Catar ha sido el último estado en ofrecer la vacuna contra la Covid-19 a un gran colectivo del mundo del deporte. Ha sido concretamente al universo del motociclismo en un gesto que ya no pilla por sorpresa a nadie, ya que el mundo árabe se está especializando en este tipo de ofrecimientos casi masivos.
Se consideran las locomotoras de la vacunación y se ponen al frente de diferentes eventos y competiciones para ofrecer las dosis necesarias para tratar de inmunizar así a muchos deportistas que se están viendo en medio de una guerra económico-sanitaria que ya despierta importantes debates morales. Algunos de esos debates tienen que ver con la procedencia de las famosas vacunas o con el orden establecido, por el cual los países de la Liga Árabe no parecen estar mostrando ningún respeto, jugando con la debilidad de las personas y ofreciendo el ansiado antídoto.
Además, estos países están siendo amparados por la administración de la vacuna china más avanzada del laboratorio SinoPharm, la más empleada en estos estados que se están ofreciendo como los salvadores del mundo del deporte. Esta empresa estatal china es junto a Pfizer quien más dosis está enviando a estos países de la Liga Árabe que han visto otra vez en el deporte y en la crisis provocada por el coronavirus otra oscura forma de limpiar su imagen.
El poder del estado
Uno de los temas más recurrentes y que más debate ha generado en todo el mundo, sea en el país que sea, son los criterios de vacunación y el orden que se debe establecer en los mismos. Cada país ha establecido el suyo propio, a pesar de que muchos puedan parecerse unos a otros, especialmente en Europa. Sin embargo, en todos se han conocido ya casos de personas que se han 'saltado la fila' y han adelantado su turno de vacunación sin justificación alguna y haciendo gala de su poder.
No obstante, resulta todavía más grave que estas adulteraciones en el orden de las personas vacunadas las hagan algunos estados apoyándose en su soberanía absoluta, dejando de lado a la población, y todo movido por fines económicos y sin tener en cuenta un rigor mínimo de fechas que puede ser clave. Ofrecer vacunaciones ahora puede ser muy diferente a hacerlo en unos meses, cuando el porcentaje de vacunados en el mundo sea mayor y los casos de contagios se reduzcan drásticamente, tal y como se espera que sea.
Es especialmente llamativo como algunos países árabes están llevando políticas de atracción para presentarse como los salvadores de muchos deportes, ofreciendo la vacunación a diferentes sectores ahora, y no más adelante, anteponiendo el interés económico que esto supone al bienestar de sus propios ciudadanos. Ya no son las personas quienes se saltan las filas, son los estados todopoderosos, y todo amparado por intereses como los que mueven a China a permitir este tipo de procesos con un producto creado por el propio estado a través del Corporación Grupo Farmacéutico Nacional Chino, más conocido como SinoPharm.
La oferta árabe
Si hay una serie de países que se están especializando en este tipo de comercio y de ofrecimiento son algunos de los países más importantes de la Liga Árabe, que hacen gala de su poder y de su influencia para seguir engordando sus estadísticas gracias al interés que les reporta el mundo del deporte y sus competiciones. Algunos de ellos son países que se encuentran a la cabeza en tasa vacunación, debido a la rápida aprobación de las dosis procedentes de SinoPharm, entre otros motivos.
Por ello, en los últimos meses no ha sido extraño encontrar algunos países como los Emiratos Árabes Unidos que consideró que el equipo de ciclismo propiedad del gobierno debía entrar como uno de los colectivos a proteger. Por ello, ciclistas de la talla de Tadej Pogacar, Fernando Gaviria o David de la Cruz llevan ya meses vacunados. Quizás, el hecho de que llegaran totalmente protegidos a la primeras carrera World Tour del año, el UAE Tour de los propios Emiratos Árabes, con la obligación de tener que ganarlo, haya podido contribuir a la celeridad con la que se llevó todo el proceso. Al menos, el ganador del Tour de Francia 2020 cumplió con su cometido y arrasó en la clasificación general y se llevó la etapa reina en Jebel Hafeet.
Aquel proceso de vacunación llamó y mucho la atención teniendo en cuenta que carreras como el Tour de Francia o La Vuelta se llevaron a cabo con un éxito absoluto y sin contagios. Las 'burbujas' del ciclismo fueron admiradas por todo el mundo. Sin embargo, el UAE querían adelantarse al resto y situarse como la primera escuadra 'inmunizada' del pelotón, proceso al que todavía no se han sometido más equipos. De hecho, algunos como el patrón del Deceuninck Quick Step, Patrick Lefévère, criticó esta decisión.
