"Ahora no vamos a ir a París de paseo, vamos a por la medalla porque si no, ¿para qué vamos a ir?". Eso es lo que le dijo Gracia Alonso, una de las nuevas campeonas olímpicas de baloncesto 3x3, a EL ESPAÑOL el pasado mes de mayo. Era optimista, pero seguro que en su interior apenas se podía imaginar que casi tres meses más tarde tendría colgada al cuello una medalla olímpica de plata.
Como si de un prólogo a una historia perfecta se tratara, el camino de este deporte hacia el éxito en los Juegos Olímpicos está marcado de momentos inolvidables. La Selección entró en la cita olímpica, donde esta disciplina se estrenaba, con una canasta milagrosa de la propia Gracia Alonso en el último segundo del Preolímpico, y tras un torneo perfecto París fue testigo de una gesta increíble para el deporte español.
Sandra Ygueravide, Vega Gimeno, Juana Camilion y Gracia Alonso. El nombre de estas cuatro heroínas ya es eterno y quedará para siempre ligado a la primera gran hazaña del baloncesto 3x3 en los Juegos Olímpicos. Tras el oro de Alberto Ginés en escalada en Tokio 2020 y después de este éxito del 'nuevo' basket en París, queda claro que a España se le da bien estrenar deportes olímpicos.
Sobre la bocina
La ruta de la selección femenina de baloncesto 3x3 hasta esta inesperada medalla no es ni mucho menos fruto del azar. El trabajo comenzó muchos meses atrás, y aunque desde luego España no partía como la gran favorita de la competición, queda claro que el esfuerzo y el sacrificio realizado por estas cuatro jugadoras ha dado sus frutos.
Experimentadas en el baloncesto tradicional, el de 5x5, y casi adaptadas a la fuerza a las características del 3x3 a base de 'pluriemplearse', durante los últimos tiempos estas jugadoras han ido conformando un equipo sólido y con unas bases muy bien asentadas.
"La sinergia que se crea entre las cuatro, el saber leernos bien, saber potenciar la especialidad de cada una... El hecho de tener perfiles de jugadoras muy versátiles y con facetas distintas, es lo que hace que el conjunto esté tan compenetrado", esas eran las claves que apuntaba Gracia Alonso ya antes de los Juegos, características que se han visto reflejadas a lo largo del torneo olímpico.
Pese a todo, en este deporte también hay individualidades y si ahora mismo el basket 3x3 nacional tiene una medalla al cuello es por un chispazo de genialidad que se produjo en el Preolímpico.
Aquel momento crítico será difícilmente olvidable. Con Canadá como rival a batir y con un empate a 18 en el marcador, España gozó de la última posesión del torneo en el que se jugaba su presencia en París 2024. Gracia Alonso asumió la responsabilidad de jugarse el último tiro, pero enseguida vio que el lanzamiento no llevaba una buena dirección y corrió más rápida que nadie a por el rebote.
Tras tocar en el aro, el balón cayó de nuevo en sus manos, pero lo hizo en una posición tan forzada y sin tiempo para maniobrar, que tuvo que jugarse un lanzamiento de espaldas a la canasta y sin ni siquiera mirar para dirigir el tiro. El esférico voló, el tiempo se agotó, y España selló de esta manera su billete para los primeros Juegos Olímpicos de la historia en los que el 3x3 iba a ser protagonista.
Un torneo de ensueño
Todavía con cierta sensación de excitación por la manera en la que todo había transcurrido, la selección femenina de 3x3 se plantó en París dispuesta a dar la cara, pero sobre todo consciente de la talla de los rivales que iba a tener enfrente.
La tarjeta de presentación fue sencillamente espectacular. En un torneo tan corto en el que tan sólo entran las elegidas, España empezó con dos victorias consecutivas ante Azerbayán y las anfitrionas de Francia. Pese a perder contra China y Estados Unidos en los siguientes partidos, el pánico no cundió en ningún momento y la selección española obtuvo el pase directamente a las semifinales en los tres encuentros restantes.
En un formato de todos contra todos entre las ocho selecciones participantes, Sandra, Gracia, Vega y Juana consiguieron la segunda posición en esta primera fase y evitaron pasar por el 'play-in'. Directas a semifinales, donde Estados Unidos, cuna del basket y más aún si cabe del callejero, amenazaba con interponerse en el pase hacia la final.
Ni siquiera las americanas fueron obstáculo suficiente para derribar la fe de este equipo inquebrantable. La derrota en la fase de grupos no hizo mella, y en un final de lo más ajustado España forzó la prórroga cuando apenas faltaban cinco segundos para el final del choque.
Ya en este tiempo extra, donde la victoria cae del lado del equipo que anote los dos primeros puntos, Sandra Ygueravide se puso su habitual capa de heroína, como jugadora de élite experimentada que es, y primero con una bandeja y después con un tiro libre metió a la Selección en la gran final para citarse con Alemania.
El último esfuerzo dejó de nuevo otro desenlace trepidante. España llegó a tener el oro en sus manos cuando mandaba por una ventaja de cuatro puntos, pero la reacción de las germanas en el tramo final terminó por darle la vuelta al encuentro. Aún así, nada que empañe una actuación sobresaliente en París.
En unos Juegos en los que el baloncesto tradicional masculino se ha dado un durísimo golpe de realidad al caer en la fase de grupos, esta medalla del equipo femenino de 3x3 entra como un soplo de aire fresco.