Quedan menos de 140 días para que dé comienzo la cuadragésima segunda edición de la carrera de rally raid más exigente del mundo. El Dakar viaja este año desde Perú, donde se disputó la edición de 2018, hasta Arabia Saudí, que acogerá al menos las próximas cinco ediciones, y que supondrá además el estreno de Fernando Alonso en esta emblemática prueba.
El piloto asturiano ha puesto punto final esta semana a sus vacaciones y ha vuelto a viajar a Sudáfrica, punto clave para la preparación de los pilotos de Toyota en el Dakar. La firma japonesa entrena allí las condiciones a las que en enero tendrán que hacer frente sus coches y pilotos. Fernando Alonso vuelve a las pistas en las que en el mes de marzo pilotó por primera vez el Toyota Hilux, con el que el catarí Nasser Al-Attiyah ganó el último Dakar.
El asturiano se ha adelantado al anuncio oficial por parte de Toyota con una imagen del desierto sudafricano en el que volverá a entrenarse en los próximos días acompañado del mensaje "Hola" en su cuenta oficial de Instagram.
Comienza la adaptación
Fernando Alonso explicó que después de probar por primera vez el Toyota Hilux que la oportunidad de competir en el Dakar es una aventura que desea afrontar para seguir subiéndose a diferentes coches en competiciones distintas "una oportunidad de probar algo muy diferente" a lo que está acostumbrado.
"Esta disciplina en el motor es una de las más complejas. Luchas contra cosas que están fuera de tu control. No estás en una zona cerrada como los circuitos, estás en un espacio abierto, todo puede pasar, te tienes que adaptar, estar centrado durante mucho tiempo porque las etapas son muy largas y bueno, el Dakar es la carrera más dura del mundo", aseguró el asturiano.
Probando en Sudáfrica y participando en diferentes pruebas de rally raid, Alonso tendrá que adaptarse a las peculiaridades de una prueba como el Dakar. En primer lugar, y como es evidente, el piloto español tendrá que acostumbrarse a lo que es rodar lejos de la 'comodidad' de la pista de un circuito convencional. Cambiar el asfalto por las carreteras de tierra y las dunas de Arabia Saudí supone no saber nunca lo que vendrá y la improvisación frente a todos los problemas que se le irán apareciendo será su nuevo día a día.
Además, Alonso tendrá que poner a prueba su capacidad de orientación. El Dakar está lejos de lo que supone dar vueltas a un trazado convencional o lo que es rodar dentro de los tramos de los clásicos rallies, ya sean sobre carretera o fuera de ella. Muchos grandes pilotos han sufrido la cara más dura de rodar sobre las dunas. Las averías y los imprevistos son una constante en una prueba como esta.
El Toyota Hilux será otro reto para Fernando Alonso. El asturiano tendrá que poner a prueba no solo su capacidad para pilotar sino sus conocimientos mecánicos puesto que en el Dakar es habitual que los propios pilotos tengan que afrontar algunas reparaciones durante la propia carrera.
Bien rodeado
Llegar al Dakar y ganar no es fácil para nadiem pero se complica más aún cuando el piloto cuenta con poca experiencia en este tipo de competiciones, como es el caso de Alonso.
Un buen ejemplo de lo complicado que es adaptarse a las peculiaridades de esta prueba es Sebastien Loeb. El nueve veces campeón del Mundial de Rallies (WRC) ha participado cuatro veces en el Dakar y no ha ganado nunca. El paso del francés por esta prueba se resume en: 9º en 2016, 2º en 2017, un abandono en 2018 y 3º en 2019.
Para compensar esa falta de experiencia, Fernando Alonso contará con la que es sin duda la mejor estructura posible en el Dakar. Toyota es la actual campeona gracias a la victoria del catarí Nasser Al-Attiyah este año. El fabricante japonés cuenta con un coche que se adapta a la perfección a esta prueba y un equipo de trabajo que han demostrado ser capaces de superar cualquier adversidad.
Por si fuera poco, Alonso se subirá al Toyota junto a Marc Coma, considerado como el mejor piloto español de la historia de raid en la categoría de motocicletas y uno de los mejores de la historia junto con Stéphane Peterhansel y Cyril Despres. El piloto español, ganador de cinco Dakar en la categoría de motos, se subirá por primera vez a un coche en esta prueba y será el mejor aliado del asturiano en el puesto de copiloto.
La experiencia de Coma en esta prueba se suma al talento de Fernando Alonso para afrontar el gran reto de llegar a Al Qiddiya como ganador en la categoría de coches. Hasta entonces, ambos tendrán que comenzar a trabajar juntos tanto en el campo de test de Toyota en Sudáfrica como en las diferentes pruebas que disputen en lo que resta de 2019.
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