En Ferrari están casi de celebración. Han superado un pequeño bache vivido a mitad de temporada y ahora en el equipo italiano reina la ilusión. Se ven muy fuertes de cara al final de la temporada con la clara ambición de superar a McLaren en su guerra por ser el tercer equipo en el campeonato de constructores.
Mientras los de Woking han vivido toda la temporada de un excelso Lando Norris y penalizados por un irregular Ricciardo, en Ferrari han apostado por la regularidad de sus dos piezas. Ni Carlos Sainz ni Leclerc han brillado tanto como el británico, pero sí han sido mucho más consistentes que el australiano. De hecho, entre el español y el monegasco solo hay puñado de puntos de diferencia.
Es esta capacidad de mantener a los dos de forma habitual en la zona media-alta de la tabla lo que les hace estar ahora inmersos en la gran pelea. Sin embargo, no solo conforman con estar en la lucha, sino que quieren decantarla a su favor cuanto antes y para ello confían en una de sus últimas armas: su nueva unidad de potencia.
Tanto Sainz como Leclerc han tenido que cambiar de motor en las últimas carreras. Leclerc lo hizo en Sochi, donde Carlos firmó un gran podio, y el español lo hizo en Turquía. Ambos han conseguido ya mostrar prestaciones muy positivas del comportamiento tan positivo de los nuevos motores en los monoplazas, lo que hace que en Maranello vean el final de curso con optimismo.
En Austin, tanto Carlos Sainz como Charles Leclerc fueron extremadamente competitivos y regulares, por lo que las buenas sensaciones de las últimas carreras siguieron confirmando lo que ya habían experimentado. En estos momentos de cierta euforia, en Ferrari se ven incluso cerrando el hueco, al menos a nivel de motor, con Mercedes, considerado el equipo que mejor paquete dispone de toda la parrilla.
Ilusión en Ferrari
"La potencia extra siempre está disponible en la recta, así que te beneficias de ella al principio de la recta y también al final. La forma en que podemos cuantificarlo es si miramos este fin de semana en Austin, donde corrimos con la máxima carga aerodinámica, pero de alguna manera estábamos casi igualando la velocidad de los demás". Así de ilusionado se mostraba el jefe del equipo Mattia Binotto.
Además de la comparación con el resto de escuderías, en Ferrari celebran, de forma moderada eso sí, que el curso pasado terminaron sextos el campeonato de constructores y que este año pelean con muchas opciones de conseguir el objetivo, por el tercer puesto, detrás de los inalcanzables Mercedes y Red Bull.
"Si se tiene en cuenta la situación del año pasado, es sin duda un gran paso adelante. Todavía sabemos que hay una diferencia respecto al mejor motor, pero creemos que esa diferencia no es tan dramática. En general, en el balance general de la vuelta, creo que hemos sido claramente más rápidos este pasado fin de semana".
Por último, Binotto sostiene que este rendimiento en el Gran Premio de los Estados Unidos es especialmente positivo al tratarse de un circuito que no era beneficioso para el SF21: "Creo que sobre el papel obviamente no era un circuito que se adaptara a nuestro coche. Por eso estoy contento con los progresos que he visto en las últimas carreras, sin duda hubo una ayuda de la unidad de potencia tanto en clasificación como en carrera, y eso me da cierta confianza para las próximas".
[Más información: Alpine busca soluciones tras el desastre de Estados Unidos: "No superamos nuestros problemas"]