Fernando Alonso ha afrontado un nuevo reto junto a su nuevo compañero de conducción, Marc Coma. El dúo ha disputado la Lichtenburg 400, su primera gran ilusión desde que se decidiera que formarían un equipo para afrontar el próximo Dakar. El de Aviá ya ha sido cinco veces campeón en esta carrera como piloto en la categoría de motos.
Conduciendo el Toyota Hilux, ambos se han ido probando tanto con el coche como el trabajo entre ellos. Tras una serie de entrenamientos juntos en Namibia y Polonia, la pareja de deportistas, ha congeniado a la perfección. La prueba de fuego ha sido la Lichtenburg 400. Tardaron en completar la etapa de 187 km un tiempo de dos horas, 59' y 54".
A pesar de marcar el tercer mejor tiempo en la clasificación, a pocos minutos de empezar la primera etapa, el Toyota Hilux, volcó. A consecuencia del incidente, los deportistas perdieron ocho minutos en incorporar el coche, más trece que necesitaron para retirar los restos del parabrisas, que se había roto. Tuvieron que continuar el recorrido tan solo protegidos por las gafas.
Un mal trago para ambos en su estro más importante. Alonso lo ha calificado como una "pequeña pesadilla". El español confirma la dificultad de finalizar la carrera y superar las adversidades: "Hicimos 200 km con una mano en el volante y otra en el parabrisas", afirma el guaje.
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