Lewis Hamilton tiene asumido que correrá en un ambiente hostil en el Gran Premio de los Países Bajos de Fórmula 1 en el circuito de Zandvoort. El piloto inglés, que vive en una rivalidad constante con Max Verstappen, aterriza en casa del neerlandés donde le espera una legión de más de 70.000 aficionados vestidos de naranja y dispuestos a una gran batalla.
"Nunca he sido alguien que vaya a un evento a abuchear, pero lo entiendo. Lo ves en el fútbol, la pasión que tienen los aficionados, o la antipatía que tienen algunos de ellos por sus rivales. Pero lo respeto". No lo va a criticar, pero evidentemente no le gusta. Hamilton no ha escondido a su llegada a Países Bajos que lo que va a vivir durante el fin de semana no es una situación especialmente agradable.
Y es que la Fórmula 1 espera lo más parecido a un espectáculo futbolístico con un enemigo público, un protegido y muchos pilotos que serán espectadores de lujo y que intentarán sacar partido de esta lucha. Los ánimos llegan especialmente caldeados tras lo vivido en Silverstone, donde tras un toque entre ambos, Hamilton terminó ganando la carrera y Verstappen contra el muro.
"No creo haber escuchado abucheos de los aficionados británicos a nadie, al menos en mi época, pero así es el deporte. Lo que hago es intentar convertir esa energía hacia mí, y convertirlo en algo positivo, e intentar que me sirva".
Es lo único que le queda al de Mercedes, intentar dar la vuelta a esa situación y convertir toda esa rabia que le tendrán en algo positivo y, por supuesto, esperar que todo se mantengan dentro de los límites de la competición y la deportividad porque no hay que olvidar que más allá de la pura rivalidad, todos los pilotos se juegan la vida en cada acción.
La Fórmula 1 opina
Seguramente la carrera en territorio del gran protegido de los de Milton Keynes sea el fin de semana más particular que va a vivir la Fórmula 1 en toda la temporada por la presencia de esa marea naranja que pretende hacer suyo el Gran Premio como ya ha sucedido en otros eventos este curso, pero que ahora vivirá una dimensión especial.
El resto de invitados, los otros 18 corredores que formarán la parrilla de salida, esperan que todo se mantenga dentro de unos límites y, sobre todo, que no se recurra al mal vicio de las bengalas, algo que ya criticaron en Spa pilotos como Esteban Ocon o Mick Schumacher. El hijo del 'Kaiser' habló de "un humo apestoso" y el compañero de Alonso decía que no pudieron "ver en una curva de Spa durante toda la carrera".
Para echar más leña al fuego han llegado las declaraciones de un tres veces campeón del mundo como Jackie Stewart que no ve mal un poco de pasión en las carreras: "Definitivamente Lewis va a recibir abucheos, pero eso ya sucede constantemente en el fútbol. El automovilismo no está acostumbrado todavía, pero hay más transmisiones de televisión, más herramientas de comunicación y más internet en estos días. Así que también hay más pasión. Abuchear a veces es un poco similar a aplaudir. Eso no me preocupa. Tampoco creo que sea malo. La atmósfera de la carrera aumentará con eso".
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