Fernando Alonso ha repetido por activa y por pasiva que todavía no está a su mejor nivel. Pues menos mal pensarán algunos, porque el recital que ha dado en Portimao ha sido una absoluta locura. Ha habido que esperar hasta el tercio final de la carrera, pero ha merecido la pena porque las maniobras del español empiezan a escribir las páginas más doradas de su retorno.
Si el proyecto de Alpine sigue creciendo y sigue dando pasos hacia delante y si Fernando Alonso tiene la oportunidad de volver a subirse a un podio, de volver a ganar carreras y de pelear por un mundial, habrá que acordarse de este 2 de mayo del 2021 y de este circuito de Portimao, el que decían que no tenía adherencia y al que Alonso se ha agarrado como un gato panza arriba para demostrar que sigue teniendo magia en sus manos.
Lo de su conducción en las últimas vueltas ha sido un recital de los que crean afición. Sencillamente espectacular y confirmando que si no está de vuelta, le falta muy poquito. El Alpine dio ese saltito que sus pilotos demandaban y se llevan una buena cantidad de puntos para casa ya que Ocon terminó séptimo y Fernando Alonso octavo. Faltaron unas pocas vueltas para ver batalla entre los dos compañeros, pero el asturiano se desquitó regalando algunos de los mejores adelantamientos en lo que va de curso.
Uno de los más espectaculares fue el que hizo sobre Pierre Gasly. Fue en la vuelta 50 y le servía para entrar en los puntos. El piloto francés rodaba por delante consciente de que por detrás llegaba el terremoto azul con el piloto español a sus mandos. Fernando consiguió aproximarse a él, pilló el rebufo del piloto galo y tras estudiar la trayectoria idónea con dos movimientos le lanzó el hachazo fulminante, sin pensárselo más de la cuenta. Maniobra limpia y segura, pero no por ello menos espectacular.
Era su primera gran maniobra, pero no sería la única, ya que el piloto español estaba absolutamente lanzado. Lo quería todo, se sentía a gusto con el coche y con la pista y por ello no iba a descansar hasta seguir escalando posiciones. Es un orgullo y una motivación enorme ver a un piloto de 39 años con todo o casi todo hecho en la vida ponerle esa ambición a su profesión, pero lo siente y lo vive como nadie.
Dos vueltas más tarde, en la 52, Fernando puso sus ojos en su nueva presa, Daniel Ricciardo. El piloto de McLaren, uno de los más en forma de la parrilla tras su excelente temporada 2020, precisamente con el Renault, mordió el polvo ante el empuje del español. De nuevo aprovechando la buena velocidad punta de Alpine se preparó su maniobra al final de la recta principal y antes de llegar al paso por curva le lanzó el coche con una superioridad aplastante.
Y por último, su truco más esperado en la batalla más apasionante, la vivida con su amigo y rival Carlos Sainz. Los dos españoles frente a frente, esta vez con el asturiano siendo superior al madrileño que iba ya con las gomas tocadas y en plena caída libre. Se juntaron un SF21 en un mal día y un A521 y pasó lo inevitable, que Alonso no le dio opción a Sainz y asaltó la octava posición que le daba otros cuatro puntos en el mundial.
Alonso le hizo una cruz a esa primera curva y aprovechando la velocidad de su monoplaza fue ganando posiciones, una tras otra, hasta confirmar sus buenas sensaciones y su gran resultado. Sin duda, el Gran Premio de Portugal le dará confianza de cara a las próximas carreras, algunas como Barcelona, que no serán tan positivas.
Ritmo y sensaciones
Tras la carrera, como no podía ser de otra forma, Fernando Alonso se mostró encantado con las sensaciones y con el ritmo: "Ha sido un gran fin de semana de sensaciones, de ritmo, el coche ha estado competitivo respecto a casi todos los rivales, incluso con un Ferrari y con un McLaren, algo que en Bahréin y en Imola parecía impensable".
"Sigo sin entender cómo se pudo perder un segundo y pico en la crono del sábado, pero bueno, afortunadamente no sirven para nada, da igual lo que hagas, lo importante es el domingo y aunque sin duda hubiese sido importante salir delante, intentaremos salir mejor en las próximas, sobre todo Mónaco y Barcelona, donde se adelanta poco. Estoy contento con los puntos, con el fin de semana en general, ha sido súper".
El asturiano se mostró encantado también con el aprendizaje adquirido: "No ha sido fácil adaptarse y tener sensaciones yendo tan cerca unos de otros, sigo aprendiendo cada vuelta que doy, mejorando, aunque suene obvio. Las cosas te van saliendo más y más automáticas cada vuelta, sin pensar en ellas, así que contento del resultado pero creo teníamos mejor coche que para ser octavo, pudimos hacer sexto o quinto porque el coche iba muy bien".
Por último, Fernando se metió presión de cara a las próximas clasificaciones: "Hay ganas de volver a España, no hicimos la pretemporada este año en Montmeló así que ruedo de nuevas allí con estos coches, lo que será un desafío. Tengo que ponerme las pilas para hacerlo mejor los sábados porque los últimos han salido 'regular' y en España y en Mónaco será lo más importante del fin de semana y trataré de mejorar".
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