Carlos Sainz ya ha comenzado su andadura con Ferrari. El gran sueño de niño del piloto madrileño se puso en marcha cuando anunció su fichaje el año pasado, pero ha sido a finales del pasado mes de enero cuando de verdad ha comenzado a vivirlo. Subirse por primera vez al bólido rojo es una experiencia que nunca se olvida. Aún así, lo importante se está llevando a cabo en estos días con los toques finales del nuevo coche que pilotará el español durante esta presente temporada de la Fórmula 1 que verá la luz verde en Bahrein a finales de marzo.
El hijo de la leyenda de los rallies, muy motivado, no cesa en su preparación para que esta temporada sea la mejor posible para sorprender en Italia y a toda la Fórmula 1 a bordo de un bólido de leyenda. Sainz está poniendo todo de su parte para que esta adaptación sea lo más rápida posible y Ferrari está muy contento con su trabajo. Las ganas que ha demostrado, su implicación con el proyecto y la interacción entre las partes es tan buena que todo el mundo ha subido sus expectativas sobre lo que esperan de este año.
En estas primeras semanas está siendo clave todo lo que pueda hacer por entenderse con el hombre que marcará el devenir de su temporada. Desde Maranello no se descansa con el objetivo de que las armas estén lo más afiladas posible para cuando comience la guerra. Además, el piloto ya conoce a todo el equipo que le acompañará por el mundo y la relación con todos ellos se ha afianzado. Sobre todo con una de las personas más importantes para que todo vaya bien.
En el muro le va a acompañar Riccardo Adami, el antiguo hombre de confianza de Sebastian Vettel que ahora será el ingeniero del piloto español. Este italiano va a poner su grado de experiencia sobre Sainz para guiarle hacia los buenos resultados. Solo tiene una foto encima del podio. Fue con el alemán en el Gran Premio de Mónaco de 2017, una cita muy especial. La promesa que se han hecho ambos es poder repetir esa imagen en estos dos años de contrato que tiene el madrileño firmados con Ferrari.
Una mente privilegiada
El italiano ha ido forjando su carrera en la Fórmula 1 desde 2002 con un crecimiento palpable. De ser un simple ingeniero más ha pasado a ser la mano derecha de los pilotos. Esos casi 20 años de experiencia en el mundo del automovilismo dotan a este desembarco de Sainz en Ferrari de una cabeza que se ha visto en todas las situaciones posibles. La confianza entre ambos se está generando, pero el tándem apunta buenas maneras.
Desde su desembarco en Minardi, donde se convirtió en ingeniero de carreras, fue trabajando con pilotos muy importantes. Esta relación que forjó desde campeones del mundo a otros que simplemente luchaban por entrar en los puntos hace de Adami un hombre que se amolda a todos los momentos que puede entrañar un Gran Premio. Sainz no se encuentra con alguien que lleva la 'L' en su espalda. Ferrari tampoco se encomienda en cualquiera.
Ya en Red Bull y Toro Rosso trabajó con Vitantonio Liuzzi o Sébastien Buemi, además de tener el primer encuentro con ese Vettel que conseguiría la victoria más joven de la historia de la Fórmula 1, hasta que llegó Verstappen, en Monza. También trabajó con Daniel Ricciardo. Pero no es el primer español con el que trabaja. En esa primera experiencia en Minardi coincidió con el Fernando Alonso más joven. El círculo se cierra con Sainz, su gran proyecto a sus 47 años.
De la tensión a la ilusión
Su trabajo durante 10 años en Toro Rosso le llevó a Ferrari donde luchó por mundiales junto al piloto alemán y vivió su caída a los infiernos. Junto a Steven Petrik, ingeniero de prestaciones, Calum MacDonald, asistente del piloto y Filippo Milani, primer mecánico, tuvo un 2020 complicado con Vettel. Aún así, esta experiencia tan tensa que terminó llevándose al campeón del mundo por delante será un ejemplo para el primer año de Sainz. Todos ellos trabajarán con el madrileño.
Ahora vuelve a coger un volante joven con el objetivo de devolver a la escudería del 'cavallino rampante' al podio y, quién sabe, si a la primera victoria de la carrera deportiva de Carlos Sainz. Aspira a tener el mismo feeling que logró con Vettel para alcanzar esos objetivos que se han puesto en Ferrari. Aunque, tal y como se ha cansado de repetir Mattia Binotto, este año se conforman con reducir "la gran brecha" que existe con Mercedes. Las manos del español y la cabeza de Riccardo Adami serán las encargadas de aspirar a algo más en este 2021.
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