El pasado fin de semana las imágenes que llegaban desde el circuito de Macao en el GP de Fórmula 3 ponían a los aficionados al motor, y al deporte en general, el corazón a la altura de la garganta. Sophia Flörsch, una joven piloto de 17 años, sufrió un aparatoso accidente durante la carrera. Su monoplaza, que circulaba a unos 250 km/h, se salió del trazado y acabó estrellándose con las protecciones del circuito.
El silencio se hizo en las gradas. A tal velocidad las posibilidades de que la piloto alemana hubiera sobrevivido eran escasas. Afortunadamente ocurrió el milagro y Flörsch salió con vida del tremendo golpe. Este lunes ha pasado por el quirófano, donde ha sido intervenida de la columna en una operación que duró cerca de siete horas: "Solo quería que todos sepan que estoy bien, pero que pasaré por quirófano mañana por la mañana. Gracias a todos por los mensajes de apoyo", escribió horas después en las redes sociales.
Como el de Sophia hay otros ejemplos de jóvenes pilotos a los que la vida les cambió en una curva, con un golpe, como a Billy Monger.
Conservar el espíritu competitivo
Billy Monger, de 19 años, comenzó a pilotar con tan solo tres. Su futuro era brillante, esperanzador, pero un brutal accidente en la F4 en abril de 2017 en Donington Park (Inglaterra), le dejó si piernas, pocas semanas antes de cumplir la mayoría de edad. "Sabes que es malo cuando escuchas el silencio", declaró Jamie Caroline, amiga de Billy, a BBC.
Tres días después Billy despertó en un hospital, sin piernas, y con el coraje suficiente para ser él el que tranquilizara a los propios médicos: "Lo recuerdo agarrando mi mano, tanto como para decir 'está bien'", contó el doctor que le trató. Un durísimo golpe para Billy que pudo acabar con su vida, pero que le sirvió para disfrutar de ésta desde otra perspectiva.
"De la forma en que lo veo, tuve una siesta de tres días, me desperté y mis heridas eran como eran. Obviamente, uno esperaría que si se despierta y sus piernas ya no están allí entra en un pánico masivo, pero no fue así para mí", confesó el joven británico.
Pilotos de F1 como Jenson Button, Felipe Massa o Lewis Hamilton se volcaron con la recuperación del pequeño a través de la plataforma JustGiving, que acabó recaudando más de 800.000 libras, tres veces más que lo que la familia pidió en un primer momento.
Y, lejos de desilusionarse, Billy solo pensó en volver a subir en el monoplaza tras el accidente: "Si alguien hubiera dicho que no podría competir de nuevo, entonces cuando me habría asustado".
"Odiaba ser un espectador"
Tras una larga y dura recuperación, Billy solo pensaba en una cosa, volver a las carreras, así que se puso a ello: "No era como si no respetara los pilotos, pero me sentía tan indefenso al margen, sabiendo que no había nada que pudiera hacer para salir y vencerlos", relata el joven.
Fue tan solo tres meses después de perder las dos piernas cuando un deseo que se antojaba casi imposible se hizo realidad. Billy quería a toda costa volver a ponerse el casco y no tardó mucho en ponerse manos a la obra.
Gracias a un coche adaptado, el británico pudo correr en una Fun Cup, una divertida carrera en la que cualquiera puede participar, también Billy, que se puso al los mandos de un coche adaptado a sus necesidades que manejaba solo con la ayuda de sus manos.
Su esperado regreso a la máxima competición
Pero Billy quería más, quería volver al inicio de todo, a los instantes anteriores a un accidente que para él no existió. La FIA no se lo permitió, puesto que el reglamento no autorizaba competir de forma profesional a personas con discapacidad.
El joven se subió a un simulador y demostró que no necesitaba sus dos piernas para seguir asombrando. Superó varios tests a los que los profesionales tienen que enfrentarse antes de subirse a un monoplaza, y fue entonces cuando la FIA le dio luz verde.
En marzo de 2018 Billy no solo volvió a competir, sino que lo hizo en la F3, una categoría superior a la que él corría cuando perdió las dos piernas. Un coche más grande y más rápido. ¿Miedo?: "Un poco, sí", comentaba Billy a BBC.
Su madre no quería verlo. No sabía lo que se perdía... El joven piloto, después de ver truncado su sueño, logró un increíble tercer puesto en su regreso a la competición. El mundo del motor se rindió a la capacidad de superación de Billy: "Estoy tan orgulloso de lo que has hecho. No muchas personas tendrían la capacidad mental de pasar por lo que usted ha pasado", reconoció Lewis Hamilton.
El momento más emotivo llegó hace poco, el 22 de septiembre de 2018, cuando Billy volvía a Donington Park, donde empezó todo. Ni corto ni perezoso el joven británico se hizo con la pole, aunque finalmente acabó tercero en la carrera. Poco importaba el resultado, Billy ya pensaba en lo que gastaría las 150 libras por haber liderado los entrenamientos: "Con el dinero podría comprar un poco de alcohol, para que los chicos beban de la prótesis de mi pierna".
Billy no piensa en el futuro, ni se plantea si seguirá corriendo o no, su plan más inmediato es disfrutar de cada sorbo que le ha brindado la vida a raíz de su accidente: "Lo principal que me he dado cuenta es la rapidez con que puedes quitarte la vida, quiero asegurarme de que vivo mi vida, haciendo las cosas que me hacen feliz sin pensarlo demasiado", todo un ejemplo de cómo convertir la dura adversidad en más que merecida recompensa.
[Más información: Fernando Alonso y su Toyota acaban segundos en las 6 Horas de Shanghai]
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