Alpine no despega. Es una dura realidad, una realidad espantosa, pero es lo que toca en este comienzo de curso. El coche de Fernando Alonso no da para más y así es imposible pelear por objetivos medianamente importantes. En Imola volvieron a aparecer las carencias ya vividas en Bahrein y el resultado ha sido muy decepcionante para el piloto español.
El bajonazo ha sido terrible porque el equipo francés había preparado mejoras para el segundo Gran Premio de la temporada, pero todo indica que no han ido en la línea positiva que se esperaba y que habían mostrado durante las jornadas del viernes y en los últimos entrenamientos libres, celebrados este sábado. La clasificación ha vuelto a poner al A521 en su sitio.
Fernando Alonso no pierde la esperanza en observar mejoras en el coche a corto plazo, pero la realidad es que el tren de la clase media se le está escapando, especialmente porque equipos como McLaren, Ferrari o Alpha Tauri si van a más en cada sesión. Tanto es así que en estos momentos hay más distancia con la casa del rombo que con los dos gigantes que se encuentran arriba. La prueba es que Valtteri Bottas saldrá octavo en Imola, justo por delante de Ocon, quien sí pudo pasar a la Q3 con el Alpine.
El compañero de Fernando Alonso se tomó la revancha de Sakhir donde el asturiano sí colocó su monoplaza entre los mejores mientras que el galo sufrió lo indecible. Solo tres décimas separaron a ambos compañeros, pero fueron suficientes para que entremedias se colaran hasta 5 coches. Entre ellos el Ferrari de Carlos Sainz que tampoco pudo pasar a la Q3 y recibió su primera gran desilusión con la marca italiana.
Tras la sesión de clasificación, Fernando Alonso habló para los micrófonos de DAZN y Movistar+F1 y analizó la realidad del Alpine. A juzgar por las palabras del asturiano, que no ha visto grandes problemas en el coche, es más una sensación de frustración, de haber llegado hasta donde el monoplaza le ha permitido.
Frío análisis de Alonso
"Al final, cuando estás con el coche, no es que notes que te falta o no la experiencia con el coche o el equipo. El coche iba bien, no he encontrado grandes problemas. La velocidad no estaba ahí. Nos costaba ya desde la Q1. Intentar analizar y mejorar para la próxima. En Bahrein tuvimos un sábado bueno y un domingo malo. Aquí, que hemos tenido el sábado así así, a ver si podemos cambiar la balanza este fin de semana y sumar el domingo algún punto".
Fernando sabe que las carreras en Imola son pura supervivencia, un ejercicio de resistencia extrema para los pilotos y para la mecánica de los monoplazas. Los errores, especialmente con salidas de pista y toques con los pianos son constantes, por eso en la casa del rombo saben que tienen que pasar cosas para que Alonso pueda subir en la clasificación. La posibilidad de que el cielo sorprenda con lluvias también está ahí.
"Íbamos bien con tanda larga y con la degradación de los neumáticos. Es un circuito difícil para adelantar, así que será una carrera de resistencia. Hemos visto bastantes accidentes, también dependerá de la mecánica, por los pianos; igual llueve, igual no. Vamos a necesitar una carrera en la que pasen cosas. Si no pasa nada, va a ser difícil que pasen puntos".
Finalmente, Fernando ha confirmado que el Alpine ha mejorado respecto a Bahrein, pero que no ha sido suficiente porque nadie en el 'Gran Circo' se detiene ni se conforma, a pesar de que sea una temporada de transición: "El coche yo lo he sentido mejor todo el fin de semana. Hoy no se ha hecho el trabajo suficientemente bien para pasar a Q3. Hemos dado un paso claramente adelante. Hemos mejorado, pero no corremos solos. Si mejoramos una décima de segundo y los demás, también, nos quedamos igual".
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