Hacía 24 años que no se veía una medalla olímpica para el boxeo español y de París 2024 saldrá con dos: el bronce de Enmanuel Reyes Pla y otro metal que este miércoles intentará que sea de otro color Ayoub Ghadfa. Un resultado que, sin embargo, deja por ahora cierto sabor agridulce porque sabía el equipo que podía sacar un premio mayor, y si no ha sido así es por lo de siempre, los jueces.
"El boxeo está cayendo por los árbitros, no sé que puntúan", exclamó Enmanuel tras su pelea en semifinales contra el azerbaiyano (nacido en Cuba como él) Loren Berto Alfonso Domínguez. El 'Profeta' perdió por un resultado global de 4-1, sin ganar ningún asalto cuando lo que se vio sobre el cuadrilátero fue otra cosa. En su esquina no se lo creían.
Ya sufrió algo parecido en Tokio 2020, cuando una votación polémica le dejó fuera en cuartos en su combate contra el cubano Julio La Cruz. Esta vez, al menos, pudo asegurar la medalla (en boxeo se dan dos bronces en casa peso). La rabia es que él se sentía para ganar el oro y no le dejaron ir a por ello.
Un par de días después de la pelea, más calmado, Enmanuel Reyes Pla sigue sin ver just el resultado. Así lo explica en conversación con EL ESPAÑOL: "Es una pelea un poco rara por los árbitros. Yo me sentía ganador de esa pelea. Hice una buena pelea, conecté los mejores golpes y di más en el combate. El otro no tiró casi golpes, se dedicó a moverse y a no buscar la pelea".
Sobre lo que dijo de los jueces, ahora rebaja el tono: "Los árbitros lo vieron así. Este es un deporte que depende de terceras personas y son los que puntúan. No podía hacer más. Hice mi trabajo, lo que tenía que hacer... Nos privaron un poco de estar en esta gran final", añade a este diario.
Las protestas han llegado durante todo el torneo en pequeñas dosis, aunque por ganas no ha sido, ya que se exponen a castigos. "No te puedes quejar, porque encima te sancionan", decía el seleccionador Rafa Lozano tras la derrota de Reyes Pla. Incluso intentaba buscar explicación en otro lado sobre las votaciones: "Pienso que quizá los jueces han hecho tantos combates ya que están cansados y no son objetivos. No quiero decir que roben o no roben. Están cansados y no tiene la visión correcta", añadía.
Lo de los jueces es una enfermedad crónica que afecta al boxeo olímpico. Cada Juegos es la misma historia, pero más aún en los últimos. En Río 2016 salió a la luz una bochornosa trama de corrupción de combates lo que provocó la expulsión del movimiento olímpico de la IBA (ente que regula el boxeo amateur). Ahora es el propio COI quien organiza la competición, pero los jueces y los árbitros siguen siendo los mismos. El problema sigue estando ahí.
El 'teatro' gana al boxeo
"Los golpes más claros los ha conectado Enmanuel. El otro no hace nada, no tira golpes y le dan vencedor", señaló también un enfadado Lozano, bronce en Atlanta 96 y plata en Sídney 2000. Venía ya resignado de las peleas en cuartos de final de otros de sus pupilos, Rafa Lozano Jr. y José Quiles.
Un detalle que no gustó al equipo español y que se repitió en las tres últimas peleas perdidas fue que los rivales utilizaron una táctica sucia, vieja y conocida por todos, pero que en teoría debe penalizar. En París, están siendo muchos los púgiles que alzan el brazo durante las contiendas para celebrar golpes cuando a veces ni siquiera llegan a ser conectados. Y los jueces parecen morder el anzuelo. "Fueron golpes fantasmas", ironizó Reyes Pla tras haberlo sufrido en sus semifinales.
El primero en padecerlo fue Rafa Lozano Jr, también hijo del seleccionador, en su combate contra el dominicano Yúnior Alcántara Reyes. El 'Balín' perdió injustamente por 4-1 y no podía contener las lágrimas: "Cuando el rival no quiere boxear, se dedica a correr, hacer tonterías, levantar la mano cuando no se puntúa... me parece raro que los árbitros, que se supone que son profesionales, lo valoren", decía el cordobés en Teledeporte.
Ni en su pelea ni en las posteriores de sus compañeros hubo llamadas de atención de los árbitros por estos comportamientos. A Lozano Jr. le costó un asalto entrar de lleno en la pelea, pero cuando lo hizo no se le valoró igual que a su rival. "El segundo y el tercero [de los rounds] eran de Rafa. Ha jugado con el engaño", decía el seleccionador y padre del púgil que a sus 19 años tuvo que conformarse con su primer diploma olímpico.
La siguiente 'víctima' fue José Quiles, que venía de ganar a un campeón del mundo en su debut y se enfrentó a otro en cuartos, el uzbeco Abdumalik Khalovov. Ocurrió lo mismo. El primer asalto fue justamente para el rival, pero el español fue de menos a más en su boxeo: "Empecé a coger el tiempo, la distancia, los golpes claros fueron mínimos, dos o tres, pero fueron míos [...] No sabía las puntuaciones. Me fui a la esquina pensando que había ganado, que el tercero era lo que iba a decidir todo, y fue un palo enorme. Estoy defraudado, él no quería boxear", declaró ante los medios el púgil alicantino.
El uzbeco también levanto la mano en numerosas ocasiones durante el combate. El árbitro nunca se lo reprochó y los jueces, quizás despistados por este 'teatro', votaron siempre por debajo a Quiles. En el equipo español sienta mal: "Al final, los jueces se fijan más en eso que en el boxeo", lamenta Enmanuel Reyes Pla a EL ESPAÑOL. El resto guarda silencio más en frío, seguramente por evitar cualquier tipo de reprimenda.
El 'Profeta', pese a todo, ha quedado muy satisfecho con el torneo y con poder colgarse un bronce olímpico en el complejo parisino de Roland Garros. "Estoy contento porque pude aportar un grano de arena en el medallero a mi país, a España, y también al boxeo, que hemos crecido bastante y hemos logrado dos medallas y dos diplomas", apunta también a este diario.
Y ahora... un francés
Ahora queda la posible guinda, que Ayoub este miércoles logre pasar a su final, asegurar la plata que se colgó Lozano en Sídney e ir a por un oro que nunca ha podido celebrar el boxeo español en los JJOO. Su rival, eso sí, será un local, Djamel-Dini Aboudou.
El seleccionador, con el calentón en el último día de Enmanuel, hizo saltar las alarmas: "Espero que cambien [los jueces], pero ahora le toca un francés [a Ayoub]. Imagina un francés en Francia y en los grandes pesos. Vamos a ver. Tiene que ganar con claridad. Espero que puntúen correctamente". A Aboudou, por fortuna, no se le ha visto por ahora hacer ese gesto con la mano que ha sacado a todos los españoles de sus casillas. El deseo final es que la pelea sea limpia y Ghadfa logre el billete para luchar en unos días por el oro.