No todos pueden ser Noah Lyles, Keely Hodgkinson o Femke Bol. Hay quienes llegan a los Juegos Olímpicos sabiendo que no van a poder alcanzar las medallas, que ni siquiera estarán en las grandes finales y que por lo tanto van a quedar alejados de los grandes focos. De hecho, son los más, porque el éxito absoluto está reservado para un número muy reducido de deportistas en la cita olímpica.
Ese es el caso de Lorena Martín. La atleta salmantina consiguió por los pelos su plaza para poder competir en París 2024 en la disciplina de los 800 metros, y viajó a la capital francesa plenamente consciente de dónde iban a estar sus limitaciones. Las mejores del mundo impusieron su ley, así que se quedó sin poder superar la primera eliminatoria.
Sin embargo, el simple hecho de poder debutar en el mayor evento deportivo del mundo a sus 27 años ya era todo un éxito para ella. "Sin duda, es la mejor experiencia de mi vida", le cuenta a EL ESPAÑOL todavía desde la Villa Olímpica, donde sigue entrenándose pese a estar ya eliminada de la competición.
Lorena corrió en las series de los 800 metros en el Stade de France ante miles de personas, y aunque no pudo avanzar, tuvo la oportunidad de disputar una repesca al día siguiente. No lo hizo en las mejores condiciones, porque la organización apenas le dejó tiempo de recuperación, así que en esta segunda oportunidad tampoco fue capaz de lograr el pase.
Sin embargo, la experiencia se la queda para ella. De hecho, todavía la disfruta apoyando al resto de la expedición española y apurando para ver hasta el último minuto de atletismo en los Juegos. Como ella dice, no sabe si esto lo volverá a vivir, pero es el fiel reflejo del tópico que reza que los JJOO son lo máximo para cualquier deportista que se precie.
¿Con qué expectativas acudía a los Juegos Olímpicos de París?
Siendo realistas, yo me clasifiqué la última por ranking, así que sabía que, aunque no me consideraba la peor de la prueba, sí que había gente que estaba muy por encima. Durante los últimos meses de entrenamiento venía en un estado de forma para poder mejorar mi marca personal.
Por una parte estoy contenta por haber conseguido estar aquí, que era un objetivo muy difícil y muy grande. También porque era la vez que más nivel había y que más difícil ha sido, pero soy consciente de que necesito encontrar ese método de entrenamiento que me deje ser más competitiva a nivel internacional.
¿Sabe cuál puede ser ese método de entrenamiento?
No lo tengo claro, porque sé que puedo ser inferior en esta competición a nivel mundial, pero mentalmente he hecho buen trabajo.
¿Cómo ha sido competir en sus primeros Juegos Olímpicos?
Al margen de que el atletismo es el deporte rey en unos Juegos Olímpicos, no estamos acostumbrados a competir en estadios de 70.000 personas, salvo aquellos que compitan en una Diamond League. Impresiona mucho.
Después, en la carrera hay mucha diferencia entre las atletas que están en 1 minuto y 56 segundos a las que venimos con 2 minutos, que son cuatro segundos de diferencia. A mí me tiene que salir un día perfecto y a ellas uno horrible para estar a la par, esa es la realidad.
Y la serie, ¿cómo fue?
La eliminatoria era muy dura porque sólo pasaban tres. Han incluido además una repesca, que te da la oportunidad de correr otra carrera, pero creo que era muy difícil porque veníamos de sólo doce horas de recuperación en las chicas, no así en los chicos.
Por ejemplo, el día de la eliminatoria yo llegué a la Villa Olímpica a las 10 de la noche, y a las 7 de la mañana ya estábamos despiertas para calentar para hacer otro 800. Eso se me ha hecho muy duro.
Para esa repesca que tiene lugar con tan poco tiempo de descanso, ¿cómo se mentalizó y cómo se preparó en apenas unas horas?
Me preparé con todo, pero es verdad que vas después de haber estado todo el día pensando en la anterior carrera. Intentas dormir, pero te levantas a las 7 de la mañana para entrenar y a las 8 ya estás desayunando. Yo no recuperé nada físicamente, y no entiendo el concepto de meter la repesca tan pronto porque estaba claro que ninguna de las que íbamos a correrla íbamos a poder recuperar.
