Lo tenía complicado, parecía casi imposible estimando los rivales que tenía en las calles aledañas de la pista, pero ya no hay escenario que asuste a Quique Llopis. El atleta valenciano rubricó una inverosímil cuarta posición en la final de los 110 metros vallas y completó una actuación fuera de serie en los Juegos Olímpicos de París.
El velocista español, que derribó su particular muralla mental al superar las semifinales en una serie increíble, corrió con toda la confianza del mundo en la final. Es ahí, en las finales, donde tal y como le contó a EL ESPAÑOL en una reciente conversación, la presión se esfuma y puede disfrutar del escenario.
Vaya si lo disfrutó. Ante decenas de miles de personas, en un Stade de France lleno hasta la bandera y que unos minutos antes había presenciado el récord del mundo de los 400 metros vallas femeninos, Quique Llopis dejó una actuación increíble que jamás va a olvidar.
Con Holloway y Roberts como rivales inalcanzables al jugar en otra liga, Quique Llopis corrió como los ángeles y sorteó las vallas de manera magistral en su camino hacia la gloria. Firmó un tiempo de 13,20, un registro que le valió para firmar el cuarto mejor puesto y quedarse a las puertas de las medallas.
El oro fue para el gran favorito, Grant Holloway (12,99), que se impuso con claridad a su compatriota Daniel Roberts (13,09), plata, y al jamaicano Rasheed Broadbell (13,09), bronce.
París 2024, para el recuerdo
Quique Llopis llegó a París dispuesto a disfrutar de sus primeros Juegos Olímpicos. "No sé si se repetirá", le contó a EL ESPAÑOL en los días previos a coger el avión rumbo a París desde su lugar de entrenamiento.
Subcampeón de Europa esta misma temporada hace unos meses en Roma, Llopis llegaba con confianza en su estado de forma pero con la incógnita de lo que podría pasar al medirse a rivales tan potentes. La ronda preliminar la superó sin ningún tipo de problema en su primer día de competición, así que se centró en preparar las semifinales, el momento de la verdad para él.
Sabiendo que tan sólo se clasificaban directamente los dos mejores de cada serie, y emparejado en la suya con Holloway, Llopis sabía que tenía que correr a la perfección. Ya lo hizo en estas semis, porque se coló segundo en su carrera y no tuvo que esperar ni siquiera a los tiempos.
Con la confianza que aquella actuación le dio, el valenciano afrontó el último esfuerzo preparado para disfrutar de lo que llegara. Era el único europeo en una final plagada de estadounidenses y jamaicanos, pero eso no le asustó.
Con Holloway disparado por delante, un pequeño toque en la segunda valla lastró a Llopis, que incluso llegó a soñar con la medalla. Los tres elegidos para el podio no dieron opción, pero el valenciano culminó un resultado espectacular que nunca va a olvidar.