La Fórmula 1 volverá a tener un Schumacher en la parrilla a partir de 2021. Nueve años después de la retirada definitiva de Michael, el hijo del Káiser, Mick, debutará en el Gran Circo al volante de uno de los Haas F1. Si bien era un secreto a voces, más aún con su rendimiento este año en la Fórmula 2, la confirmación ha llegado este miércoles y la expectación es máxima. Y en Ferrari nadie va a perder de vista al joven 'Schumi'.
Mick Schumacher es una de las promesas del automovilismo. Tiene solo 21 años y en su segundo año en la Fórmula 2 está a punto de ganar el campeonato. Su último desafío antes de saltar a la máxima categoría es rematar la faena en F2 en la doble carrera que despide la temporada y luego su cabeza estará puesta en los test de Abu Dhabi que cierran el año y donde podrá conducir el Haas de Grosjean y Magnussen.
Para Mick no será nuevo pisar el paddock de Fórmula 1. Más allá de haber estado cerca de su padre en tiempos pasados, él ya ha estado subiéndose a varios de los monoplazas más míticos del heptacampeón del mundo: desde el Benetton B194 que llevó en Spa en 2017 hasta el Ferrari F2004 que pilotó en Hockenheim y en Mugello este año. Y de no ser por las condiciones meteorológicas, habría participado en los libres de este año en el GP de Eifel con un Alfa Romeo de esta temporada.
Y es que el nombre de Mick ha estado rondando en el paddock desde que era muy pequeño. De ahí que su fichaje por Haas sea una de las grandes noticias para 2021. Primero, por lo que promete como piloto. Segundo, indudablemente, por el legado que hay a las espaldas de su apellido. Mick, tras su padre Michael y sin olvidarse de su tío Ralf, traerá de nuevo la familia Schumacher a la Fórmula 1.
En una de las primeras imágenes que se vieron en público de Mick, el hijo de Michael Schumacher apenas tenía un año y su padre le estaba enseñando ya el volante de un kart. Gracias a él se enamoró del mundo motor y es que teniendo en casa al siete veces campeón del Mundial de F1 (ahora empatado por Lewis Hamilton) no es muy difícil. Los fans más acérrimos del Káiser sueñan con ver ahora al hijo alargar la leyenda.
En 2013, Michael Schumacher sufrió el accidente esquiando que todos conocen y del que desde entonces sigue recuperándose bajo un enorme secretismo. Mick ha tenido que combatir contra ese runrún que ha ido persiguiendo a su familia por la salud de su padre y las expectativas que siempre se han creado por el lugar del que viene.
La nueva atracción
Ha de saber que en su primer año va a ser una de las grandes atracciones del Mundial de Fórmula 1, quizás solo opacado por el regreso de Fernando Alonso a la competición. Pero nadie le va a quitar ojo y menos desde Ferrari, a cuya Academia ingresó en 2019 y ahora ha apadrinado su aterrizaje en la F1 con Haas. No podía ser otra que la Scuderia y el destino parece estar escrito para que en un futuro el nombre de Schumacher vuelva a estar ligado al equipo italiano.
Allí donde Michael ganó cinco de sus siete mundiales y alcanzó el Olimpo del motor, esperan ahora con muchas ganas a su hijo Mick. Y si todo sale bien, hasta habría un plan trazado para que el pequeño 'Schumi' no tardara mucho en desembarcar en la Scuderia. Todo, obviamente, dependerá de su rendimiento con Haas y de comprobar si realmente las expectativas no se han inflado sobremanera. En Maranello todos esperan que la historia acabe con el mejor de los finales: otro Schumacher de rojo.
Batalla a tres
¿Cuándo podría ocurrir eso? Pues en Ferrari parecen haberlo medido al detalle y el 2022 aparece como la primera oportunidad real de ver a Mick en el equipo en el que algún día corrió su padre. La razón para imaginárselo es que en ese mismo año acaban contrato con la firma del Cavallino Rampante tanto Charles Leclerc como Carlos Sainz, la pareja de pilotos elegida en Ferrari para los dos próximos años.
Si bien todavía es pronto, la sensación es que tanto Leclerc como Sainz, quien todavía no ha puesto ni un pie en la fábrica de Ferrari, deberán luchar entre ellos y contra Mick. Si el joven alemán empieza a despertar sensaciones en sus dos primeros años en la categoría, ambos saben que tendrá muchas papeletas de coger el relevo de uno de los dos.
El ambiente actual no es el mejor en la escudería que dirige Mattia Binotto, pero se mira con esperanza a 2021 y, sobre todo, a 2022, cuando todo el paradigma de la Fórmula 1 sufra un nuevo revolcón. A Charles Leclerc, de solo 23 años, y a Carlos Sainz, que a sus 26 recibe la gran oportunidad de su carrera, no les queda otra que asumir que la exigencia será máxima y siempre estarán en el foco cuando Mick lo haga bien con su Haas. La batalla en Ferrari será más caliente que nunca y con uno de los apellidos más legendarios del Gran Circo en escena.
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