¿Cómo fue esa carrera?
La verdad es que no estaba muy nerviosa y lo pude disfrutar. Incluso me quedé un poco más en el estadio para poder ver una imagen que nosotros en el atletismo no solemos tener por ser un deporte minoritario. Aquí, sin embargo, acapara toda la atención en unos Juegos Olímpicos.
Lorea Ibarzabal (la otra representante española en el 800 femenino) y usted protagonizaron una de las imágenes más divertidas el día de la ceremonia de inauguración. No pudieron estar en París, pero hicieron su particular desfile por las calles de Valladolid.
Nosotras siempre estamos un poco de coña. Son nuestros primeros Juegos Olímpicos y las dos hemos tenido una carrera muy personal con el atletismo y con las lesiones. Han sido muchos años los que nos ha costado llegar a la élite y estábamos como niñas. Sin embargo, nos llegaron hasta comentarios negativos por ello.
¿Cómo es posible que les llegaran críticas durante estos días?
En los Juegos Olímpicos tienes una gran exposición. A mí, después de competir incluso me han llegado malos comentarios por no haber estado a la altura de las expectativas de la gente, cuando ni siquiera sabía que había expectativas puestas en mí. Pero los que estamos aquí, nos lo hemos ganado.
¿Cómo han sido estos días de experiencia en la Villa Olímpica?
Ya me habían contado algunas cosas, porque he tenido compañeros que han sido olímpicos en Tokio, pero aquello con la pandemia no tenía nada que ver. He estado en Mundiales, pero esto es una locura. El primer día que llegué aquí por la noche me acosté un poco agotada y desorientada, aquí todo se multiplica.
Luego para organizar tus entrenamientos es todo un caos, pero es algo personal, no por la organización. Ruth Beitia, que es nuestra jefa de expedición, ya nos dijo que nos lo tomáramos todo con un poco de calma.
¿Cómo ha sido uno de sus últimos días en París?
Ahora que ya he acabado de competir, nos hemos levantado pronto para entrenar, porque dentro de la Villa Olímpica tenemos gimnasio, y luego hemos tenido la visita del Rey Felipe VI a la hora de comer.
Después nos hemos pasado por una peluquería que hay en la Villa Olímpica para curiosear un poco y por la tarde estamos con los compañeros que compiten al día siguiente. Luego, al estadio a ver las finales de 5.000 y de 800, que hay que verlas en directo.
¿Está viendo muchas competiciones en directo?
Estoy yendo todos los días al estadio a ver atletismo. Quería ver también otros deportes y he intentado sacar entradas para ellos, pero es que quiero ver todo el atletismo. Además, tenemos representación española en muchas pruebas. Aquí conoces a mucha gente y te gusta luego ir a verlos, así se hace el 'Team España' más grande.
En la habitación he tenido la suerte de estar con Lorea y también con Marta, que es una de mis mejores amigas. Además, nos ha tocado con las saltadoras, con Fátima Diame, Tessy Ebossele y Ana Peleteiro, y aunque veamos el atletismo todos los días he aprendido un montón.
He podido también ver a Carlos Alcaraz por la Villa Olímpica porque cuando llegué yo Nadal ya no estaba, y también con los ciclistas han caído un par de fotos con alguno porque soy muy fan del ciclismo y era obligatorio.
¿Es esta la mejor experiencia de su vida?
Sí, sin duda. Es algo que no lo estoy asimilando todavía, pero el vivir esto y hacerlo con una generación de deportistas que son la leche, vivir unos Juegos Olímpicos con gente como Carolina Marín, Carlos Alcaraz, Ana Peleteiro... Te sientes parte de algo más grande, porque aunque no estés al nivel de los medallistas, perteneces igual al equipo.
¿Se repetirá esto dentro de cuatro años?
No lo tengo muy claro. Me ha costado mucho y físicamente he pasado dos veces por el quirófano. Yo voy a seguir entrenando, pero sé que en cuatro años, o incluso en uno, las cosas cambian mucho. Ojalá que sí pueda repetirse esto dentro de cuatro años, pero si no, creo que he aprovechado estos Juegos Olímpicos.