Lewis Hamilton es el gran protagonista de la Fórmula 1 actual. Por unos temas u otros, siempre está en el candelero. Hablar del británico es hablar de la actualidad del 'Gran Circo', de sus victorias, de sus éxitos, de sus protestas y de ese halo que siempre le rodea y en el que todos están más o menos de acuerdo considerando que siempre recibe un trato especial, que cuando las cosas involucran al seis veces campeón del mundo son un tanto diferentes respecto al resto. Y claro, eso también influye en su salario.
Ser un personaje especial y sobresaliente, un protagonista, un líder en resultados y en carisma tiene sus cosas malas, pero también su lado bueno. Hoy por hoy, Hamilton es el rey de la parrilla y él se siente como tal, dueño y señor de la Fórmula 1 y con capacidad para hacer lo que quiera y desafiar a quien haga falta, incluso a su propio equipo.
Mercedes avanza hacia una deriva un tanto peligrosa, la de dar excesivo poder a Lewis Hamilton y que el protagonista termine devorando la película hasta llevar la relación entre ambos al caos. El último ejemplo se ha visto con el pacto de una renovación astronómica que ha revolucionado el mundo de la Fórmula 1 en una de sus etapas más complicadas.
Cuando Hamilton estaba más preocupado de luchar por las desigualdades sociales e intentando acabar con la lacra del racismo por sus propios cauces, enfrentándose a la FIA e incluso a otros pilotos, Mercedes le ha dado el espaldarazo definitivo accediendo a pagarle la desorbitada cifra que el inglés exigió para continuar con las flechas plateadas, hoy negras a petición del británico. Por eso, aunque todavía no es oficial, todas las informaciones apuntan a que piloto y equipo cerrarán un acuerdo cercano a los 130 millones de euros, demostrando que Hamilton pasa de la crisis provocada por el coronavirus.
Una renovación de récord
La renovación del contrato de Lewis Hamilton con el equipo Mercedes ha sido un tanto sorprendente. No por el hecho de que el piloto inglés y la casa de motores alemanes amplíen su exitosa relación, sino por el momento y las condiciones en las que se va a producir, y de la manera en que se ha llegado a ese acuerdo.
Hace ya un tiempo que surgieron informaciones apuntando a que Lewis Hamilton habría hecho una cuantiosa petición para firmar su nuevo contrato. Mercedes no tenía prisa por negociar, pero las dos partes estaban condenadas a entenderse. Sin embargo, la escudería tenía el imponente reclamo de sus monoplazas, los únicos imbatibles de la parrilla, así que en caso de que las cosas no funcionaran, candidatos a ocupar el asiento del británico no iban a faltar.
Además, el equipo dirigido por Toto Wolff ha visto como en los últimos meses, todos los puestos libres de la parrilla se han ido ocupando en lo que ha terminado siendo un baile de piezas, un auténtico efecto dominó que ha dejado como principal perjudicado a 'Checo' Pérez, sin coche para el año que viene.
Uno de los primeros movimientos fue la llegada de Carlos Sainz a Ferrari, sustituyendo a un Vettel que se quedaba sin equipo. Su hueco en McLaren lo ocuparía Daniel Ricciardo, que, tras firmar su salida, permitía a Renault lanzarse a por su sueño más preciado, el regreso de Fernando Alonso. En ese baile de piezas, Vettel se quedaba fuera, aunque finalmente ha terminado convenciendo al equipo Racing Point, nuevo Aston Martin, para ofrecerle un asiento y dejar fuera al mexicano Sergio Pérez.
De esta forma, lo que demostraba la parrilla es que Hamilton, en caso de no llegar a un acuerdo con Mercedes, no tendría sitio en la Fórmula 1 a pesar de ser quien es. Y ni aun así, el equipo alemán ha terminado teniendo el poder en la negociación, ya que han temido incluso que a Lewis le saliera un proyecto fuera del 'Gran Circo'.
Por ello, finalmente, el equipo de Toto Wolff parece haber accedido a firmar esa estrastoférica renovación por la cual Hamilton percibirá un salario mayor del que ya tiene, unos 40 millones de libras por temporada, es decir, 44 millones de euros en plena crisis por la pandemia del coronavirus, en una temporada sin público en las gradas, con un calendario con menos grandes premios, con los peores ingresos publicitarios en años y tras protagonizar todo un curso siendo el activista de la Fórmula 1 en favor de los más vulnerables.
La incógnita de la duración
Por si esto fuera poco, Hamilton se ha guardado un as bajo la manga a la hora de cerrar su renovación. Las cifras parecen más o menos claras, ya que esas dos temporadas que el inglés tiene seguras podrían reportarle unos 90 millones de euros en la era más austera de los últimos años en un deporte acostumbrado a hablar de millones como algo cotidiano.
