Para competir en un Dakar ya tienes que estar hecho de una pasta especial. Para acabarlo debes, además, saber convivir con la presión y la fatiga y tener una gran fuerza mental. Y ya para conseguirlo en uno de los puestos de honor tienes que contar con una pizca de suerte y mezclarla con un talento especial. Pues imagínese hacer todo eso en tu debut y encima ganar dos etapas.
Esta es la historia de Kilian Revuelta, el primer español en lograr un triunfo parcial en la categoría Clásica que se ha estrenado en esta edición de 2021. Este empresario riojano decidió apuntarse al Dakar junto a su copiloto Óscar Sánchez sin haber disputado ninguno de los dos antes un rally en coches.
Además, prepararon su participación en solo dos meses y tras cancelarse por la Covid-19 un rally de motos que iban a disputar en Marruecos. La diosa fortuna les llevó hasta Arabia Saudí y ya allí el Team Enblando Naturhouse ganó dos etapas, terminó cuarto en Clásicos y tercero en la subcategoría H1 para coches de 1996 hacia atrás.
Kilian Revuelta triunfó así en el Dakar como antes ya lo había hecho en los negocios. Este empresario nacido en Logroño es vicepresidente de Naturhouse, consejero de Kiluva, propietario del Hotel Las Dunas de Estepona, accionistas del festival Starlite de Marbella y miembro del Consejo de Administración de EL ESPAÑOL.
Su pasión por los rallies le llevó al Dakar, pero tampoco pudo desconectar por completo de sus labores. "Algunas llamadas de trabajo sí he hecho cuando llegaba al campamento", reconoce. A pesar de no haber realizado una preparación exhaustiva para el Dakar, Kilian es un amante de los deportes y practica vela y artes marciales mixtas. De joven fue internacional con España en fútbol americano, aunque “los años pasan” y últimamente estaba "más centrado en el ciclismo y en las motos".
Todo cambió cuando en octubre se le presentó la oportunidad de cumplir un sueño: participar en el Rally Dakar. En pocos días dijo sí a la aventura junto a su amigo Óscar Sánchez y compró un coche de segunda mano en Gerona. El Toyota Land Cruiser de 1996 con el que disputó el rally fue, probablemente, utilizado como vehículo de asistencia o de prensa en algún Dakar de los 90.
El taller Deyscom, situado en Torrelaguna (Madrid), fue el encargado de llevar la puesta a punto del coche. "Se desmontó entero y dejaron otros proyectos para que estuviera listo para el Dakar", afirma reconociendo la labor mecánica que realizó Deyscom y sin la cual no hubiera logrado el éxito.
Dos etapas malditas privaron a Revuelta y Sánchez de haber llegado hasta el cajón, sin embargo, Kilian ya asegura que volverán y que "algo había que dejar para otros años". Un nuevo sueño para este empresario de éxito que aterrizó en el Dakar por casualidad e hizo historia para España en su primera participación. Kilian Revuelta ya es, por méritos propios, uno de los Protagonistas 2021 de EL ESPAÑOL Deportes.
¿Cómo se encuentra tras el esfuerzo en su primer Dakar? ¿Cuánto tarda uno en recuperarse? ¿Está siguiendo algún plan específico?
Tenemos suerte porque solo hay dos horas de cambio respecto a Arabia Saudí. Hoy me he despertado a las 5 de la mañana. Llegas cansado, pero lo hemos hecho satisfechos y eso te hace tirar.
¿Qué balance hace de esta experiencia y de los resultados conseguidos?
Muy buena. Cuanto más tiempo pasa, mejor. Estuvimos muy cerca de quedar terceros y siempre te queda eso. Al final, lo ves en perspectiva y está bien. Dejemos algo para el año que viene.
¿Hay que prepararse físicamente mucho para el Dakar?
