El campeonato de MotoGP está llegando a su fin. El título parece casi decidido y es cuestión de tiempo que Fabio Quartararo, el piloto más regular de todos y que se presenta como el gran aspirante a dominar el Mundial en el futuro si Marc Márquez no puede evitarlo, tiene su primera corona en la mano.
'El diablo' ya debería haber ganado el título el pasado curso después de la importante lesión de Marc. Sin embargo, su irregularidad tras un inicio inmaculado de temporada le terminó condenando en favor de un Joan Mir que terminó dando la sorpresa. Pero este año, talentoso piloto de Yamaha no ha dejado lugar a las dudas. Además de confirmar este triunfo, las carreras que restan servirán para despedir a Valentino Rossi.
El para muchos mejor piloto de todos los tiempos se retira al término del curso dejando un gran vacío en el corazón de todos sus aficionados. Será un momento histórico de un piloto único, con sus virtudes y sus defectos, pero con nueve campeonatos del mundo y un talento pocas veces visto. Como parte de su despedida, quien fuera su jefe directo, Lin Jarvis, mandamás de Yamaha, repasa su carrera en una entrevista con Bike Magazine.
Jarvis comienza hablando de cómo se fraguó su fichaje por Yamaha tras con Honda. Todo se produjo tras una reunión en la Clínica Mobile en 2003: "Ese es el momento en el que nos confirmó que se venía con nosotros. Le dije: '¿Lo dices en serio? ¿De verdad? Espera, ¿podemos ordenar todo esto en un contrato y te vienes a Yamaha?'. Él me dijo: 'Sí, es lo que te acabo de decir'. Fue un momento memorable".
El dirigente de Yamaha recuerda que muchos le criticaron por hacer una apuesta tan arriesgada: "Muchas personas decía que fichar a Valentino era un riesgo, y lo era. Pero cuando ganamos la primera carrera nos dimos cuenta de que todo era posible. Ganar el título de 2004 en Phillip Island fue otro momento mágico".
Yamaha comenzó una carrera de éxito junto a 'Vale', pero el miedo a una marcha les hizo diversificar sus acciones de combate y tomaron la decisión de traer a otro campeón: "Contratamos a Lorenzo porque pensábamos que Valentino se iba a la Fórmula 1, con lo que necesitábamos un sucesor. Vale no estaba de acuerdo porque él era el número uno del equipo y desde entonces empezaron los roces. En 2010, me dijo: 'O Lorenzo o yo'. Esa propuesta era inaceptable. La relación comenzó a deteriorarse".
El principio del fin
Jarvis sitúa ese momento como el principio del fin de su buena relación con Rossi, que dejó el equipo. Aunque poco tiempo después, tras dos malos años en Ducati, el italiano regresó, ya nunca fue lo mismo: "Fui a reunirme con Vale a su casa de Tavullia. Discutimos con tensión y pasión. Fue un momento especial. Volvió con una actitud distinta, más modesta y reconocible".
En el garaje de Yamaha se respiraba la tensión en cada esquina con el choque entre el propio Rossi y Jorge: "Fue uno de los retos más grandes. Tienes que controlar tu ego para evitar entrar en guerra cuando no estás de acuerdo. Te muerdes los labios y hablas menos. Intentas educar a tus pilotos para que entiendan que tienen un contrato con la marca, con lo que deben no pasarse de la raya y no decir cosas negativas del equipo".
Sin embargo, Lin considera que aquellos enfrentamientos tras el fichaje de Jorge Lorenzo le dejaron marcado de por vida y por ello nunca volvió a ser el mismo a pesar de que consiguiera más triunfos. De aquellos polvos, estos lodos, así se fraguó su disputa contra otro español como Marc Márquez. Jarvis recuerda el choque empezó en 2015 y critica duramente a los dos pilotos.
"Sigo pensando que si Valentino no hubiera llamado a Marc Márquez después de Phillip Island habría ganado el Mundial. MotoGP empezó a ser como el fútbol, con aficionados partidistas que insultaban a los pilotos. Esto cambió para siempre MotoGP. El deporte que amamos se envenenó".
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