Ferrari sigue jugando al despiste con su presente y con su futuro. La escudería italiana llegó con muchas urgencias al 2021, ya que tenían la obligación de limpiar la pésima imagen que habían dejado en el año 2020, una temporada en la que pagaron con creces las nuevas regulaciones que la FIA les impuso tras las irregularidades cometidas en 2019.
Aquella decisión es una de las más controvertidas y misteriosas de la historia de la Fórmula 1, ya que se selló un pacto de silencio que impedía conocer qué había sucedido con Ferrari, que pasó de ganar carreras y competirle el título a Mercedes al ostracismo absoluto. En el final de esa temporada 2019, los italianos fueron una sombra de lo que habían sido en sus mejores momentos del curso, pero lo peor estaba por venir.
Con el rendimiento de sus monoplazas completamente estancados, vieron como otras escuderías como Red Bull o McLaren les adelantaban sin compasión hasta cerrar la peor temporada de su historia con resultados que provocaron la vergüenza más absoluta de los más sabios del lugar. Las maldiciones que se escucharon salir de las paredes de Maranello ya son parte de la leyenda más oscura del mejor equipo de la historia.
Tras un 2020 para olvidar, a los del Cavallino Rampante se les demandaba dar un paso hacia delante en la presente temporada. Así comenzaron el curso, siendo el único equipo que tenía la obligación de centrarse de lleno en la implementación del SF21 y no en el coche del 2022 para borrar la mala imagen mostrada el curso anterior. Repetir una situación como la de 2020 por mirar solo hacia el futuro no era opción.
Mientras equipos como Alpine, Alpha Tauri o Aston Martin esperaban cubrir el expediente como buenamente podía para poder mirar pronto hacia la nueva Fórmula 1, Ferrari tenía la obligación de asumir el reto de dar la talla otra vez para espantar a los fantasmas del pasado. Con esa ambición llegó además Carlos Sainz, el soplo de aire fresco que necesitaban para olvidar los últimos meses de Sebastian Vettel.
El crecimiento de Ferrari ha sido notable durante todo el año con respecto a lo mostrado en el 2020. El curso pasado, los italianos terminaron sextos en el Mundial de Constructores y sus dos pilotos ocuparon puestos realmente bajos de la tabla. Charles Leclerc fue octavo y Vettel decimotercero. Entre los dos sumaron solo 131 puntos y se quedaron lejos de la lucha por el tercer puesto en la que McLaren se impuso a Racing Point y Renault.
Este año, Leclerc y Carlos Sainz son sexto y séptimo en el Mundial, pero se sitúan a tiro de piedra de Norris, quinto y primero del resto del mundo. Además, cualquiera de los dos hubiera superado los puntos que el año pasado consiguió el equipo en total al sumar 152 y 145,5 respectivamente y tienen en la mano llevarse el tercer lugar en el campeonato de marcas. El salto es real y más teniendo en cuenta el misterioso estancamiento que ha sufrido McLaren en la segunda parte de la temporada.
Ferrari esconde su salto
Sin embargo, Ferrari está intentando desviar ahora la atención asegurando que sí se han centrado en el monoplaza del año 2022, el denominado como el del cambio, y no en el SF21. No obstante, su crecimiento no se entiende sin una implementación de su unidad de potencia y sus mejoras en los trabajos aerodinámicos. Además, su mayor problema ha sido la degradación de los neumáticos y este se ha repetido durante toda la temporada.
Desde la marca italiana no quieren que sus aficionados y rivales piensen que han echado el resto en este 2021 y que llegarán algo más limitados al 2022, por lo que su líder, Mattia Binotto, ha tratado de explicar cómo se han producido esos avances.
"El equipo ha progresado mucho desde que empezó la temporada en lo que se refiere a estrategias, gestión, comunicación con los pilotos, cuidado de los neumáticos. Desde Paul Ricard tratamos de contener nuestros problemas de degradación y en Losail, donde las ruedas reciben mucha energía por las curvas de alta velocidad, supimos controlar el ritmo sin pasar del límite, aunque fuera difícil".
Binotto intenta salvar la cara de un equipo que ha empleado demasiados recursos en una temporada en la que necesitaban limpiar su imagen, pero que no les ha reportado éxitos significativos más allá de algún podio. Ni siquiera han podido conseguir esa ansiada victoria a la que sí ha llegado por ejemplo Alpine con Ocon o McLaren con Ricciardo.
Por eso, desde Maranello, ahora que tienen casi en el bolsillo la tercera plaza del Mundial de Constructores, que ya es un salto considerable y que ha llegado tras una remontada espectacular, intentan poner el foco y la mirada en un 2022 al que temen llegar con terreno perdido respecto a algunos rivales. Su principal amenaza podrían ser tres equipos que este curso no han tenido mucho protagonismo como Alpine, Aston Martin y Alpha Tauri, aunque los de Honda no dejan de ser un filial de Red Bull.