No iría mal prepararse, pero nosotros la verdad que no lo hicimos casi nada. Caímos casi por casualidad en el Dakar, ya que íbamos a hacer un rally de motos en Marruecos en octubre y no pudimos ir a causa del Covid. Nos quedamos en tierra de nadie y un amigo del País Vasco nos habló del Dakar Clásico. Y así nos tiramos a la piscina, pero, de tal forma, que era principios de octubre y no teníamos ni coche.
Nosotros íbamos a pensando que sería un paseíto, que no se atreverían con los Clásicos… y te meten unas que te preguntas cómo aguantan los coches. Sí iba en serio.
El primer día te entra vértigo y dices: '¿qué hago aquí?'
Para el que no conozca la categoría Clásica, que ha debutado este año, explíquenosla en qué consiste.
El coche tiene que ser del 2000 para atrás. Dependiendo del año del coche vas en una categoría una u otra. Los más jóvenes van en el H2 y los más antiguos en el H1 (del 96 hacia atrás), que es donde hemos quedado terceros. Luego, es un rally de regularidad. Te dan unos tramos cronometrados y te dan la velocidad media a la que tienes que ir.
Por ejemplo, en el kilómetro 15 tienes que pasar en tal minuto y tal segundo. Cuando se ve un cero en un rally de regularidad es que has estado en ese minuto y en ese segundo. Otra diferencia con el rally de velocidad es que aquí las pistas son muy estrechas.
¿Ha sido muy difícil este año la navegación?
A ver, es difícil porque es el Dakar. Lo hablaba con mi copiloto en el coche, siempre cogíamos la opción difícil. Es verdad que el libro de ruta está muy bien hecho, pero van a cuchillo y no se cortan.
¿Cómo llega un empresario de éxito a disputar el Dakar? ¿Ha sido una sorpresa más de 2020?
Siempre me ha gustado el Dakar, pero lo ves muy lejos. Se tiene que dar una conjugación de astros que al final nunca encuentras el tiempo ni el momento. Si no llega a estar la Covid-19 hubiéramos ido a Marruecos a hacer el rally de motos que hicimos el año pasado. Salió la posibilidad y listo.
El espíritu de este Dakar Clásico es el más genuino al París-Dakar.
Los comisarios estaban muy volcados y se veía que les gustaba. Nos decían que era como el Dakar antiguo. Hoy se ha profesionalizado todo mucho y este era más como seguir el camino, pero para gustos los colores y cada uno dirá lo suyo.
Hicimos una pardillada con el reloj y nos penalizó
¿Tuvo miedo de enfrentarse a la dureza de esta competición? Debe ser muy difícil un Dakar desde el punto de vista psicológico.
Nosotros nos apuntamos y fuimos para allá. Cuando llegas el primer día y ves el tinglado te entra un poco de vértigo y dices: "¿qué hago aquí?". Vengo con un Land Cruiser del 96 y miras al equipo de Red Bull con todo lo que lleva… pero al final te acostumbras y lo disfrutas mucho.
Si no hubiera sido por dos etapas malas, hubieran acabado en el podio y quién sabe en qué lugar. ¿Qué sucedió en ellas?
Fue nuestra poca experiencia. El día que tuvimos el problema de refrigeración del coche teníamos un problema mecánico que hacía que el ventilador no girara a la velocidad que lo tenía que hacer. Era una etapa de arena, de dunas, y no bajamos la presión de los neumáticos. Quizá haciéndolo no se hubiera calentando tanto el coche.
Ese día nos metieron 3000 puntos de penalización, pero salvamos el Dakar. La aguja de temperatura la llevaba al rojo y en cualquier momento podría haber explotado el motor.
Al día siguiente vas con el miedo del coche, pero fue muy bien. Cuando llegamos al campamento vino el director de carrera y nos dice que hemos ido muy bien, pero en todos los puntos con 40 segundos de diferencia. Habíamos cogido el tiempo de otro aparato y no iba acompasado con el de carrera. Hicimos una pardillada y te quedas con cara de tonto.
Fuisteis de menos a más en el rally, pero luego la alegría tuvo que ser inmensa con esas dos etapas consecutivas.
