Con la conclusión de la sexta etapa del Rally Dakar, la carrera más difícil y extrema del mundo ha llegado a su mitad, a su ecuador, dejando una serie de lecturas que han sido muy positivas para algunos pilotos, pero muy negativas para otros. La categoría que mayor fama recibe siempre es la de los coches, seguida muy de cerca por las motos. Sin embargo, este Rally Dakar 2021 está teniendo la particularidad de poner de acuerdo a pilotos de todas las modalidades.
A pesar de que la carrera sigue llevándose a cabo de forma correcta y que no ha tenido problemas para celebrarse en tiempos de pandemia, no ha estado exenta de críticas por parte de algunos pilotos con mucho peso y mucho nombre. Este Dakar, el segundo que se celebra en Arabia Saudí, está siendo con creces una carrera muy dura y exigente. Aunque pocos, también ha contado con la tragedia de algunos accidentes, además de haber sentado las bases de un nuevo tipo de conducción en los rally-raid que no ha dejado convencidos a todos por igual. El Dakar ya está en su punto medio, pero todavía queda mucha tela que cortar.
Perdidos y desesperados
Sin duda, si hay algo que ha marcado estas seis primeras etapas es la cantidad de pilotos que se han perdido y que han cedido tiempo. Ya fueran pilotos jóvenes o expertos, debutantes o con muchas ediciones a sus espaldas, todos o casi todos lo están pasando realmente mal. El Dakar 2021 se ha convertido más que nunca en una carrera de supervivencia en la que ganará, sea en la categoría que sea, el piloto que menos errores graves cometa, porque leves, los tienen todos y todos los días.
Los problemas más acusados están siendo los de navegación. Por ello, no es extraño ver en cada etapa a multitud de pilotos de todas las categorías dando vueltas, yendo despacio, buscando los rumbos correctos e intentando localizar los waypoints del recorrido, esos puntos por los que deben ir pasando para trazar la ruta marcada por la organización.
Coches persiguiéndose unos a otros, motos que se cruzan y se preguntan por el recorrido correcto y camiones que se quedan parados intentando localizar donde está el camino, así avanza un Dakar marcado por los roadbooks, los libros de ruta que poseen los pilotos y copilotos y que reciben solo unos minutos antes de las etapas, sin posibilidad de ser estudiados y con todas las anotaciones facilitadas por la organización y no hechas a su propio modo. Está siendo especialmente dramático ver a algunos de los mejores copilotos del mundo como Lucas Cruz, compañero de Carlos Sainz, pasar verdaderos apuros para encontrar el rumbo idóneo entre las dunas, las piedras y las pistas rápidas.
Las alarmas han saltado especialmente cuando los propios participantes han caído en la cuenta de lo peligroso que es tener a todos los pilotos realizando mil y una trayectorias, cruzándose en el camino de sus rivales y con serios riesgos de chocar unos con otros entre el polvo y los nervios. Varios han sido los pilotos que han criticado esta nueva corriente instaurada en la carrera de roadbooks y territorios muy difíciles de interpretar, pero el más directo fue Carlos Sainz, que llegó a calificar la carrera de "gimkana" y que afirmaba que esa no era la esencia de un rally-raid, ya que nunca en sus 14 participaciones había cedido más de una hora por perderse un día tras otro. Esta circunstancia tiene al madrileño contra las cuerdas, a 40 minutos del líder Peterhansel, aunque con dos victorias de etapa y muchas esperanzas.
Fallos en la organización
Tras el Rally Dakar del año 2020, el primero que se celebraba en Arabia Saudí, muchos indicaron que la carrera más extrema del mundo había encontrado un nuevo hábitat, un lugar en el que celebrarse y en el que recuperar la esencia del Dakar más puro. Había sido todo un acierto por parte de la organización, pero había varios factores que mejorar de cara a una nueva edición.
