Remco Evenepoel celebra su victoria en la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos de París.

Remco Evenepoel celebra su victoria en la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos de París. REUTERS

Juegos Olímpicos

Directo al olimpo: Remco Evenepoel y su doble gesta tras dejar el fútbol "porque todo gira en torno al dinero"

El ciclista belga se proclamó en París también campeón olímpico en ruta después de su oro en la prueba contrarreloj, el primer hombre en la historia que lo logra.

4 agosto, 2024 02:15

Remco Evenepoel levantó su mano izquierda y con el dedo índice alzado señaló a su coche de equipo. Sorteó la última curva, se soltó de manos, abrió los brazos y empezó a aplaudir. Con la victoria en la prueba de ruta en el bolsillo, tenía tiempo más que de sobra para lucirse, así que echó el pie a tierra en el momento de cruzar la línea de meta. 

Lo que sucedió después entró directamente a la lista de celebraciones más icónicas que ha registrado el deporte a lo largo de la historia. Primero, por el puro significado, porque nadie antes había sido capaz de proclamarse campeón olímpico en ruta y en contrarreloj en los mismos Juegos. Segundo, por el escenario.

La foto y el momento son para enmarcar. Remco Evenepoel haciendo historia en las calles de París, en uno de los lugares más bellos del planeta, en la zona del Trocadero con la majestuosa Torre Eiffel al fondo y el río Sena bien cerca como testigo.

Remco lo sabía y aprovechó el momento. Como si lo tuviera todo pensado desde antes de empezar la carrera, posó para la inmortalidad, consciente del hito que acababa de conseguir para el ciclismo y para el deporte en general.

En otras disciplinas como en la gimnasia o la natación es habitual ver a una figura que domina diferentes modalidades, que consigue varios oros en los mismos Juegos, pero eso jamás había pasado en el ciclismo hasta que Remco Evenepoel decidió darle un vuelco radical a la historia.

Unos Juegos de ensueño

24 años es una edad con la que, hasta hace relativamente poco, un ciclista podría estar dando sus primeros pasos con los mayores en el pelotón profesional. Sin embargo, este deporte está cambiando a una velocidad de vértigo y la muestra es que Remco Evenepoel a estas alturas de su vida ya es todo un doble campeón olímpico. 

La gesta de colgarse el oro primero en la prueba de contrarreloj y después en la de ruta en un lapso de tiempo de apenas una semana no tiene precedentes y ya tiene mérito por sí misma. Pero es que puesta en perspectiva y sumando todos los factores que envolvían estos Juegos Olímpicos para Remco Evenepoel el éxito cobra aún una dimensión mucho más grande.

Las dos medallas de oro de Remco Evenepoel en París 2024.

Las dos medallas de oro de Remco Evenepoel en París 2024. REUTERS

El ciclista belga venía de hacer un esfuerzo sobrenatural en la prueba más exigente del año, el Tour de Francia, y de firmar un tercer puesto en el podio sobresaliente para él. Había muchas dudas, por lo tanto, de hasta dónde podría llegar en París, pero como si de repente el país galo se hubiera convertido en su lugar preferido la cuenta se saldó con dos campeonatos olímpicos.

Era el gran favorito en la contrarreloj y cumplió con los pronósticos de una manera extraordinaria. Bajo la lluvia de París derrotó a otros rivales potentes como Joshua Tarling, Filippo Ganna o su compatriota Wout van Aert. Ganó sobrado, con tiempo suficiente incluso para celebrar su triunfo, algo poco habitual en esta disciplina, pero demostró por qué es el vigente campeón del mundo peleando contra el tiempo.

La prueba de ruta era otra historia bien distinta. Es cierto que el circuito le venía de perlas a sus características, pero estas carreras siempre son abiertas, caóticas y además Mathieu Van der Poel amenazaba con alcanzar la gloria. 

Intentó un primer ataque muy lejos de meta que quedó en nada, pero en un segundo cambio de ritmo estuvo más listo que nadie para encontrar el momento preciso, y cuando llegó a la cabeza de carrera todo el mundo sabía que iba a ser el próximo campeón olímpico. 

El mayor todoterreno del mundo

Remco Evenepoel ha demostrado ser seguramente el ciclista más polivalente y completo del momento. Un tipo capaz de hacer podio en una gran vuelta, de ganar un Monumento, de ser campeón de mundo en ruta y contrarreloj, de hacer lo propio en unos Juegos Olímpicos. 

Esta temporada ha sido la de su plena confirmación. Quizás no la necesitaba, pero por si acaso Remco ha dado el golpe definitivo sobre la mesa porque ha entrado de lleno al Olimpo por méritos propios. 

Remco Evenepoel, junto a Madouas y Laporte, con la Torre Eiffel al fondo.

Remco Evenepoel, junto a Madouas y Laporte, con la Torre Eiffel al fondo. REUTERS

Su palmarés habla por sí solo y demuestra que es capaz de competir al máximo en diferentes atmósferas. En 2022 se proclamó campeón del mundo en ruta, y el año pasado logró lo mismo pero en la modalidad contrarreloj. El mejor del planeta en dos disciplinas diferentes y en dos años consecutivos. 

Sus características además le habían convertido en un hombre perfecto para ganar clásicas de un día y Monumentos. Fruto de ello son sus dos Liejas o sus victorias aisladas en competiciones de más duración, pero siempre se puso sobre él la duda de si sería alguien adecuado para rendir en una gran vuelta, es decir, esas que duran tres semanas.

Remco Evenepoel, con la Basílica del Sacre-Coeur al fondo.

Remco Evenepoel, con la Basílica del Sacre-Coeur al fondo. REUTERS

Su triunfo en La Vuelta a España de 2022 pareció empezar a disipar esas dudas, pero el abandono en el Giro de Italia del año pasado y sobre todo su explosión en plena ascensión al Tourmalet en La Vuelta de 2023 volvieron a alimentar el debate. 

Sin embargo, lo que ha hecho en el Tour de Francia de este año parece una razón de peso más que suficiente como para quitarle esa etiqueta a Remco Evenepoel y catalogarle también como un hombre sólido en las grandes citas del calendario.

Un tipo que es capaz de ganar en carreras de un día, de ser el mejor contra el crono, de ganar una gran vuelta, o de proclamarse campeón olímpico y del mundo. El hombre más polivalente del planeta, con un genio particular y una lengua que nunca se calla lo que dice.

El chico que empezó a jugar al fútbol a los 4 años y que lo dejó a los 17 "porque todo gira en torno al dinero" es la figura del momento en Bélgica. Suyas son las dos primeras medallas de oro de este país en los Juegos Olímpicos de París, y sin lugar a dudas es uno de los deportistas del momento.