Sí, sí y la tercera nos la quitó el camión porque íbamos detrás de él.
Cuando te pica el bicho del Dakar, ya no paras
¿Volverá al Dakar?
Sí, sin duda. Cuando te pica el bicho, ya no paras. Hay que mejorar cosas, pero esa es la idea.
Llevaban un Toyota Land Cruiser de 1996. ¿Cómo se puso a punto para el Dakar?
Con mucho trabajo. Reamente compré el coche en Gerona y el jefe del taller de Deyscom me dijo que tenía buena pinta. Necesitábamos un coche que ya fuera de carreras porque solo teníamos dos meses para prepararlo, pero al final es un coche de segunda mano y salen cosas. Se desmontó todo y llegamos con el coche nuevo. Si no hubiéramos hecho eso, hubiera sido difícil acabar en la posición que lo hemos hecho.
¿Habías hecho rallies en coche antes o solo en moto?
No, solo en moto. Este año queremos apuntarnos al Rally de Regularidad de España en tierra y así iremos más preparados. Fuimos en calzoncillos al Dakar.
¿Cómo de importante es la compenetración con el copiloto en un Dakar? Usted y Óscar Sánchez se conocen desde hace años.
Muy importante. Óscar tampoco tenía experiencia como copiloto. Al venir de rallies de motos teníamos una ventaja y es que sabíamos navegar. En moto no te puedes despistar porque te caes y es una escuela fundamental para hacerlo luego en coche.
¿Cómo han sido las medidas antiCovid? Se ha demostrado que se puede organizar un Dakar a pesar de la pandemia.
En el Dakar todo es muy profesional. Arabia Saudí cerró el país por la cepa británica y la ASO tuvo que moverse a nivel gubernamental y logístico para encontrar chárteres. Se fletaron dos aviones y montaron un tinglado que sin una estructura no se pudiera haber hecho. Ellos no juegan, son muy profesionales.
Han organizado muy bien el control de entrada al campamento y luego hemos llevado un laboratorio móvil. Ha estado todo muy controlado. Se ha demostrado que se puede hacer esta competición en tiempo de la Covid. Luego tampoco ha habido la interacción social que en otros Dakar para que no hubiera ningún problema.
He respondido llamadas de trabajo en el Dakar
¿Es difícil compaginar su labor como empresario y vicepresidente de Naturhouse con la deportiva de participar en rallies?
Me he puesto a trabajar en cuanto he llegado de Arabia Saudí. Ha sido el periodo de tiempo más largo sin estar conectado con el teléfono. Si he tenido suerte porque la mitad del Dakar es vacacional en España.
He respondido algunas llamadas de teléfono y algunos emails. Esta es la segunda vez que estoy desconectado, la primera fue cuando crucé el Atlántico en barco y fueron tres semanas y media de navegación.
Naturhouse es una empresa que apuesta fuertemente por el deporte. ¿Qué otros deportes le gustan y cuáles practica?
Jugaba al fútbol americano y estuve en la selección española. Luego siempre me he ido a las artes marciales mixtas, pero los años van pasando y el cuerpo no es el mismo. De un tiempo a esta parte he estado más centrado en ciclismo y en las motos.
Desde el punto de vista de empresa, dentro del grupo, tenemos el Logroñés. Ahora estamos con el sueño de Segunda División tras diez años en Segunda B. Nos está dando alegrías porque este año el objetivo es la permanencia. En Naturhouse también hemos estado con el balonmano, con el tenis… creemos que el deporte es fundamental.
¿Con qué imagen se queda de este Dakar?
El día más difícil fue el del reloj y que no tenía claro que el coche estuviera arreglado. Llegué al campamento y me pregunté: "¿Qué hago aquí?". Le dije a mi copiloto que si no arreglaban el coche bien… Al día siguiente hicimos una gran especial y fue el momento de resurgir. Ese fue el momento en el que te caes y te levantas, como en la vida misma, y con el que me quedo.
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