Otro de los deportes que se ha sumado en las últimas fechas a esta oferta, aunque no ha sido aceptada formalmente, es la Fórmula 1. Qué casualidad que el ofrecimiento ha llegado por parte de otro país de la Liga Árabe, Bahrein, quien también se ofreció como sede para los primeros test de pretemporada que se están disputando estos días. Al celebrarse allí también la primera carrera de la temporada tras la suspensión del Gran Premio de Australia en el circuito de Albert Park, la intención es que todos los equipos y pilotos se instalen allí durante las próximas semanas.
En vista del largo periodo de tiempo que pasaran allí, Bahrein le ofreció a la Fórmula 1 poder vacunar a todos sus miembros, desde pilotos hasta personal, pasando por mecánicos e ingenieros. Liberty Media y la FIA rechazaron este ofrecimiento por el complicado debate moral que supone que los pilotos, que tienen vacunarse en sus países de origen, y no saltarse ese orden y 'aprovecharse' de la influencia del 'Gran Circo' para entrar en el selecto club de los vacunados por la Liga Árabe.
El debate está abierto, y más cuando ya se han filtrado informaciones de que algunas personalidades importantes habrían accedido a esta oferta a pesar de la primera negativa global. Hay que recordar que el pasado año solo tres pilotos dieron positivo, Sergio 'Checo' Pérez y Lance Stroll, del antiguo Force India, y Lewis Hamilton, una vez ya se había proclamado campeón del mundo con Mercedes. En el resto de miembros que conformaban el paddock, el número de contagios también fue bajísimo.
El último, y quizás el más llamativo de todos, es el ofrecimiento realizado por el estado de Catar a MotoGP, a quienes les ofrecen una partida de dosis para su vacunación general. Dorna, al contrario que Liberty Media, sí se ha mostrado partidaria de aceptar esta oferta porque, indudablemente, supondría una seguridad mayor para la celebración de la temporada.
Con vacunas hay muchos menos riesgos de contagios, no se ponen en peligro las carreras y las inversiones económicas de patrocinadores y sponsors aumentan. Nadie duraría en apostar fuerte por MotoGP si se cuelga el cartel de evento seguro y alejado de cancelaciones. Además, el hecho de que se relajarían enormemente las 'burbujas' y los protocolos ya seduce a los pilotos que pasaron el pasado curso con mucho estrés y que quieren evitar por todos los medios otro año de asfixia. Aún así, el debate moral sigue estando presente y puede arruinar los planes económicos que se urden en las altas esferas.
El debate está servido
El mundo del deporte se está viendo salpicado por la sombra del dinero a lo largo de esta pandemia. Han sido muchos, por no decir todos, los sectores que han registrado unas pérdidas millonarias debido a la cancelación de pruebas, los parones, la ausencia de público y la bajada del consumo y las ventas. Por ello, muchos ya se han puesto manos a la obra para revertir la situación cuanto antes.
La solución que la mayoría han encontrado es la de la vacunación de los deportistas, plan estelar de la Liga Árabe que tiene en el motor a su buque insignia. Sin embargo, hay más instituciones que apuestan por ello. Una de las últimas ha sido el Comité Olímpico Internacional, que ha aceptado una partida de vacunas adicionales procedentes de China para garantizar la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio.
De nuevo China vuelve a estar también vinculada con este proceso de vacunación, aunque en este caso, existe la salvedad que esto se demoraría en el tiempo más que las otras ofertas citadas anteriormente, por lo que, a priori, la situación sanitaria global sería mejor. Además, el COI se ha ofrecido también a aportar recursos suficientes como para comprar dos vacunas por cada dosis recibida, un gesto que también ayuda a suavizar el debate.
Aún así, hay algunos deportistas ilustres como el atleta jamaicano Yohan Blake que ha rechazado tener que ponerse la vacuna para acudir a los Juegos Olímpicos, asegurando que no le importará perderse la cita olímpica con tal de no pasar por el aro, nunca mejor dicho. Lo que demuestran estos hechos es que son las organizaciones, temerosas de cancelaciones y de seguir perdiendo dinero, quienes están dispuestas a colar a los deportistas, o establecer planes especializados, para que tengan acceso a la vacunación por delante de personas que quizás tengan una mayor urgencia laboral o física.
De esta forma, se abre, y difícilmente se cerrará, un enorme debate moral con respecto a la aceptación de las vacunas por puros criterios económicos. Además, aceptar y entrar en estos planes de vacunación tampoco permitirá rechazar las vacunas que les sean asignadas, en muchos casos las de SinoPharm, a aquellos que no las consideren acordes a sus propios principios. La polémica está servida.
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