Sin embargo, ese as bajo la manga podría ser la duración del contrato, que no ha quedado claro si será por tres temporadas o por dos cursos y uno más opcional. De esa forma, Hamilton tendría previsión y libertad para seguir corriendo los dos próximos años con el equipo dominador, tener todas las opciones del mundo para sumar otro campeonato a los mandos de su Mercedes, además del de este año, y comprobar el rendimiento del coche en ese ya famoso año 2022 en el que podrían cambiar las cosas en la Fórmula 1.
La firma del nuevo Pacto de la Concordia, el cambio en los presupuestos, las normativas de la competición y el equipo formado por Domenicali y Ross Brawn al frente de la Fórmula 1 y que ya provoca el pánico en Brackley podrían ser un hándicap demasiado grande para que el dominio de Mercedes se extendiera más allá de 2022, por lo que si esa segunda temporada no le fuera bien, tendría la opción de no hacer efectiva esa temporada opcional y buscar un nuevo equipo o abandonar la Fórmula 1.
No hay que olvidar que Hamilton cumplirá el próximo mes de enero 36 años, una edad realmente considerable ya y que podría hacer que decidiera dejar de forma definitiva la Fórmula 1 y centrarse en otros proyectos del mundo del motor para buscar nuevos alicientes, como ha hecho por ejemplo otro genio del volante como Fernando Alonso.
Mercedes rompe el mercado
Las negociaciones entre Lewis Hamilton y Mercedes tuvieron un punto peligroso para el equipo alemán. Este punto fue el interés real de Ferrari en Hamilton, dispuestos a hacer un verdadero esfuerzo para contratar al piloto inglés. Desde la Scuderia aseguraban estar contentos con tener a un piloto de la valía de Hamilton en el mercado a partir de 2020, por lo que la posibilidad de lanzarse a por él era real.
En ese momento, Ferrari ya sabía que no contaría con Sebastian Vettel, que tenía un sueldo bastante alto, similar al actual de Hamilton en Mercedes. Por ello, el hexacampeón del mundo exigió al equipo de Toto Wolff una mejora sustancial para no hacer caso así a los cantos de sirena procedentes desde Maranello.
Las reuniones entre Hamilton y Elkann, presidente de Ferrari, terminaron por impacientar a Mercedes, que accedió a aceptar la petición del inglés, ahuyentando así al fantasma del Cavallino Rampante que amenazaba con llevarse al piloto más deseado de la parrilla.
Sin embargo, este acuerdo ha terminado provocando que Mercedes haya roto el mercado con una renovación astronómica que se aleja, y mucho, de la nueva Fórmula 1 y de los números que se manejan en otras escuderías, muchos más austeros dentro del poderío habitual de uno de los mayores negocios del deporte.
Por poner algunos ejemplos, se estima que el nuevo salario de Fernando Alonso en Renault sea de entre unos 10 y unos 12 millones de euros, es decir, que el asturiano no llegaría a cobrar en los tres años que podría estar en el nuevo equipo Alpine F1 Team lo que Hamilton cobrará en una temporada. Por su parte, quien también ha visto reducido su caché ha sido Ricciardo, que pasará de los 18 millones actuales en Renault a los 10 que percibirá en McLaren.
Hay que tener en cuenta que los salarios de los pilotos de Fórmula 1 son muy complejos, más que los de cualquier otro deportista. Dependen en gran medida de los patrocinadores que los corredores tengan adheridos a su figura y que les acompañan como un pack indivisible y que hace aumentar cuantiosamente un salario base que ya de por sí es alto. Además, la mayoría de ellos firman generosos variables con los equipos y que elevan aun más sus emolumentos en función de resultados, cobrando primas por puntos, podios o victorias.
Otro piloto que acusará el cambio de equipo y la situación económica actual provocada por la pandemia será Sebastian Vettel, que se alejará peligrosamente de los 25 millones sin variables ni patrocionos que firmó con Ferrari en su última renovación en su llegada a su nuevo equipo, Aston Martin.
Gracias a esta salida, Ferrari liberará una importante masa salarial que podrá destinar a mejorar su monoplaza, ya que la suma del salario Leclerc, unos 9 millones de euros, y el nuevo salario de Carlos Sainz, que pasará de los 3,5 de McLaren a los 8 del equipo italiano, no llegarán a alcanzar la alta cifra que percibe el corredor alemán.
De esta forma, la sideral renovación que Hamilton firmará con el equipo Mercedes sentará un nuevo precedente en la Fórmula 1, siendo el contrato más alto de su historia y pudiendo alcanzar la mareante cifra de 130 millones de euros si finalmente se cumplieran esos tres años que habría firmado el todavía hexacampeón del mundo.
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