El viernes no había terminado contento a pesar de las buenas sensaciones que desprendía el Alpine en su ritmo de carrera y en su ritmo a una vuelta. La velocidad punta seguía siendo baja, pero Fernando Alonso sabía que nivel para haber estado en la Q3 había de sobra. Por ello, esos errores a la hora de marcar los tiempos y de elegir los momentos oportunos para apretar le dejaron más que contrariado al ver como George Russell se metía décimo en el momento de la verdad y le dejaba undécimo en la pelea por la composición de la parrilla en la carrera al sprint.
Fernando Alonso encajó al golpe y emplazó a todos sus seguidores a los primeros metros de la histórica prueba de Silverstone, la primera que se hace de este tipo en la Fórmula 1 y que, visto lo visto, no será la última, especialmente si cuenta con el asturiano como animador habitual.
Como compañeros de viaje unos neumáticos blandos completamente impolutos, sin un solo metro y que le iban a dar el despegue necesario en los primeros metros para pasar a todos por encima. Hubo mucho conservadurismo en la parrilla, ya que la mayoría de los pilotos optaron por los medios para evitar quedarse a mitad de camino. Como Fernando es un campeón del mundo y solo le vale la vida o la muerte, salió a por todas desde que el semáforo se apagó.
Ya en los primeros metros se quitó Sebastian Vettel, el primero de los pilotos que tenía delante en su camino hacia un éxito que seguramente ni él hubiera soñado tan perfecto. El piloto alemán, tetracampeón de este deporte, ni vio pasar el Alpine del asturiano en una salida que ya ha pasado a ser de las mejores de su carrera deportiva, y eso es mucho decir.
Con la primera presa en el bolsillo, Alonso se lanzó a por una muy especial que, además, ni siquiera pudo presentarle batalla. Se trataba de un Carlos Sainz que salía noveno y que fue superado por el rayo ovetense por el exterior de la curva 1, un giro muy rápido que no venía nada bien al monoplaza italiano.
Como por inspiración divina, sin soltar el acelerador en ningún momento, se emparejó con George Russell, el talento emergente de la Fórmula 1 que opta a un asiento en Mercedes, para demostrarle quien sigue siendo el rey de este deporte. Incluso tocando el fuera de pista con uno de sus neumáticos, Fernando exprimió el Alpine y se colocó octavo con tres adelantamientos en un abrir y cerrar de ojos.
Sin embargo, lo mejor estaba por llegar. Fue en el encadenado de las curvas 2 y 3. Fernando apuró por encima de los límites de lo humano la frenada del primer giro para hacerlo por fuera y comerse a un Ricciardo que no pudo para la exhibición del español. Saliendo con una tracción endiablada y dejando atrás la tercera curva, Alonso superó también a 'Checo' Pérez que ni con un Red Bull fue capaz de hacer frente al ciclón español subido en su A521.
El toque final
Y por último, quedaba la última maravilla, la guinda de su pastel, la pincelada final de su obra. Fue el adelantamiento a la revelación de la temporada, Lando Norris, que desde su McLaren color papaya vio como el azul del monoplaza galo le adelantaba cogiéndole la aspiración en la contra-recta para después terminar recibiendo otro exterior marca de la casa en lo que ha sido la gran demostración de clase de Fernando Alonso en el fin de semana.
Sin duda, Fernando Alonso regresó a la Fórmula 1 para intentar pelear por un campeonato del mundo, algo que intentará alcanzar en 2022 y en 2023. Mientras tanto, se divierte jugando de esta forma y levantando a los espectadores de sus asientos con maniobras de este tipo repletas de riesgo y belleza a partes iguales.
Después de situarse quinto, solo por detrás de Verstappen, Hamilton, Bottas y Leclerc, al español le tocó sufrir para intentar aguantar la posición ante coches muy superiores. No pudo con los McLaren, que terminaron ganándole el puesto, pero sí lo hizo con otros como Vettel y Russell además de poder sobrevivir a los problemas que tuvieron Pérez o Carlos Sainz. Un séptimo puesto que no vale puntos, pero sí una buena posición de salida para el domingo y el gustazo de haberse sentido el rey de este deporte. Era un retorno más de 'Magic' Alonso.
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