza sobre hielo, con la ilusión de hacer una gira por Estados Unidos que nunca pudo realizar por unos problemas de la compañía que le había contratado.
Tutberidze se vio sola y sin ingresos en Oklahoma City a mediados de los 90. Logró encontrar trabajo como entrenadora de patinaje, pero en cuanto pudo regresó a casa. En Moscú solo pudo encontrar sitio en un circo sobre hielo, donde en su tiempo libre entrenaba a patinadores artísticos. Por sus dotes con la enseñanza, acabó en el mítico club Sambo 70.
A partir de entonces empieza la historia de Tutberidze forjando a los mejores talentos del patinaje. Tanto es así que, en 2020, fue nombrada mejor entrenadora del mundo por la Unión Internacional de Patinaje sobre Hielo. Tantos éxitos ha tenido como polémicas por su dura metodología de trabajo, conocido ya como el 'método Eteri'.
Un método que rompe niñas
"Prefiero decir la verdad a mis deportistas ya que serán aduladas por los otros", decía Tutberidze poco antes de Pekín 2022. Se dice que ve a las patinadoras como objetos "desechables". Es más, para la preparadora todas las patinadoras tiene una precoz fecha de caducidad: los 17 años.
Benoît Richaud, coreógrafo y expatinador francés, denunciaba en 'Business Insider' los métodos de Eteri. "Su enfoque es inteligente: fue la primera en encontrar un método para enseñar saltos cuádruples a niñas, y el sistema funciona, pero solo hasta los 17 años. ¿Qué se supone que deben hacer los patinadores entonces?", decía.
Entre otras cosas, Tutberidze defiende las fuertes cargas de trabajo en niñas de entre 13 y 17 años para no dar un respiro al cuerpo para su crecimiento. "Las niñas deben aprender saltos cuádruples jóvenes, cuando todavía son ligeras y ágiles", decía en una entrevista de 2018.
El 'caso Lipnitskaya'
Sus métodos abusivos han llegado a 'romper' a varias patinadoras que arrastran traumas con los años. El caso más polémico tuvo que ver con su primera alumna que saboreó el éxito, en Sochi 2014. Yulia Lipnitskaya reinó en aquellos JJOO, con 15 años, pero solo un año después tuvo que abandonar el equipo de Tutberidze por la exigencia de esta. Todo ese sufrimiento le hizo padecer ansiedad, depresión y paranoia, hasta que se retiró en 2017. Justo antes había pasado varios meses ingresada en una clínica por anorexia nerviosa.
Lipnitskaya padeció anorexia nerviosa, ansiedad, depresión y paranoia tras pasar por las manos de Tutberidze
Otras más quisieron escapar de Tutberidze. Lo hicieron Evgenia Medvedeva, Alena Kostornaia o Alexandra Trusova, pero al final volvieron a ella porque es quien consigue los mejores resultados cueste lo que cueste. Trusova es una de las tres patinadoras que compiten en Pekín y es la primera patinadora en lograr un cuádruple Lutz y un cuádruple giro picado en competición.
Tutberidze ve peligrar su sueño en los JJOO por el positivo de su alumna aventajada Valieva, a la que trata de consolar mientras sigue con sus entrenamientos en Pekín. La trimetazidina, que viene a ser un estimulante, pone las sospechas sobre la gran entrenadora rusa y la situación amenaza con acabar con otro 'juguete roto' en el patinaje.
[Más información: Kamila Valieva rompe a llorar y su entrenadora habla: "Una coincidencia fatal o una conspiración"]
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