Sin embargo, este año que debía ser el de la gran confirmación, la organización está teniendo algunos fallos que han llevado a muchos a cuestionar si se trata realmente de un éxito el Dakar que se ha celebrado hasta el momento. Uno de los principales propósitos era reducir la velocidad media de las etapas, especialmente en las pruebas de coches y motos. Para ello, idearon un recorrido por un territorio dificilísimo, muy técnico, para que los pilotos tuvieran que ir más pendientes de la conducción y no del acelerador. Además, lo complicaron aún más que nunca con una navegación difícil de interpretar, lo que ha terminado derivando en un auténtico caos. Está claro que para el año 2022, esa búsqueda de la seguridad y de medias de velocidad más bajas, que este año están en torno a los 120-130 kilómetros por hora, tendrá que conseguirse de otro modo.
Sin embargo, ese no ha sido el único de sus grandes problemas, ya que hace algunas etapas se vivió un momento de auténtico caos. Fue a la conclusión de la segunda jornada cuando muchos pilotos de motos y de prototipos ligeros denunciaron que se les había suministrado gasolina con agua, lo que obligó a todos los participantes a vaciar sus depósitos en plena noche en el vivac instalado en la ciudad de Wadi Al-Dawasir.
Este hecho provocó que algunos pilotos como Andrew Short, de Yamaha, sufrieran daños en sus monturas teniendo que abandonar la carrera, o como Toby Price, uno de los favoritos en la categoría de motos y doble campeón del Dakar, que sufrió problemas en el depósito trasero de su KTM. Además, otros pilotos denunciaron que también habían encontrado parafina, una cera derivada del petróleo y que podría haber tenido gravísimas consecuencias. Muchos de los afectados indicaron que sus vehículos estaban podridos por dentro y que no se explicaban que sucediera eso en un país que es uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo. Horas desmontando depósitos, inyectores y demás elementos de sus vehículos para no decir adiós al Dakar en lo que ha sido uno de los escándalos de la carrera que más desapercibido han pasado.
Los protagonistas
A pesar de todo, esta primera parte del Rally Dakar ha dejado a grandes protagonistas, unos por sus buenos momentos y otros por las desgracias vividas. En el capítulo de los grandes personajes de la presente edición destaca poderosamente el dúo que encabeza la clasificación de coches. Stéphane Peterhansel, 'Monsieur Dakar', tomó el liderato de la carrera en la segunda etapa y no lo ha soltado hasta el momento, mostrándose como el piloto más regular de la categoría y fiel a su estrategia de no ganar ninguna etapa para no abrir pista.
Por detrás de él se encuentra el gran caníbal de las cuatro ruedas, el catarí Nasser Al-Attiyah, que no sabe hacer otra cosa que ir siempre a tope. Tras vencer en el prólogo, sufrió unos pequeños problemas en la primera etapa, ganada por Sainz. Desde ese momento, se propuso ir al máximo y sumó tres victorias consecutivas, sin importarle tener que abrir pista. De momento es segundo a menos de seis minutos, pero promete mucha batalla. El otro gran protagonista positivo de la carrera hasta el momento es el ruso Sotnikov, líder destacado de la categoría de camiones a los mandos de su Kamaz. Tiene 37 minutos de ventaja sobre su perseguidor, Shibalov, y acumula ya cuatro victorias de las seis etapas disputadas.
En la categoría de motos, la gran protagonista es la igualdad, ya que varios pilotos siguen inmersos en la pelea por ver quien se alza con el triunfo. Uno de los grandes favoritos, y uno de los nombres propios de este Dakar, es Joan Barreda, ganador de tres etapas y que ha sido líder de la general en varias ocasiones. No obstante, al igual que Sainz, ha sufrido problemas de navegación que le han impedido tener casi sentenciada la victoria. El otro gran nombre propio de las dos ruedas está siendo Toby Price, ganador de dos etapas y actual líder de la general. Sin embargo, los siete primeros pilotos se encuentra en 6 minutos, y los trece primeros, en 20. Todo está en el aire con Barreda y Santolino en la lucha. La valiente Laia Sanz, que acaba de superar la enfermedad de Lyme, ya es vigesimoquinta.
