Que Fernando Alonso tiene un talento especial subido en un monoplaza era bien conocido por todos. Pero que el asturiano también sabe hacer magia subido en un coche de rally ya sea por las dunas del desierto o las pistas de tierra, ha sorprendido a los más fans del dos veces campeón del mundo de Fórmula 1.
Los primeros sorprendidos han sido los miembros del equipo del Dakar de Toyota. Desde que haya por el mes de marzo Alonso probara el Hilux en un test en Sudáfrica, el piloto español ha dejado boquiabiertos a todos cada vez que se ha subido al coche. Su adaptación está siendo muy rápida y cada jornada de trabajo supera los límites fijados, según han explicado varios miembros del equipo.
Su participación, la semana pasada, en la Lichtenburg 400 acabó con un sabor agridulce. Alonso tuvo una gran primera jornada, la correspondiente a la clasificación, quedando tercero a pocos segundo del sudáfricano De Villiers, que acabaría proclamándose campeón de la prueba. Los problemas vinieron en el segundo día con un accidente, con vuelco y rotura de luna incluidos, y un segundo estallido de la luna por culpa de chocar con un pájaro.
El resultado de la Lichtenburg 400 acabó siendo lo menos importante para Alonso. El asturiano y Marc Coma, su copiloto en esta aventura del Dakar, acabaron la prueba a modo de coche cero, es decir, compitiendo por delante de los coches que luchaban por la victoria sin que sus tiempos valieran para la competición. Los datos de esa última parte son muy esperanzadores dado que el Hilux de Alonso y Coma logró rodar a la par de los participantes que marcaban los mejores tiempos.
Rodeado de los mejores
La relación entre Toyota y Fernando Alonso arrancó con el fichaje del asturiano para el Mundial de Resistencia. Desde entonces los halagos de los japoneses hacia el español han sido frecuentes realzando su capacidad de adaptación a una nueva nueva categoría como el WEC. Con el Dakar, los pasos se están repitiendo.
"Estamos llevando a uno de los mejores pilotos de carreras que el mundo haya visto a una disciplina que nunca antes había experimentado", aseguró Glyn Hall, director del equipo Toyota Gazoo Racing South Africa.
Hall ha destacado la adaptación de Alonso: "Con solo cinco meses para prepararnos para una de las carreras más difíciles del automovilismo, tenemos una tarea increíble por delante". Y además, valora como positivo las dificultades pasadas en la Lichtenburg 400: "Este es exactamente el tipo de experiencia que necesitan tener, por lo que no será una sorpresa si sucede en futuras pruebas".
Para ayudar a Alonso en su preparación, Toyota está poniendo a disposición del asturiano todos sus recursos disponibles. La firma japonesa ha organizado días de test en Sudáfrica, Polonia o Namibia. Unas jornadas de pruebas en las que el español ha contado con el sudafricano Giniel de Villiers, ganador del Dakar 2009, como copiloto y profesor en sus primeros pasos con el Hilux.
Pero la apuesta de Toyota ha ido más allá. Su mejor piloto también ha trabajado con el asturiano en su adaptación a las dunas. Nasser Al-Attiyah ha sido el último en volcarse con la adaptación de Alonso al mundo de los rallies.
El piloto catarí ha trabajado con el español durante esta semana en las dunas de Catar. Alonso ha catalogado de "Master class" las dos jornadas pilotando con el actual campeón del Dakar con un buggy sobre la arena catarí.
El próximo reto
El Rally de Marruecos será la siguiente aventura en la preparación para el Dakar. Alonso tendrá ante si su primera gran prueba de fuego. Tendrá que medirse a los grandes favoritos en las dunas del desierto marroquí.
Entre los confirmados para la prueba, que tendrá lugar entre el 3 y el 9 de octubre, Nani Roma, Carlos Sainz y Nasser Al-Attiyah. Fernando Alonso y Marc Coma se enfrentarán a unos 2.500 kilómetros de un recorrido que bien podría formar parte del próximo Rally Dakar que se disputará en Arabia Saudí el próximo mes de enero.
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