Mercedes y Red Bull, aunque cuentan con un gran equipo y una gran base, están centrados en la lucha hasta el final por los títulos actuales y McLaren sigue siendo una incógnita, ya que muchos esperan que su receso en la segunda parte de la temporada sea producto de haberse centrado ya en la batalla por el 2022.
Estas dudas son las que tienen a Binotto con cierta preocupación, ocultando los progresos reales del monoplaza y centrándose en los del equipo: "Además los pit stop se gestionaron bien con una doble parada y los mecánicos hicieron un trabajo fantástico. Valoro esos progresos de cara a 2022. Quedan dos carreras, el campeonato no ha terminado y queremos extraer lo mejor de cada carrera. Pero el año pasado éramos sextos, con muy pocos puntos en el campeonato, el coche estaba prácticamente congelado. Esto refleja los progresos que hemos hecho".
Lo que nadie se cree por mucho que el italiano lo intente es que en Ferrari, el 2021, después de su último año y medio para olvidar, ha sido un simple curso de transición. "No se ha desarrollado este año, nuestros esfuerzos están en el coche de 2022 y no se podía comprometer el desarrollo de ese proyecto. Nuestro principal objetivo en 2021 no era el tercer puesto en constructores, sino mejorar. Si ahora estamos en esa posición, es porque el equipo trabaja bien los fines de semana, mejor que al inicio de la temporada, y no por el desarrollo del coche".
Ferrari excluye a Carlos
Obviamente, Ferrari sí ha trabajado en el monoplaza de este curso porque el imperativo de John Elkann era claro: recuperar la grandeza y parte del prestigio perdido. Los italianos no podían volver a lo más alto en un solo año y con la inercia ya marcada de las temporadas anteriores, pero tampoco podían esperar al 2022 para dar el gran salto. La Fórmula 1 estaba programa para que el 2021 fuera el año del cambio, pero la pandemia provocó que todo se retrasa durante un curso.
De esta forma, las directrices salidas de la cúpula de la Scuderia fueron claras y llegaron de manera directa hacia Mattia Binotto por boca de Louis Camilleri, director ejecutivo del equipo. Así, todo el equipo del jefe italiano se puso manos a la obra con Laurent Mekies y Steve Clarck a la cabeza.
El objetivo, además tras la llegada de Carlos Sainz, era revertir la situación. Puede que su salto les haya pillado a ellos mismos incluso por sorpresa y que haya superado sus expectativas, pero lo cierto es que Ferrari ya está ahí, con un proyecto de presente y de futuro. Sin embargo, las malas noticias son que ese proyecto podría dejar en un segundo plano a Carlos Sainz.
El piloto madrileño llegó a Ferrari con el objetivo de dar un paso definitivo en su carrera y poder pelear cuanto antes podios y victorias de manera regular. Su sueño sigue siendo ser campeón del mundo y con los del Cavallino Rampante se veía capaz de ello. Firmó un contrato de dos temporadas, por lo que su vinculación terminaría después del próximo curso. Afrontará el año de la revolución con la presión de ganarse un puesto después de que nombres como el de Mick Schumacher estén por detrás sonando con fuerza.
La condición que Carlos le puso a Ferrari para firmar con ellos era estar en igualdad de condiciones con Charles Leclerc. Era consciente de que su adaptación iba a ser complicada y de que podía perder terreno respecto al monegasco, pero no quería sentirse el número 2, sino que la pista pusiera a cada uno en su sitio. De momento, está cumpliendo con creces siendo el piloto que mejor se ha adaptado a su nuevo equipo junto a 'Checo' Pérez y por encima de otros como Ricciardo, Sebastian Vettel o Yuki Tsunda. De hecho, tiene a tiro poder superar a Leclerc en las dos carreras que quedan.
No obstante, en los últimos días, esa ilusión por terminar bien su primer año de rojo y por encarar el 2022 con el sueño de pelear por lo máximo, se ha visto empañada por las palabras que dejó hace unas horas Binotto, las cuales le sacaban de la circulación y de las aspiraciones del equipo.
"Hemos invertido en él a largo plazo porque estamos del todo convencidos de que será el hombre que se convertirá en el próximo campeón del mundo". Estas palabras, dedicadas del jefe de los italianos hacia el piloto monegasco, hacen pensar de manera inevitable que Leclerc es el favorito y que Carlos Sainz está más fuera que dentro de los planes de futuro de Ferrari.
El español deberá tirar de raza y de talento para dar la vuelta a una situación que se presente complicada a pesar de sus méritos. El sueño de Ferrari está cada más complicado y 2022 se presenta como un año de batalla sin cuartel en el box italiano.
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