Los jugadores de la selección española celebran el gol Juanlu en semifinales ante Marruecos.

Los jugadores de la selección española celebran el gol Juanlu en semifinales ante Marruecos. REUTERS.

Juegos Olímpicos

La selección masculina de fútbol busca revancha: de la final de Tokio a la de París ante la anfitriona

Los de Santi Denia están a un partido de conseguir una medalla de oro que se le resistes a España desde Barcelona 92. 

9 agosto, 2024 02:15

El fútbol arribó en París de manera clandestina. No el fútbol en general, sino el masculino español en particular. Alejado de los focos que copaban el combinado femenino nacional y con la resaca de la Eurocopa todavía en la memoria de los aficionados. El juego de los de Santi Denia tampoco contribuyó a ganar horas en el pensamiento de la hinchada. 

Pero silenciosamente iban sacando adelante cada partido. Superaban cada examen. Aplacaron el ímpetu de Uzbekistán y República Dominicana, aplastaron a la -hasta entonces imbatida Japón y apagaron la caldera del Vélodrome, convertido en una sucursal de Casablanca por Marruecos.

Para cuando los seguidores echaron una mirada al cuadro del fútbol -hijo pobre del deporte en los Juegos- el combinado de Santi Denia se había plantado en la final del torneo y peleará por el oro. Los que empezaron como pajes, se sienten ya príncipes bajo el mando de quien lleva 14 años en las categorías inferiores de la Selección, un Santi Denia que ha potenciado el colectivo por encima de lo individual. 

"Este torneo es muy especial, pero muy exigente a nivel físico e íbamos a necesitar a los cuatro reservas. El físico una parte principal de la preparación, por suerte estamos en la final y tenemos un día extra las dos selecciones. Lo de los 18 mas cuatro ha sido un acierto del COI y del FIFA", explica Denia.

La filosofía que señala el camino a su equipo es idéntica a la que llevó a los mayores a precintar la Eurocopa hace poco más de un mes en París. La unión hace la fuerza. El ambiente, sano y familiar, ha guiado a España hasta la final. "Somos un referente a nivel europeo y mundial. Hemos intentado mejorar el modelo de juego. Ahora el fútbol va más rápido se hacen más transiciones, pero sin perder nuestra esencia. Estamos encantados con este tipo de jugadores". 

Los jugadores de la selección española masculina de fútbol celebran el pase a la final de los JJOO.

Los jugadores de la selección española masculina de fútbol celebran el pase a la final de los JJOO.

Hace tres años, en Tokio, España alcanzaba una final olímpica bajo el mando de quiénes han coronado el Viejo Continente en Berlín. Los Dani Olmo, Pedri, Mikel Merino, Oyarzabal, Cucurella, Zubimendi y Unai Simón sucumbieron ante la Brasil Richarlison, Anthony, Cunha, Guimaraes y un longevo Dani Alves.

"Tenemos que seguir mejorando. Estamos haciendo una selección muy buena para el futuro", aseguró por aquel entonces el presidente de la RFEF, Luis Rubiales. No se equivocó, aquella camada desembocó en la cuarta Eurocopa y dio el relevo a una generación que busca revancha y romper así con 32 años sin lograr el oro olímpico en fútbol. Desde Barcelona 92.

"Tuve la suerte de ver el gol de Kiko, ganar después de más de tres décadas es un reto más. Tenemos un rival enfrente muy bueno. Quiero felicitar a Henry por el trabajo que ha hecho. Francia es una selección muy potente con muy buenos jugadores, los números están ahí, es un equipo valiente que está en la final. Es un gran equipo", explica Denia. 

La anfitriona es el último escollo hacia la gloria olímpica. "Sabemos que Francia es un rival extremadamente difícil, pero queremos el oro. Estamos muy motivados con conseguir esta medalla. Es algo que puede ser histórico y que hemos luchado mucho. Llevamos 40 días concentrados y es mucho esfuerzo el que llevamos", detalla Abel Ruiz, capitán del combinado español. 

Dos repetidores de éxitos

Álex Baena -Villarreal- y Fermín López -FC Barcelona- han prolongado en Francia el guion victorioso de Alemania. Únicamente ha variado el marco para ellos. El primero engrasa una maquinaria que hace funcionar el segundo. Ambos se retroalimentan, son vitales dentro del esquema de Santi Denia. El único partido en el que no fueron titulares acabó con derrota para España. Baena y Fermín arriban en la final de París con el depósito en reserva.

Sin vacaciones y tras una temporada de 44 y 42 partidos respectivamente con sus clubes y una Eurocopa prolongada un mes por el medio. "Llegamos justos después de todo el año, pero tanto Fermín como yo tenemos que tirar de la última rayita de gasolina para poder disfrutar de una final olímpica", explicaba Baena. 

Ambos jugadores emergen como líderes de una nueva hornada talentosos futbolistas llamados a recibir el testigo exitoso de la Absoluta, cuyo nexo son Fermín y Baena. Puentes aéreos de éxitos. De Berlín y Tokio a París. España busca bañarse en oro.