El secretismo que rodea a la negociación entre Liberty Media y el Circuito de Montmeló para renovar el contrato con la Fórmula 1, que caducó con la celebración del pasado Gran Premio de España el 12 de mayo, no parece ser un síntoma de que el acuerdo vaya por buen camino.
Tras unas semanas en las que se ha anunciado la renovación del Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone y el Gran Premio de Australia en Albert Park, Montmeló sigue en la lucha por no desaparecer del calendario de la temporada 2020. La llega al Mundial del Gran Premio de Holanda en Zandvoort ha supuesto un duro golpe en el objetivo del Gran Premio de España.
El calendario de la temporada 2020 no tiene previsto incrementar el número de pruebas y mantendrá los 21 Grandes Premios que se disputan en Fórmula 1 desde la temporada 2018. La entrada confirmada de Holanda y Vietnam hacen que ahora haya 23 posibles citas en el calendario del próximo año, aunque de todas ellas solo tres están sin confirmación, lo que hace suponer que solo una de ellas será la que siga en el campeonato.
La única buena noticia para Montmeló es el apoyo de los equipos. Las escuderías de Fórmula 1 apoyan la continuidad del Gran Premio de España y han pedido que al menos los test invernales sigan celebrándose en Cataluña como los últimos años.
Aunque se trata de una buena noticia no es suficiente. Los equipos no tienen la última palabra en el calendario de 2020 y el impacto económico de albergar los test invernales está muy lejos de los 160 millones de euros que se calcula que genera la prueba del Mundial de F1.
El Gran Premio de España es considerado el cuarto en cuanto a impacto económico sobre la región. El ranking, elaborado por Business Sport, sitúa a México como el número uno gracias a los 250 millones de euros que genera, el gran motivo por el que los organizadores de este Gran Premio están negociando hasta última hora con Liberty Media para seguir en 2020.
Las opciones de Montmeló
Montmeló compite con Alemania y México por el último hueco en el calendario de 2020. Con el trazado germano casi descartado, la guerra se bate entre México y España. En el caso mexicano la pérdida de algunas ayudas gubernamentales ha puesto en riesgo el Gran Premio que llegó al campeonato de Fórmula 1 la temporada 2015.
Aunque se le daba por descartado en las últimas semanas se ha sabido que las negociaciones con Liberty Media se han recuperado después de que los promotores de la cita hayan encontrado vías alternativas de financiación para compensar la pérdida del apoyo del gobierno mexicano.
Que el Gran Premio de España siga en el calendario de la Fórmula 1 depende ahora casi de un milagro. Las opciones de Montmeló pasan por: hacer una propuesta más llamativa para Liberty Media que la que pueda hacer el Gran Premio de México o convencer a la FOM (Formula One Management) de que el campeonato del próximo año debe tener 22 pruebas.
La primera opción parece complicada puesto que, aunque se barajan varias opciones para lograr nueva financiación el tiempo corre en contra del Circuit y una operación así requiere de mucho de un plazo mayor.
Montmeló paga anualmente unos 24 millones de euros en concepto de canon a la FOM para que el GP de España se dispute en su circuito. El trazado cuenta con la ayuda de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona que este año aportan 7,5 y 1,5 millones de euros, respectivamente.
La empresa que gestiona el Circuit es en un 78% propiedad de la Generalidad de Cataluña, algo que ha servido para que en determinados años el gobierno autonómico, ahora presidido por Quim Torra, haya tenido que inyectar algo más de 14 millones de euros entre 2016 y 2018 que compensaran las pérdidas.
La única alternativa ahora parece ser la creación de una nueva sociedad que se encargue de la gestión del Gran Premio de Fórmula 1. Una sociedad que tendría mayor presencia privada y que se encargara de lograr mayores ingresos para afrontar el coste del nuevo canon para quedarse en la F1.
El gran problema es que para que esto sea posible, tanto el Gobierno de la Generalidad de Cataluña como el Gobierno de España deben ponerse manos a la obra. Una acción que se aventura difícil teniendo en cuenta de Cataluña sigue bloqueada y al borde de unas nuevas elecciones y que Pedro Sánchez continúa como presidente en funciones a la espera de lograr sacar adelante su investidura. El bloqueo político puede suponer un verdadero lastre para el Gran Premio de España.
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