Otra gran protagonista de la carrera está siendo Cristina Gutiérrez, que llenó de alegría a todos con su victoria en la primera etapa que le sirvió para colocarse líder de los Side by Side. A pesar de haber sufrido también muchos problemas de navegación, la corredora de 29 años del equipo Red Bull Off-Road Team USA es décima de la general y segunda en la categoría de los 0T3. Con menos protagonismo, pero mucho mérito, Nani Roma se sitúa quinto en la clasificación general de los coches.
Y en el apartado de protagonistas por momentos negativos, tres nombres resuenan con especial fuerza. El primero de ellos es el compañero de Nani Roma, Sébastien Loeb. El francés ha dejado buenas sensaciones a bordo de su Bahrain Raid Xtreme de PRODRIVE, pero está teniendo muchos problemas en carrera. Tras recibir una dura sanción de la organización por exceso de velocidad en un tramo controlado y tener un cruce de declaraciones bastante sonado, ha visto como su Dakar se iba al traste en la sexta etapa con una nueva avería mecánica que le ha tenido durante horas en mitad de la nada del desierto.
Los otros dos tristes protagonistas han sido los accidentados más ilustres. El novato Henk Lategan, que sufrió un aparatoso accidente con su Toyota con el que dio varias vueltas de campanas y en el que sufrió una fractura de clavícula que le ha obligado a abandonar la carrera. El otro nombre propio es el del piloto de motos CS Santosh, que sufrió una fuerte caída en la cuarta etapa, tuvo que ser reanimado por un compañero que se paró a ayudarle y que se encuentra en coma inducido. El curso de reanimación y primeros auxilios impartido este año y obligatorio para todos los pilotos ya ha dado sus frutos ante el primer accidente serio de la prueba.
Todo lo que queda
La primera parte del Rally Dakar 2021 ya se ha consumido, pero queda toda la segunda con bastantes cosas en juego. Para empezar, todas las clasificaciones, ya que salvo la victoria de Sotnikov en camiones, el resto parecen bastante en disputa, especialmente la de motos y la de coches, las categorías más seguidas.
En ambas jugarán un papel fundamental los españoles, especialmente Joan Barreda, el que más opciones tiene de brindar un título a la afición nacional. No hay que olvidar a Lorenzo Santolino, que aspira también al podio y, por qué no, a la victoria. Quien no se conformará con el podio e irá a por el triunfo con todo será un Carlos Sainz que tiene por delante una jornada de descanso para reinventarse y buscar una estrategia arriesgada y ganadora.
Además, este rally está viviendo la primera experiencia del Dakar Classic, una clasificación paralela de coches clásicos, de grandes modelos que han dominado la prueba y que está recibiendo cada vez más expectación y despertando más admiración hacia estos prodigios de la mecánica que se baten en las dunas para deleite de los espectadores. Además, el 'Dakar Experience' creado en 2020 sigue recibiendo elogios, tratándose de esa vía que tienen algunos pilotos que no pueden continuar de forma oficial en carrera, pero que se les ayuda a llegar hasta el final con la penalización de perder sus tiempos, pero con el orgullo de vivir una experiencia única.
Por suerte, y a pesar de todos los conflictos que ha tenido este Dakar en estas 6 etapas, lo que sí ha quedado controlado hasta el momento es la repercusión y la acción de la Covid-19, que no ha pasado de ser una amenaza más en una carrera acostumbrada a sobrevivir día tras día y año tras año. De momento, no ha habido que lamentar males mayores en lo que está siendo otro éxito rotundo en el haber de ASO, empresa organizadora.
Ya solo falta que los pilotos, y en especial los españoles, sepan sacarle partido al duro terreno que queda por delante con tres etapas señaladas de forma especial: la séptima, la octava y, sobre todo, la penúltima, que será la más larga y difícil de todo el Dakar y en la que la carrera podría dar un vuelco absoluto al tratarse de un nuevo reto de conducción y navegación. Por ello, esperanzas y emociones para lo que resta de Dakar, y que para que Carlos Sainz y Joan Barreda intenten el asalto al título.
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