Dice el refranero castellano que "a la tercera va la vencida". Esa frase popular resume a la perfección el objetivo de Fernando Alonso en las 500 Millas de Indianápolis. Aún con el mal sabor de boca que le dejó su participación en la cita de 2019, el asturiano tiene claro que sólo correrá la Indy500 si cuenta con opciones de ganar la prueba.
A pesar del movimiento de McLaren aliándose con Arrow Schmidt Peterson Motorsports (Arrow SPM) y creando un nuevo equipo denominado Arrow McLaren SP, el potencial de la nueva firma de los de Woking sigue estando lejos de las escuderías punteras que lucharán por ganar las 500 Millas de Indianápolis.
La llegada de McLaren al programa completo de la IndyCar parece más un proyecto a medio plazo y que un megaproyecto ganador desde el primer día. Al mando de los dos coches que disputarán el calendario completo: el campeón de Indy Lights 2018, Patricio O'Ward, y el campeón de Indy Lights de 2019, Oliver Askew. A pesar de ello, el equipo se guarda la opción de poner en pista un tercer coche para la Indy500.
¿Acuerdo roto?
Una vez desvinculado de McLaren el día 1 de enero, cuando acabó su contrato como embajador con la firma británica, Fernando Alonso puso su mirada en repetir la fórmula que estuvo cerca de hacerle levantar el título de las 500 Millas en 2017. El asturiano ha estado semanas negociando con Mario Andretti para ocupar uno de sus monoplazas en la prueba de Indianápolis, algo que el legendario piloto ve con muy buenos ojos pero que tiene un gran detractor: Honda.
El motorista japonés hace suyo aquello de "ni olvido, ni perdón" y no acepta que Alonso pilote un monoplaza que ellos motorizan. El veto llega desde Japón, a pesar de que la filial estadounidense de la marca ha aceptado el trato y considera que fichar al asturiano sería una gran oportunidad.
Las pésimas relaciones que McLaren, el piloto español y el fabricante nipón tuvieron durante tres años de proyecto conjunto en la Fórmula 1, con continuas acusaciones cruzadas entre ellos, ya fueron decisivas para que en 2019 los de Woking tuvieran que trabajar con Carlin y no con Andretti en la Indy500.
El dos veces campeón del mundo de Fórmula 1 ha dejado un guiño al motorista japonés en los últimos días asegurando que "lo dije por frustración... Quizás no debí haberlo dicho, pero no lo dije para las televisiones o en una rueda de prensa", señaló Fernando en una entrevista con F1 Racing.
El asturiano matizó que "estaba hablando en una conversación privada" con su ingeniero y que "suponía que no iba a ser pública, pero el motor era muy malo". "El primer año en Jerez, en cuatro días completamos siete vueltas", añadió.
Para colmo de males, Honda ha visto como Fernando Alonso se ha convertido en los últimos dos años en una de las estrellas deportivas de Toyota: primero en el WEC con dos victorias en las 24 Horas de Le Mans y el título de la supersesión 2018-2019 y, después, con su participación en el Rally Dakar 2020 en el que logró acabar 13º, el mejor rookie de la historia de la prueba.
Andretti vs Honda
El 'no' de Honda Japón a Alonso puede ser un bloqueo total o la primera batalla de un guerra más larga. El equipo de Andretti es uno de los punteros en la IndyCar y uno de los buques insignia del motorista japonés en el campeonato. Ambas estructuras tienen una fantástica relación desde hace años pero el 'Caso Alonso' puede abrir una grieta.
Si Andretti se empecina en dar un asiento al asturiano en la Indy500, Honda podría tomar la medida de dejar de suministrarle motores, algo que perjudicaría a ambas partes puesto que los nipones perderían a su mejor equipo y la escudería se quedaría sin su suministrador de propulsores.
Queda probado que la guerra entre ambos no beneficiaría a ninguno, lo cual hace pensar que o bien Honda Japón acepta el consejo de su división estadounidense o Andretti tendrá que ceder en su empeño de fichar a Alonso.
Las alternativas
Lejos de Andretti y Honda, la mejor opción de encontrar un coche competitivo en los óvalos de la IndyCar, como el de Indianápolis, es el equipo de Ed Carpenter. El expiloto trabaja con Chevrolet pero ha dejado claro en varias ocasiones que entre sus planes no está el dar un asiento a Fernando Alonso.
Otra opción sería el equipo de Roger Penske, el nuevo propietario de la competición, y una de las escuderías punteras. Pero la alianza entre Penske y Alonso se avecina complicada. La filosofía del equipo es premiar la lealtad de sus pilotos, algo que impediría que un piloto de fuera como el asturiano fuera premiado con un asiento extra en las Indy500.
Lejos de estas dos opciones, Fernando Alonso solo podría contar con estructuras de la zona media o equipos como Arrow McLaren SP que debido al cambio que han sufrido esta temporada no se sabe muy bien qué prestaciones ofrecerán.
La última opción es la más negativa. Alonso podría decidir no competir este año en la Indy500 y renunciar, por ahora, al sueño de la Triple Corona. Volver a ver al piloto español sobre el óvalo de Indianápolis dependería entonces de la decisión que tome de cara a la temporada 2021 sobre su regreso a la Fórmula 1, algo que ahora parece estar en una situación similar a la de la IndyCar: Fernando quiere volver pero solo si lo hace en monoplaza con posibilidades de ganar.
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